El temperamento pragmático y funcional de los romanos se reflejó en su arquitectura utilitaria. Su poder e imperio requirió el desarrollo de una ingeniería civil para satisfacer las necesidades de la sociedad y el estado. Los romanos utilizaron sistemáticamente el arco de medio punto y la bóveda para cubrir grandes espacios, heredando y adaptando estas técnicas de los etruscos y civilizaciones orientales.
2. El temperamento y la sensibilidad artística de los romanos
difería de la de los griegos: frente al esteticismo heleno, el
pragmatismo romano. De aquí deriva el carácter utilitario,
funcional, de su arquitectura. Por otra parte, el poderío
político y militar del estado romano, su expansionismo
militar y extraordinaria dimensión territorial, hizo necesario
el desarrollo de una ingeniería civil al servicio de las
necesidades de la sociedad y del Estado.
PODEMOS DESTACAR LOS SIGUIENTES RASGOS
CARACTERÍSTICOS:
Utilización sistemática del ARCO DE MEDIO PUNTO y la BÓVEDA
para cubrir recintos de gran amplitud, sobre todo a partir del s.
II. Esta solución, que no excluye el uso de los SISTEMAS
ADINTELADOS, es herencia de la civilización etrusca y del
contacto con las grandes civilizaciones orientales
(Mesopotamia). Estas soluciones se acomodan bien a las
necesidades romanas porque permiten crear espacios
grandiosos y prácticos al mismo tiempo.
3. En muchos edificios los arquitectos romanos superponen el dintel al arco (de ½ punto o
semicircular), lo que genera efectos de gran dinamismo.
El tipo de Bóvedas utilizado es variado: de aristas, de cañón, semiesféricas, gallonada, de cuarto de
esfera, anular, de nervios, etc. Especial mención merece la CÚPULA (utilizada en las provincias
orientales), en la que los arquitectos romanos demostraron una extraordinaria pericia.
Los MATERIALES empleados son: la
SILLERÍA, con innumerables aparejos
para el muro, el LADRILLO COCIDO
VISTO y EL MORTERO U HORMIGÓN,
un material pobre y barato creado a
partir de un mezcla de cantos rodados
o piedras pequeñas, y arena, unidas
por cal viva disuelta en agua; una vez
seco, este material era prácticamente
indestructible, duro como la misma
piedra. Los romanos llamaban a este
material OPUS CEMENTITIUM. Este
material les permitió levantar
construcciones colosales de gran
robustez, con gruesos muros que
exigían un rico revestimiento de
mármol, mosaico, estuco pintado,
4. Con la llegada de la tecnología a
comienzos del siglo XX, la arquitectura
toma un vuelco y la expresión humana se
encuentra en manos de una computadora
no-pensante, pero sí muy útil a la hora de
evaluar posibilidades, espacios,
requerimientos, materiales y terrenos
Así, las edificaciones con estilo greco romano,
renacentista o románticas, comienzan a desaparecer
para dar paso a construcciones modernas en
espacios reducidos. Es decir, edificios funcionales
donde se pueda desarrollar lo mismo que se hacía
antes horizontalmente, ahora hacerlo de manera
vertical. Por lo que, las nuevas construcciones
reciben el nombre de “edificios inteligentes”. Donde
cada segmento de la sociedad, se ve identificada
según sus alcances económicos y necesidades.