2. Ella nació en Noirmoutier una pequeña isla frente a la costa
noroeste de Francia, el 31 de julio de 1796, y recibió en el
bautismo el nombre de Rosa Virginia . Ella era la octava hija de
Dr Julian y Anne Pelletier. Su padre muerto cuando ella tenía
diez años. En 1810 su madre colocó Rosa Virginia en un
internado en Tours. Su madre murió en 1813; Rosa Virginia no
se enteró de la muerte de su madre hasta después del funeral.
Cerca del internado fue el convento de la Orden de Nuestra
Señora de la Caridad del Refugio, una congregación religiosa
fundada por San Juan Eudes para proporcionar atención y
protección a las mujeres y niñas que se encontraban sin hogar
y en riesgo de explotación. A pesar de las reservas de su tutor
Rosa Virginia se le permitió unirse a las hermanas, siempre que
ella no hace sus votos antes de cumplir los 21. Hizo su
profesión en 1816, tomando el nombre de María de Santa
Eufrasia .
3. Las hermanas de la comunidad habían sido
dispersados en un punto durante la revolución; la
mayoría había sido encarcelado. Rosa Virginia se
unió a lo que era una comunidad de hermanas
cansadas de edad avanzada. Poco tiempo
después de su profesión, se convirtió en la primera
señora de los penitentes, y de unos ocho años más
tarde se hizo superiora de la casa de Tours . Ella
fundó una comunidad para las mujeres que
querían tener un estilo de vida contemplativa y
apoyaría, por su ministerio de oración, las
diferentes obras de la Congregación.
4. Cuando entra en un convento (Nuestra Señora de Caridad), según
la costumbre de entonces, tiene que escoger otro nombre, se
decide por Teresa, pero replica la superiora: ¿Teresa? ¿Tú, Teresa?
¿Una mujer tan grande? ¿Por quién te tienes?... Rosa Virginia
reflexiona: Pues, bien. Eufrasia. Nadie conoce a esta santa tan
humilde. Me llamaré Eufrasia, bien pequeñita... Sólo que aquella
pequeñita iba a ser una mujer gigante en la Iglesia.
Porque su misión va a ser para la Iglesia entera. La Hermana María
Eufrasia dirá su frase famosa: “Yo no quiero que se diga que soy
francesa. Yo soy italiana, inglesa, alemana, española, americana,
africana o hindú. Yo soy de todos los países donde hay personas que
salvar”. Pronto va a demostrar que eso no son sueños bonitos. A
los diecisiete años entra en un convento fundado por San Juan
Eudes en el siglo XVII.
5. “una taza de leche dada con amor vale mas que mil palabras”
“Soy de todos los países donde hay almas que salvar”
“El ejemplo impresiona mucho mas que las palabras y por el se
obtiene resultados sorprendentes”
“Tengan confianza ilimitada en la providencia pero trabajen al
mismo tiempo como si todo dependiese de ustedes”
“Sean imágenes vivas de Jesús buen pastor en medio de sus
rebañitos”
“No tuve riqueza ni talento solo las eh amado y las eh amado con
todo mi corazón”
6. Superiora del Refugio deTours
Tras su profesión religiosa, en 1817, la Hna. Eufrasia recibió la delicada tarea de
maestra de las penitentes . Dotada de un equilibrado carisma de dirección, no tuvo
recelo de juntarse a sus subalternas en las conversaciones y paseos, ingeniándoselas
para distraerlas. No obstante, cuando se trataba de la Ley de Dios se mostraba tan
severa e inflexible que preferían cualquier penitencia a una sola mirada de
reprobación de su maestra.
El Buen Pastor de Angers
En 1829 las hermanas de Tours fueron invitadas a abrir un Refugio en la ciudad de
Angers e instalarse en el antiguo edificio del Buen Pastor. Sobrecogida de viva
alegría, la Madre Eufrasia aceptó enseguida y se desplazó hasta allí, con el objeto
de organizar el incipiente monasterio. Los primeros meses fueron duros, debido a
la falta de recursos materiales; pero, superados estos obstáculos, comenzó "la era
de los milagros" 7 para el Refugio del Buen Pastor: llovían los donativos, las
vocaciones se multiplicaban y se erigió una hermosa capilla.
7. Hija de la Santa Iglesia Católica Apostólica Romana
los hechos no tardarían en darle la razón a la fundadora: la Obra del Buen Pastor se
desarrolló prodigiosamente, difundiéndose por los cinco continentes, de tal manera que
cuando falleció había dejado 110 monasterios donde vivían en armonía hermanas
profesas, novicias, Magdalenas, penitentes y otras tantas categorías de jóvenes, con un
total de casi 20.000 hijas espirituales.