3. Informar es proporcionar noticias y nociones.
Estar informado incluye acontecimientos y
saberes. Aun así, debemos puntualizar que
información no es conocimiento. Por sí
misma, la información no lleva a comprender
las cosas: se puede estar informadísimo de
muchas cuestiones, y a pesar de ello no
comprenderlas. Es correcto, pues, decir que la
información da solamente nociones, lo cual no
es negativo: también el llamado saber nocional
contribuye a la formación del homo sapiens.
Pero si el saber nocional no es de
despreciar, tampoco debemos sobrevalorarlo.
4. Por subinformación entiendo una información
totalmente insuficiente que empobrece
demasiado la noticia que da, o bien el hecho de
no informar, la pura y simple eliminación de
nueve de cada diez noticias existentes. Por
tanto, subinformación significa reducir en
exceso. Por desinformación entiendo una
distorsión de la información: de noticias
falseadas que inducen a engaño al que las
escucha. En concreto, la subinformación y la
desinformación tienen zonas de superposición
y traspasan la una a la otra. Pero esto no nos
impide que podamos analizarlas por separado.
5. La difusión de la información aparece con el periódico.
Pero lo que llamamos propiamente información de masas se
desarrolla con la radiofonía. El periódico excluye eo ipso al
analfabeto, mientras que la locución de la radio llega también
a los que no saben leer ni escribir. A esta extensión
cuantitativa le puede corresponder un empobrecimiento
cualitativo. Pero siempre existirá una diferencia entre el
periódico y la radio: como la radio habla también para los que
no leen, debe simplificar más y debe ser más breve, al
menos en los noticiarios. Aun así se puede decir que la radio
complementa al periódico.
6. La televisión informa más que la radio, en el
sentido de que llega a una audiencia aún más
amplia. Pero la progresión se detiene en este
punto, porque la televisión da menos
información que cualquier otro instrumento de
información. Además, con la televisión cambia
Durante algún tiempo los noticieros de
radicalmente el criterio de selección de las
televisión eran fundamentalmente
informaciones. La información que cuenta es
lecturas de estudio. Después alguien
la que se puede filmar mejor; y si no hay
descubrió que la misión de la televisión
filmación no hay noticia. No se la ofrece, pues
es “mostrar” las cosas de las que habla.
no es “video-digna”.
Y este descubrimiento señala el inicio de
la degeneración de la televisión, porque
limita la televisión a lo cercano (a las
aldeas cercanas) y deja al margen las
localidades y los países problemáticos o
a los que cuesta llegar con un equipo de
televisión.
7. Todo el mundo habrá observado que en la televisión son cada vez más abundantes las
noticias locales y nacionales y cada vez más escasas las noticias internacionales. Lo peor
de todo es que el principio de que la televisión siempre tiene que “mostrar”, convierte en
un imperativo el hecho de tener siempre imágenes de todo lo que se habla, lo cual se
traduce en una inflación y en un abuso de imágenes.
La obligación de “mostrar” genera el deseo o la exigencia de “mostrarse”. Esto produce el
pseudo-acontecimiento, el hecho que acontece sólo porque hay una cámara que lo está
rodando, y que de otro modo no tendría lugar. El pseudo-acontecimiento es, pues, un
evento prefabricado para la televisión y por la televisión.
8. El nivel al que ha descendido nuestra televisión se debe fundamentalmente a un personal que
tiene un nivel intelectual y profesional muy bajo. La información televisiva se podría organizar
mucho mejor.
El hombre de la cultura escrita y, por tanto, de la era de los
periódicos leía, por ejemplo, alrededor de quince
acontecimientos diarios significativos –nacionales o
internacionales- y por regla general cada acontecimiento se
desarrollaba en una columna del periódico. Este noticiario
se reduce al menos a la mitad en los telediarios; y con
tiempos que a su vez descienden a 1 ó 2 minutos. La
reducción-compresión es enorme: y lo que desaparece en
esa compresión es enorme; y lo que desaparece en esa
compresión es el encuadre del problema al que se refieren
las imágenes.
9. La CBS, una de las grandes cadenas de televisión, ha comentado tranquilamente: “es
simplemente una cuestión de preferencia de los espectadores. El índice de audiencia
aumenta con acontecimientos nacionales como terremotos o huracanes”.
El hecho de informarse requiere una inversión
de tiempo y de atención; y llega a ser
gratificante sólo después de que la información
almacenada llega a su masa crítica.
Análogamente, el que ha superado el “umbral
crítico”, en lo que se refiere a la política y a los
asuntos internacionales, capta al vuelo las
noticias del día, porque comprende enseguida el
significado y las implicaciones.
Si las preferencias de la audiencia se concentran en las noticias nacionales y en las
páginas de sucesos es porque las cadenas televisivas han producido ciudadanos que se
interesan por trivialidades.