1. REPRODUCCION CANINA
Fases del ciclo sexual.
Existen cuatro fases diferenciadas en el ciclo sexual que reciben el nombre de:
1. Anestro.
Es el período de tiempo que transcurre entre dos celos. Es la fase de inactividad sexual o de
reposo sexual. Es la más larga y es el tiempo que pasa entre dos ciclos de la perra, unos 6
meses.
2. Proestro.
Es la fase inmediatamente anterior al estro. Los signos externos más notables son la dilatación
de la vulva y la expulsión de una mucosidad sanguinolenta de color oscuro que irá
aclarándose progresivamente a medida que avanza el ciclo. La mucosa vaginal es de color
rosáceo. Esta fase dura 10 días de media, pero puede variar entre 3 días y 3 semanas. Los
machos se ven atraídos, pero las hembras todavía no son receptivas y rechazan al macho,
girándose y sentándose, haciendo imposible la monta. Muchas perras se lamen la vulva y
evitan en ocasiones que nos demos cuenta del sangrado.
3. Estro o celo verdadero.
Comienza cuando la hembra es receptiva y termina cuando rechaza de nuevo a los machos.
Al igual que la fase anterior dura unos 10 días, pudiendo variar entre 3 y 21, en esta fase la
perra no se gira, sino que busca al macho y ladea la cola para exponer la vulva.
Constituye el momento óptimo para que la hembra se quede preñada. Se produce una
subida de la hormona luteinizante (LH) que induce a la ovulación la cual se produce 2 días
después de comenzar el estro.
Como signos externos encontramos los siguientes: La vulva alcanza su máxima turgencia,
la mucosa vaginal se vuelve pálida y blanquecina y a la palpación presenta ostensibles
contracciones. La hembra está dispuesta para el acoplamiento entre los días 9 y 14 del ciclo
aunque generalmente se cubre el día 11 y el 13. Se suelen realizar dos montas, con un día de
intervalo ente ambas.
4. Metaestro o Diestro.
Esta fase dura unos 2 meses (igual que una gestación), dependerá del tiempo que tarden las
hormonas en regularse después del estro. Durante esta fase la vulva recupera su estado
normal. Sólo aparece en aquellas perras que no han quedado preñadas tras la fase de estro.
2. Ya no existe atracción entre los dos sexos y si ha habido monta, y gestación se desarrollarán
los signos típicos de la preñez: crecimiento del abdomen, aumento de peso, presencia de
leche en las mamas al final de estos 2 meses, etc.
Acoplamiento.
La F.C.I. estipula una edad mínima para reproducir
de 10 meses enlos machos y 12 en las hembras y
una edad máxima de 9 años en las hembras y 10
en los machos de tal forma que si alguno de los
progenitores no cumple estos requisitos la sociedad
central canina no concederá pedigree a los hijos
nacidos de este acoplamiento.
El mejor momento para realizar el acoplamiento es
a las 48 horas de haber comenzado el estro, que
viene a ser el día 11 o 13 del ciclo y se repetirá 48
horas después.
Técnicamente hablando el acto de la cópula es sencillo. La excitación que provoca en el
macho la presencia de la hembra en celo produce un notable aumento de la irrigación
sanguínea del pene con el consiguiente aumento de volumen y erección del mismo.
Una vez en el interior de la vagina el pene es presionado por el rodete vaginal; esto hace que
hembra y macho permanezcan unidos entre sí hasta que el pene se descongestione. La
duración de la cópula es muy variable pudiendo oscilar entre los 10 y los 45 minutos.
Mientras permanecen unidos pueden percibirse por medio de la palpación una serie de
pulsaciones entre sus aparatos reproductores; se trata de movimientos peristálticos cuyo fin
es hacer progresar los espermatozoides desde los testículos hasta la vagina y posteriormente
al oviducto. Esto influye en la duración del acoplamiento; si la perra está relajada la duración
es menor, si por el contrario está activa, se mueve moderadamente y tira en dirección
contraria al macho, la duración será mayor.
Los acoplamientos deben hacerse de forma controlada, es decir, debemos estar presentes para
solucionar los inconvenientes que pudieran presentarse. En la actualidad se recurre mucho al
acoplamiento artificial en el que el criador ayuda al macho.
Esto se hace por dos razones:
Para asegurarnos de que la monta se produce, evitando tener que estar vigilando
continuamente si lo hacen o no de forma natural.
Por incompatibilidad física entre los dos ejemplares, por ejemplo, razas gigantes por
razones de peso o en caso de que haya una amplia diferencia entre la altura de los dos
ejemplares…
3. El inconveniente de este sistema artificial es que algunos perros se acostumbran a que las
hembras estén siempre dispuestas y a que les ayuden y posteriormente no realizan la monta
de forma natural.
Cuando la hembra es primeriza a veces habrá que tranquilizarla y sujetarla porque aunque
siente el impulso de copular al no tener experiencia se muestra nerviosa y rechaza al macho.
En estos casos se puede utilizar vaselina estéril para lubricar la vulva y facilitar la
penetración.
Cuando tanto la monta natural como la asistida son imposibles de realizar habrá que recurrir
a la inseminación artificial.
Gestación.
La gestación se inicia en la Trompa de Falopio,
donde se produjo la fecundación, y prosigue en el
útero donde llegarán los óvulos fecundados que se
implantan en la pared uterina alrededor del día 21.
La duración de la gestación es variable; se establece
entre los 58 y los 65 días (58-59 días en razas
pequeñas y partos más tardíos en razas grandes).
Los signos de embarazo no se hacen evidentes hasta
la 5ª o 6ª semana de gestación dependiendo de la
raza, tamaño, número de cachorros gestados, etc…
Estos signos consisten en un aumento del volumen
abdominal que es precedido por un aumento gradual de los flancos y alrededor de la 6ª
semana un aumento del volumen de las mamas. Al final del periodo de gestación por
palpación puede apreciarse el movimiento de los cachorros en el abdomen. Se puede
diagnosticar por medio de una ecografía alrededor del día 30-35 de gestación.
En cuando a la alimentación de la hembra gestante hemos de tener en cuenta que hasta la 3ª
semana de gestación no es necesario suplementar su dieta, aunque esto dependerá del estado
de nutrición de la hembra. A partir de esta 3ª semana aumentaremos la ingesta de alimento
en un 20% pero será el estado general de la hembra el que nos indique la cantidad que debe
comer.
Es importante que sigamos un adecuado programa de desparasitación; así desparasitaremos
a la hembra una semana antes o después de los cruzamientos y una semana antes de la fecha
prevista del parto.
La perra debe realizar ejercicio moderado durante toda la gestación; probablemente durante
la última semana de gestación estará ya muy pesada y será ella misma la que dosifique el
ejercicio físico que pueda realizar.
4. Durante la semana previa al parto hemos de tener en cuenta varios factores:
Llevar un registro diario de la temperatura corporal de la hembra; cuando el parto está
próximo la temperatura desciende a 37,5º y cuando la temperatura es 37º C el parto es
inminente. El día del parto la hembra normalmente no come, aunque no es una regla fija.
Debemos preparar la paridera en el lugar elegido de manera que la perra tenga tiempo para
adaptarse a ella; así evitaremos la ansiedad que le provocaría cambiarla en el último
momento.
La paridera debe estar diseñada de tal forma que evite que la madre pueda aplastar algún
cachorro y también que estos puedan salirse de ella. Además debe estar fabricada de una
material fácil de desinfectar.
Dispondremos de una estufa o mantas de calor para que en el momento del parto la
temperatura ambiente sea óptima (22º C).
Debemos preparar todo el material de asistencia que podamos necesitar:
Guantes de látex.
Empapadores.
Tijeras.
Hilo de seda.
Betadine.
Toallas.
Jabón neutro.
Vaselina estéril.
Glucosa.
Si la perra pertenece a una raza de pelo largo hemos de lavar y depilar la región mamaria y
perineal.
Recomendación: Tener el teléfono de contacto del Médico Veterinario de urgencias por
si surgen complicaciones.