1. LINEA DE TIEMPO DE LA EVOLUCIÒN DE
DROGAS COCAINA, MARIHUANA,
METANFETAMINA, LSD EN EL SER HUMANO
REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA DEFENSA
EJÉRCITO BOLIVARIANO
INSPECTORÍA GENERAL
GRUPO DE TRABAJO DE INSPECCIONES
INSPECTORIA DELEGADA PARA LA 22 BRINF
SM3. JOSE ANTONIO ROMERO LINAREZ.
INSPECTORIA ELEGADA PARA LA 22BRINF.MOT.
2. La Cocaína
Hechos sobre la cocaína:
es diferente de las demás drogas. No causa dependencia física. A diferencia de la heroína, el síndrome de abstinencia de la cocaína no es doloroso. No se toma diariamente. La
cocaína aumenta la fuerza de la persona. Le hace más fuerte, más inteligente y más seguro. Bajo la influencia de la cocaína, el consumidor puede beber más y su funcionamiento
sexual mejora. Por eso es que cuando alguien pasa un fin de semana con los amigos en un club, no ve ningún riesgo en el uso de un par de líneas. El problema es que para algunas
personas, el fin de semana con drogas puede convertirse en años y años en búsqueda del subidón de cocaína.
Síntomas del consumo de cocaína: Aun después de la primera exposición a la cocaína, el cuerpo humano comienza a experimentar
cambios que se manifiestan en el rápido crecimiento de tolerancia y alteraciones asociadas a la reactividad. La cocaína es una droga de acción corta. Una vez que se
ha alcanzado el subidón de cocaína, el consumidor siente un ardiente deseo por mantenerlo el mayor tiempo posible y por eso usa la droga incesantemente. Pero
con cada dosis sucesiva, se reduce cada vez más la intensidad y la duración del efecto de la cocaína. En este estado, la persona pierde el control sobre su
comportamiento. Gasta mucho dinero y se empuja a sí mismo a un límite cerca de la devastación física y mental. Al final del "atracón", siente que está a punto de
estrellarse. Tal estado es la resaca de la cocaína. En esta etapa, el cuerpo y la mente necesitan un descanso, pero el sentimiento de conmoción interior no le permiten
a la persona conciliar el sueño. En este estado es imposible concentrarse en hacer algo. La incapacidad de descansar, el cansancio físico y mental extremo, la
pérdida de concentración y el nerviosismo producen pensamientos de peligro inminente, así como una sensación de amenaza y horror y la premonición constante de
algo malo. En etapas posteriores, estos pensamientos se vuelven delirantes, provocando ideas paranoicas de persecución. En este estado, la persona revisa todos los
rincones de su habitación, cada vez que oye un coche pasando, o mira frecuentemente por la ventana para asegurarse de que la policía no viene para detenerlo. Él
cierra las puertas con llave y busca cámaras y micrófonos. Después de la depresión paranoica aparecen la apatía y la sensación de futilidad. La comida se vuelve
insípida y las reuniones con los amigos parecen obligaciones innecesarias. La persona no puede trabajar o jugar deportes. No tiene ni la energía ni las ganas para
eso. La única cosa que puede animarlo y darle la alegría es la cocaína. Por ello es que, después de recuperarse, va con los amigos a pasar una noche violenta, en la
cual consume cocaína sin vacilar y sin pensar que 2-3 días después, la resaca será aún más difícil que antes.
El ciclo de la cocaína
El siguiente es el así llamado "ciclo" de la cocaína: 1-2 días de uso intensivo; después el consumidor se
estrella; siguen 3-4 días de recuperación, deseo, y depresión y finalmente el uso se repite. Por otra parte,
las consecuencias de este tipo de "círculos" se vuelven con el tiempo más y más devastadoras. La adicción
a la cocaína tiene consecuencias médicas, sociales y financieras. El nerviosismo, la paranoia y el
insomnio se vuelven permanentes. Se manifiestan constantemente síntomas tales como el temblor de
manos y la secreción nasal. Se producen periódicamente ataques de pánico y la desagradable sensación de
revoloteo en el área del estómago. Finalmente, la persona se da cuenta de que no puede vivir más con la
cocaína, pero todos los intentos para dejar la droga resultan en una recaída.
3. La Marihuana:
Iniciación: El inicio es todo muy divertido, esa sensación de transgresión, de libertad, todo es risas.
Fumás y reís como un idiota. Incluso hasta te emociona estar viviendo esa experiencia tan ''alocada'', a pesar de estar fumando prensado meado por los
primos de Ortigoza. Fumás de vez en cuando, cuando te invitan, cuando pinta, etc.
La etapa de compra para consumo personal: En esta etapa notás que tener porro te hace más cool, que el que tiene porro siempre es alguien respetado ,
y a quien le chupan las medias, entonces buscás la forma de comprarte ya sea sacandole plata a tus viejos, o no sé, vendiendo cosas que no usás. Y
manipulás a tus entornos siendo ''el Sensei''.
El consumo aumenta de manera acentuada, y empezás a experimentar ese viaje de fumar solo.
La etapa de Idiotización: La Marihuana suele generar bastantes boludeces en la conducta de una persona, sobre todo en la de un adolescente ; en esta
etapa te puedes hacer unas rastas o venerar a dudosos personajes como Bob Marley o El Che Guevara. Te puede pasar la estupidez más grande que
imagines. Filosofar sobre dudosos dioses como Jah, o hablar de Babilonia, incluso hasta te puedes vestir como un payaso con los colores Rojo, Verde y
Amarillo.
Etapa donde se sobre-valoran pelis donde hay drogas, y hasta te puede nacer un fanatismo exagerado por Scarface. También desarrollas como un pseudo-
odio a la Policía, porque no te deja consumir ''algo tan natural como la ganjah''.
La Etapa del Fumón Pro: En esta etapa sos como un licenciado en fumar, y vivís presumiendo de tus conocimientos. Empezás a usar palabras como Weed,
Blunt, etc. Te interesan dudosas revistas como THC.
Y tenés hasta 5 clases de papelillos en tu billetera, desde OCB, a papeles de celulosa. Fumaste en pipa, en pipa de agua, en una manzana, y hasta hiciste un
nevadito. También usas gotas para los ojos, así no quedás tan escrachado y podés caretearla en tu casa, colegio, o donde mierda vayas.
La Etapa del descontrol y la adicción: Prácticamente querés vivir fumado. Y además el consumo de porro te acercó a otras drogas, ya sean sintéticas, o
demás. Cada día que pasás sin fumar es un aburrimiento tremendo, y si no tenés porro te tomás una birra o algo así.
La Etapa de la decadencia y la miseria: En esta etapa tu vida se torna una mentira, ya no hay valores ni principios, no importa mas el dios Jah, ni nada,
solo tenés amigos por interes. Y si no hay porro ni te juntás con tus amigos.
Te convertís en un humano miserable, raspás pipas para fumar aunque sea resina, revolvés cajones para sacar restos de porro, y te terminás fumando un
faso que contiene mitad prensado y mitad pelusas.
Ya no importa mas nada. A pesar de que todos decían que era algo divertido fumar, y que no causaba adicción, te vés envuelto en una dependencia
tremenda. A pesar de que Dady Brieva te decía que todo re bien con la plantita, o que Andrés Calamaro te incitaba a fumarte uno, ahora las cosas ya no son
tan graciosas y Andrés Calamaro no va a salvarte.
4. La heroína:
Al igual que la cocaína, el alcohol y otras sustancias el consumo mantenido de heroína determina una serie de cambios
neuroquímicos en nuestro cerebro con una salvedad, consistente en que el efecto está mediado directamente por la heroína y
no de manera indirecta como en el caso de la cocaína. En líneas generales podemos decir que la heroína actúa sobre unos
receptores cerebrales del circuito de recompensa produciendo euforia y bienestar (por aumento de la dopamina); esto hace que
el individuo incremente la frecuencia de consumo para alcanzar dicho estado pero, a su vez, también condiciona el fenómeno de
tolerancia, es decir, que para conseguir el mismo efecto hay que aumentar la dosis consumida. Otro detalle importante, que
explica la aparición del síndrome de abstinencia, es que las concentraciones del neurotransmisor noradrenalina se disparan
cuando se disminuye la dosis o cesa el consumo bruscamente generando la clínica del síndrome de abstinencia.
La heroína actúa sobre unos receptores cerebrales del circuito de recompensa produciendo euforia y bienestar por aumento de
la dopamina
Por tanto, la búsqueda de la euforia y la evitación del síndrome de abstinencia hacen que la persona aumente la frecuencia y la
dosis en el consumo.
Todos estos cambios no se instauran de manera brusca y completa, sino de manera gradual y progresiva, correlacionándose
con unas fases en el consumo. ¿Cuáles son?
De contacto: La persona consume por primera vez heroína, suele hacerlo en grupo y por vía esnifada. En algunos casos el
consumo puede hacerse solo.
De incremento: Al experimentar el bienestar y euforia generados por el consumo la persona va incrementando el consumo en
frecuencia y dosis. Es aquí donde puede haber un cambio en la vía de administración.
De meseta: La persona presenta un patrón de consumo regular; aún consigue evitar los problemas asociados. El consumo no le
aporta efectos indeseables por lo que tiene la falsa creencia de que “controla” el consumo.
De consecuencias: Empiezan a ser patentes las consecuencias derivadas del consumo (laborales, económicas, legales,
familiares, físicas y psicológicas). En esta fase es cuando la persona se plantea dejar el consumo. Si lo intenta por su cuenta,
sin ayuda profesional, suele haber un corto periodo sin consumir que acaba desembocando en la segunda o tercera fase.
5. LSD:
Mientras que el LSD puede ser una droga peligrosa que es principalmente consumida por los jóvenes, puede ser una ventaja que los signos del consumo de LSD
sean tan distintivos, ya que esto hace que sea más fácil para los padres o seres queridos el detectar el consumo de este tipo de droga.
El LSD se vende en pastillas, cápsulas o en forma líquida. El líquido se impregna en papel secante especialmente preparado que a menudo está impreso con
personajes de dibujos animados y perforados. Cada cuadro es una pequeña dosis de LSD. El papel secante se mantiene en la boca del usuario hasta que toda la
droga se ha absorbido.
Aproximadamente en una hora o así después de consumir esta droga, las percepciones de una persona y el sentido de la realidad empiezan a cambiar. Esto
puede asustar a la persona que está pasando a través de esto por primera vez, o a alguien que es emocionalmente inestable. Pero para una persona que sabe lo
que viene, esto se considera un cambio deseable.
El LSD crea una percepción sensorial que se interpreta como una expansión de conciencia o una experiencia religiosa que trasciende los límites normales de la
conciencia y la existencia.
Una persona que consume LSD puede sentirse relajado y más sociable. Pasar por la experiencia de consumir LSD se llama un “viaje”.
Por otro lado, es perfectamente posible tener “malos viajes”, lo que significa que la persona empieza a tener mucho miedo y pánico. Pero si la persona tiene
pánico no hay escape del universo alterado en el que él mismo se encuentra inmerso.
La modificación de percepciones puede incluir:
Distorsiones del tiempo, de la profundidad, del espacio, tamaño y forma
Alucinaciones de cosas que no existen o de que elementos fijos se están moviendo – en la mayoría de los casos, la persona es consciente de la irrealidad de estos
efectos, pero en aquellas situaciones donde esto no es cierto, pueden ocurrir lesiones o la muerte
Alteración de la percepción de la velocidad
Una experiencia sensorial mezclada, en otras palabras, “escuchar” colores o “ver” la música
Intensificación de los sentidos del oído, del tacto o de la vista – las alucinaciones visuales pueden ir desde la intensificación de colores o destellos de luz hasta
motivos geométricos que se mueven u otros patrones que pueden ser vistos con los ojos abiertos o cerrados
La sensación de que una persona ha dejado su cuerpo o de que su cuerpo ha cambiado de forma
Una persona que va a través de un viaje de LSD por lo general siente que está ganando una cierta comprensión o conocimiento especial que no estaba
disponible cuando no estaba bajo los efectos del LSD. Un esfuerzo por entender mejor la vida o para continuar con ese “conocimiento especial” puede conducir
a una persona a repetir la experiencia.
6. La Metanfetamina:
La primera etapa se inicia cuando se empiezan a sentir los primeros efectos de la metanfetamina, el aumento del
ritmo cardiaco, el aumento de la presión arterial… Esta etapa de “acelerón” puede durar hasta media hora.
La segunda etapa puede durar entre 4 y 16 horas, y es una etapa en la que uno se siente muy inteligente, más
que el resto, y se puede poner a discutir con mucha facilidad. También puede darse que se centre en algo de
forma muy intensa, puede ser desde algo importante a algo insignificante.
En la tercera etapa llega el desenfreno, donde la hiperactividad se adueña del cuerpo y existe un impulso que
obliga a consumir más y más droga, pudiendo durar entre 3 y 15 días en este estado.
La cuarta etapa se inicia cuando después del desenfreno la droga ya no produce ningún efecto sobre el cuerpo y
el consumidor entra en un estado de alucinaciones constantes, viviendo en su propio mundo y con un gran
sentimiento de vacío.
Cuando el cuerpo dice basta se conoce como la quinta etapa. Tras no poder soportar los efectos de la
metanfetamina el cuerpo acaba colapsando, lo que acaba resultando en un largo período de sueño y descanso.
Tras este sueño prolongado los efectos de la droga se hacen patentes en el cuerpo, el hambre y la deshidratación
son más que evidentes en el cuerpo, y el consumidor está exhausto en todos los sentidos. El problema de
esta sexta etapa es que para muchos consumidores, la solución es volver a consumir metanfetamina.
La última etapa sólo se produciría tras un período de al menos un mes sin consumir. En esta etapa aparece
la ansiedad, la pérdida de energía vital y la necesidad de volver a consumir. La metanfetamina es una de las
drogas más difíciles de dejar debido a su elevado potencial de adicción, por lo que resulta tremendamente
complicado retirarse por completo de la metanfetamina.