1. Para acercarte al texto LECTIO DIVINA
"Tu eres el Mesías". Esta es la profesión de fe que Pedro Domingo 24º Tiempo Ordinario - B
proclamó. Todos admiran a Jesús. Descubren en él a un
gran profeta, a un hombre extraordinario según la mayoría.
13 septiembre 2009
Pero Pedro lo proclama como Señor, como Salvador,
como Mesías. El Espíritu inspiró a Pedro para que hiciera Texto del Evangelio
este acto de fe. Y es que sin la luz de Dios nadie puede
creer.
Marcos 8, 27 - 35
En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se dirigieron
Sabemos que la fe no es fruto de nuestro esfuerzo. Es
a las aldeas de Cesarea de Felipe; por el camino,
regalo y gracia de Dios. Y esta gracia nos ayuda a decir sí preguntó a sus discípulos: «¿Quién dice la gente que
a Dios. ¿Nos damos cuenta la importancia que tiene soy yo?» Ellos le contestaron: «Unos, Juan Bautista;
creer? ¿Damos por ello gracias a Dios? Debiéramos otros, Elías; y otros, uno de los profetas». Él les
pensarlo, con mucha humildad, saber agradecérselo al preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?»
Señor. Pedro le contestó: «Tú eres el Mesías». Él les
prohibió terminantemente decírselo a nadie. Y
Hoy debemos preguntarnos sobre nuestra fe. Sabemos empezó a instruirlos: «El Hijo del hombre tiene que
que es una suerte creer en Jesús. También nosotros, padecer mucho, tiene que ser condenado por los
como Pedro, podemos decir: "¡Tú eres el Mesías!". ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser
ejecutado, y resucitar a los tres días». Se lo explicaba
Y esta fe nos ayuda a entender nuestro entorno con una con toda claridad. Entonces Pedro se lo llevó aparte y
luz nueva. Todo es diferente. Tenemos a alguien en quien se puso a increparlo. Jesús se volvió y, de cara a los
creer y que da sentido a la nuestra vida. Jesús es el Señor discípulos, increpó a Pedro: «¡Quítate de mi vista,
y el amigo, es la Luz y la Fuerza, es aquel en quien hemos Satanás! ¡Tú piensas como los hombres, no como
puesto toda nuestra esperanza. Sabemos con quién Dios!» Después llamó a la gente y a sus discípulos, y
podemos contar y que nunca nos fallara. Es aquello que les dijo: «El que quiera venirse conmigo, que se
afirma San Pablo: "Sé muy bien en quien he creído, y niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga.
Mirad, el que quiera salvar su vida la perderá; pero el
estoy seguro de que es lo Suficientemente fuerte como
que pierda su vida por mí y por el Evangelio la
para conservar hasta el último día el tesoro de la fe que
salvará».
me ha sido confiado" (2Tim 1,12).
Los discípulos necesitaban esta respuesta de Jesús para
ser capaces de encajar lo que Jesús les dice a
continuación. Les anuncia el camino que tiene por delante:
“Tú eres
la pasión, muerte y resurrección. Jesús les habla con toda
claridad. Instintivamente rechazan el sufrimiento. A nadie
le gusta sufrir. Por eso Pedro, aquel que acababa de
pronunciar su profesión de fe, le contradice. Y Jesús, a
el Mesías”
quien tampoco le gustaba el sufrimiento, le contesta:
"¡Quítate de mi vista, Satanás! ¡Tú piensas como los
hombres, no como Dios!".
El seguimiento de Jesús no consiste en un camino de
rosas. Para seguir sus pasos es necesario negarse uno a
sí mismo, tomar nuestra propia cruz y acompañarlo. En
cada persona están presentes los sufrimientos de todo
tipo. Y Jesús quiere ayudarnos a su hallar luz en medio de
la oscuridad que comporta el dolor. No estamos solos.
Podemos vivir el sufrimiento acompañados por Jesús. Y
eso, incluso, nos ayuda a encontrar en el sufrimiento un
poco de luz, un poco de sentido. Se trata de la luz y del
sentido que hallamos en Jesús que nos acompaña en la
contrariedad. Ojalá que sepamos aprovechar en medio de
las adversas situaciones esa compañía del Señor.
Jesús continúa diciendo: "El que quiera salvar su vida la
perderá, pero el que pierda su vida por mí y por el
Evangelio la salvará". Perder la vida para salvarla. Y ya
desde aquí. No vivir atrapados por el egoísmo. Vivir
amando, haciendo el bien, como Jesús. Vivir en
solidaridad, con plenitud. Vivir para los demás. Jesús
quiere ayudarnos a entender todo esto y a vivirlo.
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2. LECTURA ORANTE DE LA PALABRA DE DIOS
Todos necesitamos una buena palabra. Una palabra que
GUÍA PARA LA LECTURA
nos sirva de ayuda y de orientación; una palabra que
PREPARACIÓN
nos ayude a comprendernos mejor; en definitiva, una
• Busca un lugar adecuado y tranquilo. Mira un icono
palabra de aliento, de amor y de esperanza.
o una imagen del Señor Jesús o de la Virgen
María. Toma la Sagrada Escritura en tus manos.
Pues bien, Dios nos da cada día su Palabra por medio
• Crea un momento de recogimiento, de silencio, de
de las Sagradas Escrituras. A través de la Escritura la
adoración, de escucha (puedes leer alguno de los
Palabra viva de Dios se dirige a nosotros con su fuerza y
textos de la página anterior)
con su luz.
• Invoca la presencia del Espíritu Santo con algún
canto o alguna invocación (“Ven, Espíritu Santo”).
Por medio de su Palabra es Dios mismo el que dialoga
• Lee en voz alta el texto bíblico.
con nosotros, nos revela los secretos de su corazón, nos
muestra el sentido de nuestras vivencias más íntimas y
LECTURA ATENTA DEL TEXTO (Lectio)
nos ayuda a interpretar los avatares de nuestro mundo.
• Lee y relee atentamente el texto bíblico: despacio,
sin prisas, con calma.
Por medio de ella es Cristo mismo el que sale a nuestro
• Fíjate en las palabras, en los personajes, en las
encuentro para estar con nosotros, sostenernos,
imágenes que aparecen, en las acciones, en las
interpelarnos, convertirnos y moldear nuestra existencia.
actitudes.
• Subraya o escribe en una hoja lo que te llame la
Por ello, necesitamos cada día acercarnos a la Sagrada
atención y lo que brote en tu corazón mientras
Escritura, leerla y orar con ella.
lees.
• Lee algún comentario y vuelve a leer y releer el
La lectura orante de la Palabra de Dios (lectio divina) es
texto bíblico.
la manera de escuchar a Dios escuchando su Palabra
• Recuerda otros textos bíblicos relacionados con el
en la Escritura inspirada. Es leer la Biblia orando,
que estás leyendo y ve a ellos si quieres.
abriendo el corazón a las sorpresas de Dios que, por su
• Leyendo y releyendo estás con el Señor que te
Palabra, se dirige a nosotros como un amigo.
dirige su Palabra a través de las Sagradas
Escrituras.
Es, en definitiva, entrar en la intimidad de un diálogo, de
una amistad, de una relación personal con Dios vivo y
con su Hijo Único, Jesucristo.
MEDITAR EL TEXTO (Meditatio)
“Como bajan la lluvia y la nieve del cielo, y no vuelven • Pregúntate: ¿qué me quieres decir, Señor, por
allá sino después de empapar la tierra, de fecundarla y medio de tu Palabra viva, a mí, en este día, en este
hacerla germinar, para que dé semilla al sembrador y momento de mi vida? ¿qué me quieres revelar,
pan al que come, así será mi Palabra, que sale de mi Señor, de tu Misterio y del secreto de mi corazón?
boca: no volverá a mí vacía, sino que hará mi voluntad y ¿a qué me llamas? ¿de qué he de convertirme?
cumplirá mi encargo” (Is 55,10-11) ¿cómo iluminas hoy, con tu Palabra, mis
inquietudes, mis preguntas, mi vida?
“Busca meditar cada día las palabras de tu Creador. • Meditando tu Palabra, Señor, ¡muéstrame tu
Aprende a conocer el corazón de Dios en las palabras rostro!.
de Dios para que tú desees ardientemente los bienes ORACIÓN (Oratio)
eternos y con mayor deseo tu alma se llene de amor a • Da gracias al Señor, pide perdón o ayuda,
Dios y al prójimo” (San Gregorio Magno). intercede.
• Dialoga con el Señor con confianza, abandónate
“Cuando nos alcanza la Palabra, el destierro queda en sus manos, abre tu corazón a su presencia
vencido... la tierra se convierte, de algún modo, en el viva.
jardín de las delicias” (C. M. Martini, En el principio la CONTEMPLACIÓN (Contemplatio)
Palabra). • Permanece en silencio.
• Repite en tu corazón la frase del texto bíblico que
LÁMPARA ES TU PALABRA más ha calado en ti.
• Contempla a Aquel que es la Palabra viva.
PARA MIS PASOS,
LUZ EN MI SENDERO (Sal 118,105) Si lo haces en tu grupo de fe ahora podéis
compartir
• Comunicar lo que el Espíritu ha suscitado en ti
durante el tiempo personal de escucha de la
ESPÍRITU SANTO, VEN, VEN, Palabra.
EN EL NOMBRE DEL SEÑOR. • Estar atento a lo que sigue suscitando en ti por
VEN, ESPÍRITU SANTO, boca de tus hermanos que comunican.
VEN, VEN, VEN • Hablar usando el singular (“me dice...”)
• Tiempo de compartir, no de discutir o resolver
dudas.
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