1. CONQUISTA DE TENERIFE
En diciembre de 1493, Alonso Fernández de Lugo (Alonso Luis Fernández de
Lugo nació en Sanlúcar de Barrameda (España) durante el reinado de los
Reyes Católicos. Se alistó en la Marina llegando a obtener el título de
Adelantado y de capitán General de las costas de África. Participó en la
conquista de Gran Canaria, y conquistó las islas de La Palma y Tenerife, las
últimas Islas Canarias anexionadas por la corona castellana. Alonso Fernández
de Lugo fue el Primer Adelantado Mayor de Canarias),obtuvo de los Reyes
Católicos la confirmación de sus derechos de conquista sobre la isla de
Tenerife y, a cambio de renunciar a la prima prometida por la conquista de La
Palma, reclamó el gobierno de la isla, aunque no obtuvo participación en el
quinto real.
En 1493 de Lugo solicita y obtiene de los Reyes Católicos el título de
Adelantado y la licencia para explorar y conquistar Tenerife, en el año 1493:
"El que más hizo fue Dn. Alonso Fernández de Lugo, que era Alcaide de la
torre de Lagaete y de allí salía algunas veces y entraba en Tenerife en partes
remotas, en donde hacía algunas presas de poca consideración. Dn. Alonso
Fernández de Lugo determinóse pasar a España a pedir licencia a su Majestad
para conseguirla a su costa, que él buscaría quien le ayudase. Fuéle concedida
la licencia que pedía y por mandato de sus Majestades los Reyes Católicos
Reyes Fernando y Dª. Isabel, se le otorgaron escrituras de concierto y asiento
sobre las condiciones de la conquista, y le dieron título de Capitán General de
ellas desde el cabo de Aguer hasta el de Bujador, en las partes de África; y que
habiendo conquistado las dichas islas de Tenerife y La Palma, sus Majestades
nombrarían persona que con él entendiese en el repartimiento de sus tierras y
heredamientos, como más bien se especifica en la conducta; su fecha año de
1493. Conseguida esta merced por Dn. Alonso Fernández de Lugo, habló a
algunos caballeros poderosos de España si querían ayudarle en la conquista,
que partiría con ellos de las presas de ganado y cautivos que se hiciese y
entrarían en parte según el caudal con que cada uno entrase.../... A la fama de
la conquista se alistaron muchos soldados y se allegaron muchos nobles sin
interés de paga y deudos suyos; y algunos que tenían parientes de los
primeros conquistadores que habían ido a Lanzarote y Fuerteventura y demás
islas con Bethencourt. Pasaron el general y sus capitanes y soldados a Cádiz,
en donde estaban prevenidos dos navíos para el viaje. Salieron del puerto y
2. aportaron a la isla de Gran Canaria; y dando cuenta a las demás islas
conquistadas para si le querían ayudar, algunos vinieron en su compañía con
mucha voluntad de que todas las islas estuviesen de católicos y a la obediencia
de los Reyes de Castilla.”
La financiación de la conquista fue llevada a cabo con la venta de sus
plantaciones de azúcar en el valle de Agaete, obtenido tras la conquista de
Gran Canaria, y asociándose con comerciantes italianos asentados en Sevilla.
Tenerife estaba dividida en el momento de la conquista en nueve menceyatos.
Por su actitud ante los castellanos, cabe distinguir el bando de paz, que se
mostró neutral o proclive a los castellanos. Eran los menceyatos del sur y del
este (Anaga, Güímar, Abona y Adeje), es decir, aquellos que habían tenido
más contacto con los castellanos a través de la actividad misionera
(Candelaria). El bando de guerra agrupaba a los menceyatos del norte
(Tegueste, Tacoronte, Taoro, Icoden y Daute). Mantuvieron una resistencia
tenaz a la invasión.
El 29 de septiembre de 1493, Alonso de Lugo llega a La Palma y firma un
acuerdo con los nativos. Los opuestos al pacto con los castellanos, liderados
por Tanausú, se refugian en las cumbres, en el distrito de Aceró.3 El 3 de mayo
Tanausú se presta a negociar con Alonso de Lugo, quien faltando a su palabra,
le tiende una emboscada apresando al caudillo guanche, y enviándolo preso de
cadenas, en un barco para España, en cuyo trayecto decidió dejarse morir;
quedando de esta manera finalizada la conquista de La Palma.
En esas mismas fechas, Alonso, con 190 caballeros y entre 1.000 y 2.000 (cifra
que oscila dependiendo de la fuente consultada4 (Béthencourt Alfonso da la
cifra de 670 peones y 80 jinetes5 6 ) infantes castellanos desembarca en
Tenerife.
Alonso llega a acuerdos de paz con Añaterve,caudillo guanche del Menceyato
de Güímar,aprovechando Lugo, la enemistad de este meceyato con Benchomo
a causa de los tributos impuestos por el reino de Taoro (dado que estaban
entonces los güimareros sujetos a tributos al menceyato de Benchomo
después de que tras una batalla de ambos bandos acaecida en La Montaña la
Negrita, Arafo, saliesen victoriosos los taorinos), a los que se une el Menceyato
3. de Icode, el de Daute, el de Adeje y el de Abona, que forman el llamado bando
de paces, proclive a aceptar el dominio de los castellanos y aliados militares de
estos. Las conversaciones con otros menceyes no llegan a acuerdo alguno y la
alianza militar contra los españoles (o bando de guerra) queda compuesta por
los menceyatos de Taoro (Benchomo), Tacoronte (Acaymo), y Anaga
(Beneharo).
En abril de 1494, y procedente de Gran Canaria, desembarcó el conquistador
en la costa de la actual Santa Cruz de Tenerife con una tropa de peninsulares y
canarios (denominados hoy grancanarios) formada por unos dos mil hombres
de a pie y 200 a caballo. Tras levantar un fortín se dispuso a adentrarse hacia
el interior de la isla. Intentó un acercamiento a los bandos de guerra y a
Bencomo, mencey del más importante menceyato hostil le ofreció amistad, la
aceptación del cristianismo y el sometimiento a la autoridad de los Reyes
Católicos. El rechazo de las dos últimas condiciones hizo inevitable el
enfrentamiento.
El primer encuentro armado fue la célebre Primera Batalla de Acentejo que
tuvo lugar en el barranco de Acentejo, en el municipio de La Matanza. Una
tropa invasora de más de dos mil hombres se adentró por el norte de la isla en
dirección al valle de Taoro (valle de La Orotava). El objetivo era doblegar a los
guanches en el núcleo de su resistencia. Los guanches esperaron emboscados
a los castellanos que, sorprendidos sufrieron un grave descalabro, perdiendo
en la batalla el ochenta por ciento de sus fuerzas.La Primera Batalla de
Acentejo, conocida también como La Matanza de Acentejo, fue una batalla que
se produjo durante la conquista de la isla de Tenerife, en el Barranco de
Acentejo en el año 1494. aunque su fecha no puede atribuirse con exactitud, se
estima que pudo haber ocurrido en mayo. Esta batalla da lugar al nombre del
municipio homónimo en el norte de Tenerife, el cual, a su entrada, tiene un
mural conmemorativo de este episodio. Es considerada como uno de los
episodios más importantes de la Historia de Canarias, especialmente, por ser
la principal derrota del ejército castellano durante la Conquista de Canarias en
el siglo XV.
Tras la conquista de la isla de La Palma en 1493, todas las islas del
4. archipiélago quedaron bajo mando castellano, a excepción de la isla de
Tenerife, que seguía controlada por los guanches. Las tropas castellanas se
internaron en Tenerife para poder tener el control de todas las islas, pero se
encontraron con una resistencia mayor de la esperada. La contienda enfrentó,
por una parte, a los aborígenes de la isla de Tenerife, capitaneados por el
Mencey de Taoro, Bencomo, asistido por su hermano Chimenchia, y, por otra
parte, al ejército castellano, en el cual también se integraron aborígenes de la
propia isla (Menceyato de Güímar) como de otras (Lanzarote, Fuerteventura y
Gran Canaria), capitaneados por Alonso Fernández de Lugo.
El ejército castellano se adentró desde el campamento en el territorio de Taoro,
se apoderó de animales que pastaban por la zona y, confiándose al no
encontrar presencia de los guanches, emprendió el camino de regreso. Por
otra parte, el ejército aborigen los vigilaba y seguía por el monte para esperar
la oportunidad de tenderles una emboscada, lo que se produjo en el barranco
de Acentejo. Éste era un lugar de monte, con una cuesta hacia arriba con
presencia de matorrales y arbustos, presentando una desventaja táctica a los
jinetes castellanos, y, al mismo tiempo, una ventaja a los aborígenes de
Tenerife, ya que eran oriundos de esta zona.
El desenlace de la batalla se salvó como una victoria de los aborígenes
tinerfeños, utilizando como armas principalmente las pedradas y los
bastonazos, frente a un ejército castellano tecnológicamente superior,
obligando a los soldados castellanos supervivientes a retirarse a su
campamento en Añazo (actualmente en Santa Cruz de Tenerife). Se dice que
el pueblo de La Esperanza tiene ese nombre debido a la esperanza de
salvación de los castellanos tras la huida de la batalla, al divisar desde esa
zona montañosa el campamento en la costa.
El propio Alonso Fernández de Lugo salió malherido, pero pudo salvar su vida
gracias a la ayuda de Pedro Benítez el Tuerto. Alonso Fernández de Lugo
pudo escapar hacia Gran Canaria, donde preparó un nuevo asalto con tropas
mejor adiestradas y más recursos financieros aportados por comerciantes
genoveses y nobles castellanos. Los guanches, dueños de la situación,
5. destruyeron el fortín construido por los castellanos
Los castellanos iniciarion una estrategia de disminución de la población
guanche, se cree que con envenenamientos de manantiales; unido a las
enfermedades trasmitidas por los piojos de los castellanos que mataron una
parte de la población Guanche.Tras esto, con un ejército mejor armado y
entrenado, el Adelantado retornó a Tenerife. Tras reconstruir el fortín de Añazo,
se dirigió hacia los llanos de Aguere (La Laguna), donde en noviembre derrotó
a Bencomo en la conocida como Batalla de Aguere, durante la cual el líder
guanche cometió el error de presentar batalla en una zona llana. La caballería
y los refuerzos aportados por Fernando Guanarteme, fueron decisivos para la
victoria castellana. 1.700 guanches, entre ellos Bencomo y su hermano (o
hermanastro) Tinguaro, quedaron muertos en el campo de batalla.En
noviembre del mismo año, Alonso embarca desde Gran Canaria en una flota
de galeras con unos 1.200 infantes, 80 de caballería 25 ballesteros , y sobre el
10 de noviembre desembarca de nuevo en Tenerife, con el propósito de
culminar la conquista definitiva de la última isla que no reconocía aún la
soberanía de la Corona de Castilla.6
Comenzada la que se llamaría Batalla de Aguere, el 14, en la llanura cercana a
la actual Cruz de Piedra San Cristóbal de La Laguna, la vanguardia española
constituida por infantería de a pie y ballesteros desordenó las filas guanches, y
entraron en acción la caballería seguida de los piqueros, hiriendo y matando a
los fugitivos. En el enfrentamiento murieron unos 600 guerreros nativos, junto
al mencey o rey Benchomo, muerto en la actual montaña de San Roque, donde
se refugio mal herido, situación esta, que aprovecho Martín Buendia, gomero
bautizado que le asesto una lanzada mortal en el pecho, después de que este
se le rindiera. Al parecer, una epidemia posterior diezmó a los isleños, dejando
a la mayoría que sobrevivieron enfermos o débiles, lo que se conoce como la
"gran modorra", aunque su exacta dimensión e importancia en el resultado de
la batalla permanece controvertida por algunos historiadores. Acerca de la gran
modorra escribió el historiador y médico Juan Bethencourt Alfonso: [...] En las
condiciones de vida de los guanches las epidemias de modorra
necesariamente tenían poco poder difusivo, siendo su radio de acción muy
limitado. Hoy que se conoce el germen de la enfermedad y los medios más
adecuados de su propagación, cuando se considera que los guanches no
6. contaban con una sola población, ni el más modesto caserío, sino que las
familias moraban aisladas unas de otras separándolas 3 o 4 kilómetros, en
chozas ventiladas, y que no conocían los estercoleros, ni los alcantarillados, ni
pozos negros, ni letrinas, ni lavaderos públicos, ni otros elementos o factores
que pudieran dar lugar a la intoxicación del subsuelo o contribuir a la creación y
multiplicación de poderosos focos infecciosos, hay que convenir en que las
tales epidemias tenían que ser muy poco expansivas. Ni si quiera se puede
alegar como foco de origen los cadáveres de Acentejo, por que es bien sabido
fueron quemados por orden del rey Bencomo3
En diciembre de 1495, tras un largo periodo de guerrilla, saqueos y parálisis
bélica, los castellanos volvieron a penetrar, esta vez desde el norte de la isla,
en dirección a Taoro. Varios miles de guanches los esperaban en un barranco
cerca del actual municipio de La Victoria de Acentejo, no lejos de donde se
produjo la Primera Batalla de Acentejo. La victoria castellana en la Segunda
Batalla de Acentejo, Un mes después, Alonso terminó con la resistencia
guanche, al asaltar y vencer el menceyato donde había reinado Benchomo,
atacando desde el norte de la isla en dirección a Taoro. Unos 750 guerreros
guanches le esperaban en un barranco del actual municipio de La Victoria de
Acentejo, muy cerca del lugar en donde se había producido la gran victoria
guanche meses atrás, la Primera Batalla de Acentejo. Pero Lugo no pensaba
ahora consentir que la impedimenta y el ganado robado le estorbasen en sus
movimientos: la caballería, perfectamente organizada, cargó tras la primera
lluvia de saetas. En 1493 Alonso Fernández de Lugo solicita y obtiene de los Reyes
Católicos el título de Adelantado y la licencia para explorar y conquistar Tenerife.1 A primeros de
mayo del año siguiente, una expedición político-militar capitaneada por el mismo Alonso de Lugo
y formada por 30 navíos, 190 caballeros y entre 1.000-2.000 (cifra que oscila dependiendo de la
fuente consultada)2 3 4 infantes castellanos, más tropas nativas, desembarca en Tenerife por
Añaza. Se llega a acuerdos de paz con algunos menceyatos Icod, Daute, Adeje y Abona), que
forman el llamado bando de paces. La alianza militar contra los españoles (bando de guerra)
queda compuesta por los menceyatos de Taoro (Bencomo), Tacoronte (Acaymo), y Anaga
(Beneharo).3
Primera Batalla de Acentejo.
En mayo de 1494 se produce la Primera Batalla de Acentejo, denominada también con el
nombre de la villa que más tarde se edificó en aquel lugar, La Matanza de Acentejo, y que tuvo
lugar en el fondo del barranco del mismo nombre, en el punto por donde hoy discurre el Camino
de Santo Domingo,2 cayendo todo el ejército en una emboscada del hermano de Bencomo,
Tinguaro o Chimenchia (según las fuentes). Impedidos por el ganado robado que llevaban, y que
los silbos de los guanches desde los riscos había puesto en movimiento, fueron finalmente
masacrados por los guerreros de refresco que acompañaban a Bencomo y que cierran la salida
del barranco.
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7. Reorganización castellana
Después de la batalla de Acentejo, Alonso Fernández de Lugo regresa a Gran Canaria y prepara
un nuevo ejército, asociado a Juan Guzmán, duque de Medina Sidonia,3 que presta a la
empresa 600 hombres y 30 de a caballo, con Bartolomé Estupiñán Cabeza de Vaca como
Maestre de Campo.3 (Béthencourt Alfonso da la cifra de 670 peones y 80 jinetes).2 A este
contingente se suman 500 soldados castellanos, preparados por el Adelantado y su amigo Lope
Fernández de la Guerra, entre los que se encontraban los que escaparon del desastre de
Acentejo, así como un pequeño contingente enviado por Doña Inés Peraza, señora de
Lanzarote.
A primeros de noviembre, la tropa desembarca de nuevo en Tenerife, por Añaza.3 El día 14,
6.000 guerreros guanches (otras fuentes citan a 12.000) a las órdenes de Bencomo son
masacrados en los llanos de La Laguna por la caballería de Lugo. Miles de guerreros perecen,
además de su líder Bencomo: "mataron al Rey Grande que se llamaba el Rey Venitomo de
Taoro, y don Alonso de Lugo envió a Fernando Guanarteme para que se viera con el rey Ventor,
hijo de Venitomo, para requerirle se diese volviendo con la respuesta que el nuevo rey no se
quería dar…".5 Al día siguiente, los restos del ejército guanche llegan a Taoro y eligen a su hijo
como nuevo mencey.4
El ejército de Lugo, que solo sufrió algunas docenas de bajas, se apresta a asestar el golpe
mortal, desembarcando en el extremo opuesto de la isla de Tenerife unos 1.100 hombres,
caballería y artillería incluidos, que ascienden por el norte hacia Taoro.
“6.000 guerreros guanches le esperaban en un barranco del actual municipio de La Victoria de
Acentejo, muy cerca del lugar en donde se había producido la gran victoria guanche meses
atrás. Pero Lugo no pensaba ahora consentir que la impedimenta y el ganado robado le
estorbasen en sus movimientos: divide al ejército en dos grupos, el primero de ellos con las
armas de fuego y los ballesteros, y la caballería en los flancos. Ésta, perfectamente organizada,
cargó tras la primera lluvia de saetas, balas de cañón y descargas de arcabuces. La victoria
castellana y el hundimiento de la resistencia aborigen fue total. Bentor, hijo de Bencomo, se
suicidó siguiendo el ritual guanche, despeñándose por la ladera de Tigaiga. La conquista de
Tenerife se consumó, si bien la isla no se incorpora formalmente a la Corona de Castilla hasta el
verano de 1496”
El papel que pudo tener en la derrota la llamada "modorra guanche", nombre dado por algunos
historiadores a la supuesta epidemia resultante de los miles de cadáveres insepultos en la
primera Batalla de Acentejo (y eventualmente en la de Aguere), que habría dejado sin fuerzas y
postrados a gran número de guerreros, no está totalmente certificado.
La batalla decidió la conquista de la isla de Tenerife y el punto final de la conquista de las Islas
Canarias.3 Benytomo, nombrado mencey de Taoro y líder de la liga contra los españoles (bando
de guerra), acepta el 25 de julio de 1496, día en que se erige la Parroquia Matriz del Apóstol
Santiago y en el que, mediante la llamada Paz de Los Realejos, los guanches de Tenerife se
cristianizan y se confederan "a los reinos de las Españas". Pequeños grupos residuales de
rebeldes permanecen en las cumbres. La conquista castellana del archipiélago canario se da por
finalizada.3
Formalmente la isla no se considera incorporada a la Corona de Castilla hasta 24 de septiembre
8. de 1496, después de la que se considera última batalla en la conquista de Tenerife, acaecida en
La Mesas de Guaza, Arona, concretamente en el lugar conocido como Magotes, donde Alonso
de Lugo envió un destacamento integrado por 50 espingarderos alemanes al mando de un
mercenario y amigo de Alonso de Lugo llamado Jorge Grimon apodado el borgoñon, por ser
oriundo de la Borgoña. En esta batalla, fue decisiva la intervención de las armas de fuego,
siendo la primera vez que se utilizaban en la conquista de la isla y con la cual los guerreros
guanches vieron su esperanzas de victoria, nulas.facilitó el hundimiento de la resistencia
aborigen y el acceso al valle de Taoro quedó abierto. La batalla decidió la conquista de la isla de
Tenerife y el punto final de la conquista de las Islas Canarias.