La enfermedad del sueño es causada por un parásito transmitido por la picadura de la mosca tse-tse. Los síntomas incluyen fiebre, dolor de cabeza y cambios de comportamiento. Posteriormente, el parásito invade el sistema nervioso central causando somnolencia y alteraciones del sueño, lo que da nombre a la enfermedad. No tratada, es mortal.
3. • La enfermedad del sueño es
una enfermedad provocada
por un parásito denominado
tripanosoma transmitido por
la mosca tse-tsé.
• Los parásitos involucrados
son protozoos, transmitidos
por picaduras de la mosca
tse-tsé.
4. • Al principio los tripanosomas
se multiplican. Al tiempo, los
parásitos invaden el SNC al
cruzar la barrera
hematoencefálica. El proceso
puede durar años.
FASES:
• La primera etapa de la
enfermedad (fase
hemolinfática), presenta
ataques de fiebre, jaquecas,
dolores de articulaciones y
picazón.
5. • En la segunda fase (fase
neurológica):el parásito atraviesa la
barrera hematoencefálica e invade el
sistema nervioso central. Esto ocurre
cuando los síntomas se manifiestan:
confusión, alteraciones de los
sentidos y pobre coordinación y
sobretodo alteraciones del ciclo de
sueño, lo que le da el nombre a la
enfermedad. Sin tratamiento, la
enfermedad del sueño es letal.
confusión
6. • El tripanosoma se transmite al hombre
por la picadura de la mosca tse-tsé del
género Glossina.
• Una semana después de la picadura
aparece una lesión inflamatoria en la piel
que se suele curar espontáneamente.
• Existen dos tipos: La causada por
el tripanosoma brucei gambiense provoca
una infección crónica de varios años de
evolución. El tripanosoma brucei
rhodense tiene los mismos síntomas pero
evoluciona en semanas.
7. Tras la picadura de la mosca tse-tsé, el tripanosoma entra
en el organismo y comienza a multiplicarse para invadir los
distintos sistemas corporales.
Los síntomas más comunes son:
• Accesos de fiebre muy elevada durante varios días,
separados por periodos sin fiebre.
• Debilidad intensa, dolor de cabeza, dolores musculares y
picor generalizados.
• También surgen adenopatías (inflamación de los ganglios
linfáticos).
8. • Los primeros sistemas invadidos son el cardiovascular,
renal y endocrino. Se producen taquicardias, anemia,
edema intenso, alteraciones circulatorias y pérdida de peso.
• Cuando la enfermedad está avanzada comienza la invasión
del SNC. Cambia el comportamiento y el carácter del
individuo que se muestra indiferente, con menos
concentración e irritable. A medida que avanza, el
humor es impredecible, pasando bruscamente de la alegría
a la tristeza. Durante el día aparecen periodos de
somnolencia, cada vez más frecuente y prolongados. Por
la noche aparece el insomnio.
9. • Cualquier mínimo esfuerzo se
hace imposible. Es típico el signo
de la llave o signo de Kerandel,
que supone que el enfermo no
puede abrir una cerradura por el
dolor que le supone doblar la
muñeca.
• En la fase final el paciente entra
en coma, proceso que le produce
la muerte.
10. • Debe atacarse a la mosca tse-
tsé fumigando las zonas donde
se producen los anidamientos
de las moscas y evitar su
reproducción. La protección
masiva es complicada por la
ausencia de vacuna y porque
la quimioprofilaxis no protege
más de cuatro o seis semanas,
y, además, tiene efectos
secundarios.
11. Individualmente deben tomarse las siguientes medidas:
• Evitar zonas donde pueda haber insectos infectados.
• Usar ropa fresca y clara que cubra la mayor parte de la
superficie corporal.
• Aplicar un repelente de insectos.
• Colocar una mosquitera alrededor de la cama.
• Por la noche, utilizar esprays o difusores eléctricos o de
pilas con insecticidas.
• No se aconseja tomar ningún fármaco como prevención.
12. • Si no hay afectación neurológica se usa la suramina, por
vía intravenosa y a las dosis adecuadas en función del peso
y edad del enfermo. Es muy eficaz, pero provoca
reacciones adversas.
• Si hay afectación del sistema nervioso central, se emplea
melarsoprol, que tiene una elevada toxicidad y debe
administrarse por vía intravenosa en dos ciclos separados
entre sí de diez a veinte días. Tiene efectos secundarios
mortales en uno de cada veinte pacientes tratados.