3. CONCEPTO:
La Doctrina Social de la Iglesia es la ciencia que entra en diálogo
con las diversas disciplinas y que se ocupan de la realidad del
hombre, éstas son: Lo religioso, Lo social Lo económico y lo
político.
También se define como el conjunto de normas y principios
referentes a la realidad social, política y económica de la
humanidad basado en el Evangelio y en el Magisterio de la
Iglesia católica. que se ocupa de enseñar el Comportamiento
correcto de los hombres en su vida social. Aplica las enseñanzas
de Jesucristo a la vida en sociedad, siempre con el fin de buscar
la salvación de las almas.
4. PRINCIPIOS DE LA DOCTRINA
SOCIAL DE LA IGLESIA
1. Amar a Dios sobre todas las cosas y a tu prójimo
Para alcanzar las grandes bendiciones de Dios el mismo nos hadado el mayor ejemplo,
el cual nos dice a través de su santa palabra que debemos
amarle al igual que todas aquellas personas que están a
nuestro alrededor.
2.-Dignidad de la persona humana
La dignidad humana es el derecho que tiene cada ser humano , de ser respetado y
valorado como ser individual y social, con sus características y condiciones
particulares, por el solo hecho de ser persona.
Es por ello que la iglesia basada en la doctrina,
busca constantemente diseñar estrategias para
que las personas sean valoradas en todo los aspectos
de la vida y no se vulnere su dignidad como ser.
5. 3.- El bien común
Hablar de bien común es estar todos trabajando en el mismo ideal, donde cada uno de nosotros Dejemos nuestro
yo a un lado y no esforcemos por lograr objetivos unidos
4.-Subsidiariedad
Se entiende por principio de subsidiariedad el principio en virtud del cual el Estado sólo
debe ejecutar una labor orientada al bien común cuando advierte que los particulares o los
organismos intermedios no la realizan adecuadamente, sea por imposibilidad o sea por
cualquier otra razón.
5.-La solidaridad
Es valor que permite a las personas a tender la mano en momento de circunstancia adversas para una persona.
6. Aportes del magisterio al mundo
•Rerumnovarum R.N. (1891)
León XIII ha llegado a ser conocido como el primer Papa de las encíclicas. La más importante de sus
encíclicas, sin duda, es la conocida con el nombre de Rerumnovarum, promulgada el 15 de mayo de
1891. Con esta encíclica se iniciaba una nueva etapa conocida como Magisterio Social Pontificio. Por
medio de la encíclica el Papa de los obreros, con tono firme, hacía resonar en el mundo entero la voz de
la Iglesia que, una vez más, se alzaba en defensa de los débiles, los pobres, los sin voz.
•"QuadragesimoAnno“ ( Q.A. 1931)
Es la principal encíclica social de Pío XI, y fue promulgada en el 40° aniversario de la "Rerum No-varum". La
depresión económica de EEUU a fines de 1929, que afectó al mundo entero, la extensión del estado totalitario en
Europa y el éxito del comunismo "han hecho necesaria -dice Pío XI- una más cuidadosa aplicación de la
doctrina de León XIII e incluso algunas adiciones". Pío XI advierte que es necesario poner el acento en algunos
puntos: la reforma del Estado, las reformas de las asociaciones profesionales, la justicia social, el régimen
capitalista, el socialismo y la renovación moral. La primera institución que hay que reformar, dice Pío XI, es el
Estado, y, lo primero, para que dé su lugar a todas las asociaciones intermedias, terminar con el vicio del
"individualismo".
•Mater et magistra ( MM 1961)
Promulgado en 1961, este documento de lenguaje sencillo alcanzó una difusión y un eco universal inusual en las
encíclicas papales. Juan XXIII se propone que sus palabras sean en tendidas por todos, y con tono conciliador y
animoso, manifiesta una gran apertura al mundo, a la técnica y a las ciencias, a la socialización y al reencuentro
entre los hombres. "Mater et Magistra" trata extensamente la razón de ser de la Doctrina Social de la Iglesia, que
surge de la misión dada a la Iglesia por Cristo, de velar "con maternal solicitud por la vida de los individuos y de
los pueblos". "Deseamos que se estudie cada vez más la doctrina social". Y exhorta a que sea una disciplina
obligatoria en los seminarios, en los colegios católicos y en la catequesis parroquial y, en general, que haya un
verdadero esfuerzo por divulgarla. Y finalmente, el Papa resalta que la verdadera educación social católica es la
que culmina con la acción social de los católicos."La economía debe estar la servicio del hombre",
7. • "Populorum progressio": (PP 1967) el desarrollo es el nuevo nombre de la paz
Pablo VI había inaugurado su pontificado con una encíclica, "EcclesiamSuam" (1964),
después de tres años de elaboración, la primera encíclica social, la "PopulorumProgressio"
(1967).Es la encíclica que más autores modernos cita. Con un mensaje luminoso, valiente y
esperanzado, pide a la humanidad que dé un paso adelante en la solidaridad. Algunas citas
breves nos ubican en el espíritu de este valioso documento: "Los pueblos ricos gozan de un
rápido crecimiento, mientras que los pobres se desarrollan lentamente". Quién no ve los
peligros que hay en ello, de reacciones populares violentas, de agitaciones insurreccionales y
de deslizamiento hacia las ideologías totalitarias?”.
• "Octogésima adveniens": ( OA 1971)
A los 80 años de la "RerumNovarum", Pablo VI dirigió una carta al Cardenal Mauricio Roy,
presidente del Consejo para los seglares y de la Comisión Pontificia "Justicia y Paz". La
"Octogésima Adveniens"(1971) se divide en dos partes: en la primera presenta una serie de
aplicaciones de la Doctrina Social a problemas de la sociedad industrial. Y en la segunda, un
enfoque original en la línea del magisterio socio-político al rescatar "la visión global del
hombre y de la humanidad .
•"Laboremexercens": (LE 1981) el hombre y el trabajo bajo la lupa papal
Juan Pablo II en el tema de esta encíclica es el del hombre en el "vasto contexto de esa
realidad que es el trabajo". Publicada el 14 de septiembre de 1981, conmemora el 90°
aniversario de la encíclica "RerumNovarum". La cuestión social que plantea ya no es "un
problema de la clase", sino el "problema del mundo", y pone el acento en la prioridad del
hombre sobre el producto. Para el Papa, el economicismo del capitalismo liberal (o
materialismo práctico) tiene una responsabilidad decisiva en el problema del trabajo y es el
causante de la antinomia entre el capital y el trabajo y todos los conflictos consecuentes.
8. "Centesimus annus“ ( CA 1991) reafirmación de la Doctrina Social
No es casual que la fecha elegida para su promulgación fuera el 1° de mayo de 1991. Primero, por ser la fecha
tradicional del Día del Trabajo en todo el mundo, y segundo, porque en ese mes de mayo cumplía 100 años la
"RerumNovarum.". Juan Pablo II hace una relectura de León XIII para iluminar este fin de siglo con la visión
evangélica de las nuevas aristas que presenta la cuestión social. Al enumerar las causas de la caída del
socialismo real, considera que antes que a la ineficiencia del sistema económico, se debe a la violación de los
derechos del trabajador.
9. LA NATURALEZA DE LA DOCTRINA SOCIAL
a) Un conocimiento iluminado por la fe.
La doctrina social, por tanto, es de naturaleza teológica, y específicamente teológicomoral, ya que
« se trata de una doctrina que debe orientar la conducta de las personas ». « Se sitúa en el cruce
de la vida y de la conciencia cristiana con las situaciones del mundo y se manifiesta en los
esfuerzos que realizan los individuos, las familias, operadores culturales y sociales, políticos y
hombres de Estado, para darles forma y aplicación en la historia ». La doctrina social refleja, de
hecho, los tres niveles de la enseñanza teológico-moral: el nivel fundante de las motivaciones; el
nivel directivo de las normas de la vida social; el nivel deliberativo de la conciencia, llamada a
mediar las normas objetivas y generales en las situaciones sociales concretas y particulares. Estos
tres niveles definen implícitamente también el método propio y la estructura epistemológica
específica de la doctrina social de la Iglesia. La doctrina social halla su fundamento esencial en la
Revelación bíblica y en la Tradición de la Iglesia. De esta fuente, que viene de lo alto, obtiene la
inspiración y la luz para comprender, juzgar y orientar la experiencia humana y la historia. En
primer lugar y por encima de todo está el proyecto de Dios sobre la creación y, en particular,
sobre la vida y el destino del hombre, llamado a la comunión trinitaria. La fe, que acoge la
palabra divina y la pone en práctica, interacciona eficazmente con la razón
10. b) En diálogo cordial con todos los saberes
La Iglesia es consciente de que un conocimiento profundo del hombre no se alcanza sólo con la teología, sin las
aportaciones de otros muchos saberes, a los cuales la teología misma hace referencia. La apertura atenta y
constante a las ciencias proporciona a la doctrina social de la Iglesia competencia, concreción y actualidad.
Gracias a éstas, la Iglesia puede comprender de forma más precisa al hombre en la sociedad, hablar a los
hombres de su tiempo de modo más convincente y cumplir más eficazmente su tarea de encarnar, en la
conciencia y en la sensibilidad social de nuestro tiempo, la Palabra de Dios y la fe, de la cual la doctrina social «
arranca ».110 Este diálogo interdisciplinar solicita también a las ciencias a acoger las perspectivas de
significado, de valor y de empeño que la doctrina social manifiesta y « a abrirse a horizontes más amplios al
servicio de cada persona, conocida y amada en la plenitud de su vocación .
c) Expresión del ministerio de enseñanza de la Iglesia
La doctrina social es de la Iglesia porque la Iglesia es el sujeto que la elabora, la difunde y la enseña. No es
prerrogativa de un componente del cuerpo eclesial, sino de la comunidad entera: es expresión del modo en que
la Iglesia comprende la sociedad y se confronta con sus estructuras y sus variaciones. Toda la comunidad
eclesial —sacerdotes, religiosos y laicos— participa en la elaboración de la doctrina social, según la diversidad
de tareas, carismas y ministerios.
El conjunto doctrinal resultante abarca e integra la enseñanza universal de los Papas y la particular de los
Obispos. En cuanto parte de la enseñanza moral de la Iglesia, la doctrina social reviste la misma dignidad y tiene
la misma autoridad de tal enseñanza. Es Magisterio auténtico, que exige la aceptación y adhesión de los fieles.
d) Hacia una sociedad reconciliada en la justicia y en el amor
La finalidad de la doctrina social es de orden religioso y moral. Religioso, porque la misión evangelizadora y
salvífica de la Iglesia alcanza al hombre « en la plena verdad de su existencia, de su ser personal y a la vez de su
ser comunitario y social ». Moral, porque la iglesia mira hacia un
11. Humanismo pleno », es decir, a la « liberación de todo lo que oprime al hombre » y al « desarrollo integral de
todo el hombre y de todos los hombres ». La doctrina social traza los caminos que hay que recorrer para
edificar una sociedad reconciliada y armonizada en la justicia y en el amor, que anticipa en la historia, de
modo incipiente y prefigurado, los « nuevos cielos y nueva tierra, en los que habite la justicia »
e) Un mensaje para los hijos de la Iglesia y para la humanidad
La primera destinataria de la doctrina social es la comunidad eclesial en todos sus miembros, porque todos
tienen responsabilidades sociales que asumir. La enseñanza social interpela la conciencia en orden a reconocer
y cumplir los deberes de justicia y de caridad en la vida social. Esta enseñanza es luz de verdad moral, que
suscita respuestas apropiadas según la vocación y el ministerio de cada cristiano.
La doctrina social de la Iglesia es una enseñanza expresamente dirigida a todos los hombres de buena
voluntad y, efectivamente, es escuchada por los miembros de otras Iglesias y Comunidades Eclesiales, por los
seguidores de otras tradiciones religiosas y por personas que no pertenecen a ningún grupo religioso.
f) Bajo el signo de la continuidad y de la renovación
Orientada por la luz perenne del Evangelio y constantemente atenta a la evolución de la sociedad, la doctrina
social de la Iglesia se caracteriza por la continuidad y por la renovación.133 Esta doctrina manifiesta ante todo
la continuidad de una enseñanza que se fundamenta en los valores universales que derivan de la Revelación y
de la naturaleza humana. Por tal motivo, la doctrina social no depende de las diversas culturas, de las
diferentes ideologías, de las distintas opiniones: es una enseñanza constante, que « se mantiene idéntica en su
inspiración de fondo, en sus “principios de reflexión”, en sus fundamentales “directrices de acción”, sobre
todo, en su unión vital con el Evangelio del Señor
12. La fe no pretende aprisionar en un esquema cerrado la cambiante realidad sociopolítica. Más bien es
verdad lo contrario: la fe es fermento de novedad y creatividad. La enseñanza que de ella continuamente
surge « se desarrolla por medio de la reflexión madurada al contacto con situaciones cambiantes de este
mundo, bajo el impulso del Evangelio como fuente de renovación. Madre y Maestra, la Iglesia no se
encierra ni se retrae en sí misma, sino que continuamente se manifiesta, tiende y se dirige hacia el
hombre, cuyo destino de salvación es su razón de ser. La Iglesia es entre los hombres el icono viviente
del Buen Pastor, que busca y encuentra al hombre allí donde está, en la condición existencial e histórica
de su vida. Es ahí donde la Iglesia lo encuentra con el Evangelio, mensaje de liberación y de
reconciliación, de justicia y de paz.