2. Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitad
para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido
Y si hijos, también herederos; herederos de Dios
y coherederos con Cristo, si es que padecemos.
Porque todos los que son guiados por el Espíritu de
Dios, estos son hijos de Dios. El espíritu de adopción,
por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!
El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu,
de que somos hijos de Dios, juntamente con él,
para que juntamente con él seamos glorificados.
Romanos 8:14-17
3. 1. Las posibilidades se vuelven ilimitadas,
cuando obedeces a Dios
Dios te capacita para dejar los miedos,
romper tus límites y levantar tus topes.
4. 2. No mates al león que hay en ti.
Más bien, afila tus destrezas
“El Espíritu mismo da testimonio a nuestro
espíritu, de que somos hijos de Dios”.
Romanos 8:16
5. 3. Deja que Dios te trate
Como todo atleta que no es coronado si no
lucha legítimamente, de igual manera Dios
quiere llevar a la gloria y convertir en sus
herederos a aquellos que se dejan modelar
por él.
6. 4. No tome las instrucciones de Dios
como algo sin importancia
“Hijo mío, no menosprecies la disciplina
del Señor, ni desmayes cuando eres
reprendido por él; Porque el Señor al que
ama, disciplina, y azota a todo el que
recibe por hijo”.
Hebreos 12:5-6
7. 5. Si quieres disfrutar de su amor,
debes aceptar su corrección
“Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos;
porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no
disciplina? Pero si se os deja sin disciplina, de la cual
todos han sido participantes, entonces sois
bastardos, y no hijos”.
Hebreos 12:7-8
8. 6. La obediencia a Dios tiene su propósito
“Por otra parte, tuvimos a nuestros padres
terrenales que nos disciplinaban,
y los venerábamos.
¿Por qué no obedeceremos mucho mejor al
Padre de los espíritus, y viviremos?
Y aquellos, ciertamente por pocos días nos
disciplinaban como a ellos les parecía, pero
éste para lo que nos es provechoso, para
que participemos de su santidad”.
Hebreos 12:9-10
9. Dios quiere verte triunfar.
¿Estás dispuesto a pagar el precio?
¿Cuál es tu mayor miedo?
¿En qué sabes que debes obedecer a Dios,
y todavía no lo haces?