1. La responsabilidad de los
cristianos de vivir conforme al
nuevo hombre que Dios les ha
hecho en Cristo - continuación
Efesios 5:1-21
Lección # 7 – Doctrina y Vida de la Iglesia
2. A. Introducción
• Un resumen de lo visto en la última parte del
capítulo 4:
- Hablar la verdad todo el tiempo. (v.25)
- Enojarse contra el pecado. (v.26)
- No darle oportunidades al antiguo “señor”.
(v.27)
- En vez de robar, trabajar y así poder
proveer para las necesidades de otros. (v.28)
3. A. Introducción
- Hablar palabras de ánimo y ayuda.
(v.29)
- No contristar el Espíritu Santo. (v.30)
- Ser misericordiosos, buenos y
perdonarnos. (vv.31-32)
4. B. Los hijos de Dios debemos
andar en amor. (5:1, 2)
• Hijos de Satanás vs. Hijos amados de Dios
• Dios nos ha dado lo que se requiere.
• Cristo es la manifestación sublime del gran
amor de Dios para con nosotros.
• El contraste de las “familias” y lo “natural”
de pertenecer a ellas.
5. C. Los hijos de Dios debemos
andar en la luz. (5:3-14)
• Las prácticas que no “corresponden”
con los hijos de Dios. (v.3-4)
• Naturaleza vs. Conducta. (v.5)
• Los cochinos y el barro.
6. C. Los hijos de Dios debemos
andar en la luz. (5:3-14)
• Dios sí condenará a los incrédulos. (v.6)
• ¿Unión desigual? (v.7)
• Hijos de luz que no deben ir en
tinieblas. (v.8-9)
7. C. Los hijos de Dios debemos
andar en la luz. (5:3-14)
• Siendo la prueba visible de la verdad.
(v.10)
• No compartir con los incrédulos en sus
pecados. (v.11-12)
• La luz disipa las tinieblas. (v.13-14)
8. D. Los hijos de Dios debemos
andar en sabiduría. (5:15-17)
“Así que tengan cuidado de su manera de vivir.
No vivan como necios sino como sabios,
aprovechando al máximo cada momento
oportuno, porque los días son malos. Por tanto,
no sean insensatos, sino entiendan cuál es la
voluntad del Señor.” NVI
9. E. Los hijos de Dios debemos
andar en el Espíritu. (5:18-21)
• Que el control lo tenga el Espíritu
Santo. (v.18)
• 4 manifestaciones del Espíritu en la
Iglesia que se sujeta a Él.
Notas del editor
Antes de iniciar el estudio del capítulo 5 de Efesios, leamos de nuevo la parte final del capítulo 4. Debemos leer estos versículos porque la primera parte del capítulo 5 es una continuación de lo que comenzó a enseñar Pablo en el capítulo 4, versículo 17. Lea 4:17-24.
Debido a todo lo que Dios ha hecho por nosotros y teniendo en cuenta que nos hemos despojado del viejo hombre que éramos en Adán y que nos hemos vestido del nuevo hombre que Dios nos ha hecho en Cristo, Pablo afirma en el capítulo 4 que debemos:
Lea 5:1. Cuando éramos hijos de Satanás, lo seguíamos en desobediencia a Dios y vivíamos vidas perversas y egoístas. Lea 2:1-3.
Ahora somos los hijos amados de Dios. Por tanto, ya no debemos seguir más los caminos de Satanás, sino debemos seguir los caminos amorosos de Dios, quien ahora es nuestro Padre.
Por muchos años, fuimos miembros de la familia de Satanás. Seguíamos su manera de pensar, de hablar, y de actuar. Estas cosas llegaron a ser naturales para nosotros. Entonces, aunque ahora somos de la familia de Dios, a veces es muy difícil dejar nuestras viejas costumbres e imitar la manera de ser de Dios, nuestro Padre. Pero ahora tenemos la capacidad de hacerlo, Lea 4:24.
Lea 5:1,2. El amor de Dios, que ahora debemos imitar en cada aspecto de nuestras vidas, fue manifestado claramente por el Señor Jesús cuando se dio a Sí mismo en la cruz como la paga de nuestros pecados.
En la época del Antiguo Testamento, los israelitas ofrecían sacrificios de animales a Dios, pero esos sacrificios nunca podían satisfacer a Dios. Pero cuando vino Jesús, Él se ofreció como un sacrificio a Dios por nosotros. Por la ofrenda de Jesús, Dios el Padre esta completamente satisfecho con el Señor Jesús cuando Él incondicionalmente y de buena voluntad se dio a Sí mismo en amor al Padre como un sacrificio a favor de nosotros. Nosotros, también, debemos darnos incondicionalmente y de buena voluntad al Padre para que el amor del Señor Jesús controle nuestros pensamientos, palabras, y acciones. Si el amor de Jesús controla nuestras vidas, entonces nuestras vidas agradarán a Dios, y otros llegarán a conocerlo por medio de nosotros.
Lea 5:3. Nosotros somos santos. Hemos sido santificados – apartados por Dios para servirle solamente a Él. Por esta razón, no debemos volver a dejar que nuestros cuerpos sean usados por el pecado, nuestro viejo amo. Lea Romanos 6:12,13.
Lea 5:4. Nuestras lenguas también deben estar bajo el control del Espíritu Santo. En lugar de hacer comentarios graciosos y necios acerca del sexo y los placeres pecaminosos, la boca del creyente debe estar llena de alabanzas y agradecimiento a Dios por Su amor y la gracia que nos ha mostrado por medio del Señor Jesucristo.
Cuando estamos caminando en el campo en tiempo de lluvias es muy fácil caerse porque hay mucho barro. Si nos llegamos a caer, no nos quedamos allí, sino que nos levantamos y tratamos de quitar el barro de la ropa. A la gente no le gusta vivir en el barro. Eso no va con su naturaleza. ¿Pero qué tal los cerdos? ¿A él le gusta el barro? ¡Claro que sí! Está feliz cuando se puede acostar en el barro y revolcarse en él. Aunque lo bañe, no demorará en volver al barro.
Esto ilustra la diferencia entre los hijos de Dios y los hijos de Satanás. A veces los hijos de Dios se resbalarán y caerán en el barro del pecado. Y a veces, hasta escogerán meterse en el barro. Pero como Dios los ha cambiado por dentro, nunca estarán felices quedándose en el pecado. Los hijos de Satanás son diferentes; aman el pecado y están felices de seguir en él, porque concuerda con su naturaleza malvada.
Lea 5:6. Puede ser que algunas personas piensen que, como Dios ama a la gente, no los mandaría al fuego eterno. Sin embargo, Dios sí juzgará y castigará eternamente a todos aquéllos que viven en rebelión a los mandatos dados en Su Palabra. Al destruir a todos los incrédulos en el tiempo de Noé, Dios demostró no sólo Su odio por el pecado, sino también el castigo por el pecado. Lea Génesis 6:5-7. También destruyó a Sodoma y Gomorra por su perversidad. Lea Génesis 18:20,21, 19:24,25.
Lea 5:7. ¿Qué pensarían ustedes si sus hijos escogieran hacerse amigos de sus enemigos y los acompañaran en sus actividades? ¿No se sentirían traicionados por ellos? ¿Y cómo se sentiría cualquier hombre al descubrir que su esposa se acostaba con otro?
Lea 5:8. Nosotros, también, éramos gente de las tinieblas. Éramos ignorantes de la verdad y nuestras vidas eran malas, porque estaban controladas por Satanás y el pecado. Pero todo esto ha cambiado. Ahora somos “hijos de luz”. El Espíritu Santo nos ha hecho gente de la luz, porque Dios es nuestro Padre. El Espíritu Santo nos ha enseñado la verdad, y Dios nos ha hecho nuevas personas a Su imagen. Lea 4:24.
Qué errado sería, entonces, volver a caminar en tinieblas como si todavía fuéramos siervos del pecado e ignorantes del bien. Debemos portarnos como personas que conocen la verdad y están unidas al Señor Jesús, quien es la Verdad. Lea Romanos 13:12-14.
Lea 5:9. Si vivimos en la luz, es decir, de acuerdo con la verdad, nuestras vidas serán como árboles buenos que producen el buen fruto de “bondad, justicia y verdad”.
Lea 5:10. No debemos vivir ignorando la voluntad de Dios para nuestras vidas como lo hace el mundo.
Lea 5:11. Los hijos de Dios no deben unirse con los perdidos en sus caminos perversos, porque éstos son como árboles que no producen fruto.
¿Qué debemos hacer en lugar de unirnos a las costumbres pecaminosas de la gente de este mundo? Debemos denunciar y poner en evidencia su pecado para que ellos se vean como los ve Dios. ¿Cómo hacemos esto? Viviendo en obediencia a la Palabra de Dios.
Lea 5:12. Aunque los hijos de Dios deben hablar de la maldad que existe en el mundo para denunciarla y ponerla al descubierto, sin embargo, el estilo de vida inmundo de la gente inconversa no debe ser tema de conversación para los hijos de Dios.
Lea 5:13. El propósito de la luz es disipar las tinieblas. Los que andan en la luz son faros en este mundo de tinieblas. Nuestros vecinos deben ver nuestra luz, por medio de un santo andar, aun antes de que escuchen el Evangelio de nuestras bocas.
Una de las razones por las cuales el Señor Jesús envió al Espíritu Santo a este mundo fue para poner en evidencia y denunciar el pecado para convencer a las personas de este mundo de su pecado.
Lea 5:15. Los hijos de Dios no deben vivir descuidadamente como los inconversos, porque ellos no son sabios. Ignoran la voluntad de Dios y no les importa conocerla. Los hijos de Dios son sabios cuando conocen y obedecen cuidadosamente la voluntad de Dios que han aprendido por medio de la Palabra de Dios.
Lea 5:16. El creyente sabio aprovechará cada oportunidad para hacer todo lo que el Señor le ha mandado en Su Palabra porque estamos viviendo en un mundo que está en rebelión contra Dios. Satanás es el dios, o gobernador, de la gente de este mundo, y él los está guiando en resistencia y oposición a la voluntad de Dios. Lea 5:17.
Lea 5:18. Cuando alguien se emborracha, muchas veces hace cosas absurdas, malvadas, y a veces arriesgadas. Los hijos de Dios nunca deben darle a Satanás este tipo de oportunidad en sus vidas. Lea 4:27.
En vez de dejarnos controlar por bebidas fuertes, Dios nos manda estar siempre bajo el control del Espíritu Santo. Lea Romanos 6:11-13. Él nos guiará a hacer únicamente lo que está escrito en la Palabra de Dios.
- Enseñar, animar y consolar los unos a los otros con porciones de los Salmos y otras escrituras.
- Alabar y adorar al Señor.
- Agradecer al Señor aun en situaciones adversas.
- Se someten unos a otros.