Julio Cesar Castillo Tarazona
(categoría ponencia, 3er puesto en la Expo evaluación 2007: la evaluación desde la mirada de los estudiantes, realizada el día 21 de septiembre de 2007 en la Universidad Pedagógica Nacional, Bogota- Colombia)
1. 528. ABSTINENCIA RARA- muchas veces es una señal de humanidad que no
carece de importancia el no querer juzgar a alguno y negarse a emitir
apreciaciones acerca de el.
Federico Nietzsche1
Hablar de evaluación, propio de los profesionales de educación, es muy a
menudo, una leve llovizna que constante e inacabable moja lo mojado y es un
gran espejo que sin duda manifiesta nuestro camino e itinerario de viaje a
través de nuestro devenir histórico como humanos. Leve llovizna en cuanto a
que cada gota es una alternativa de interpretación de lo que en general la
evaluación pretende ser; por tanto, el binomio educación – evaluación se divide
en dos, en lo que debe ser y en lo que por su naturaleza pretende ser. Una
cosa es lo que el exterior le dice, consecuencia de los desarrollos tecnológicos
que históricamente nos legaron los ideales de eficiencia y rendimiento propias
de la ilustración y del modernismo. En todas las áreas hizo eco la tendencia
casi enfermiza y neurótica de dirigir los comportamientos humanos. Es
enfermiza al generar malestar y crisis. Lo racional y objetivo, lo materia y
científico limitan al ser humano igualándolo a la máquina, pretendiendo revelar
lo irrevelable, ésa es su neurosis, imaginar que se explica lo inexplicable y que
controla lo incontrolable.
Hace mas de cuarenta años, en un artículo publicado por Merwin (1965) se
señala cómo 2200 años antes de Cristo, se desarrollaban en la antigua China
“una especie rudimentaria de exámenes de habilidad” 2 para evaluar a los
oficiales del ejército. Si bien es cierto esto no podría ser denominado
evaluación en el sentido total de la palabra, solo haría referencia a uno de sus
más utilizados sentidos: medir. Es aquí donde me detengo para luego abordar
el sentido más amplio. Evaluar no es sacar una foto de un episodio. Evaluar no
es el saber quien eres ahora. Evaluar no es observarte como a un objeto de la
manera más objetiva y objetivizable posible de la forma más ajena e inhumana.
La evaluación no es un paso, es el camino. El binomio educación – evaluación
solo existe en el contexto de lo humano. El humano no es acabable o finito, una
maquina creada por él si. Un objeto puede ser medido, es posible el saber que
es, que lo compone y posiblemente como se comportará, puede ser sometido a
intentos de objetivizacion, todo esto bajo la subjetividad encadenada, pero el
ser humano no puede ser sometido a esto, no por falta de ganas, pues esto es
llevado a cabo en muchos lugares incluso muy cotidianos, pero me refiero a
que no debe serlo éticamente, en nuestro contexto pedagógico. Éticamente no
es admisible.
1
Nietzsche F,(1978) Aurora.
2
Merwin, Jack,. (1965) Una ojeada histórica a los conceptos cambiantes de evaluacion
2. Los ministerios, organismos internacionales, bolsas de valores, rectorías y en
general la inmensa cantidad de escritorios que gerencian, reciben únicamente
datos, instantáneas en el tiempo. Las instituciones educativas viven y se
justifican en la medición y en la foto de quienes son frente a los demás.
Entregan informes a las gerencias educativas de rendimiento y de producción
en bruto. Algo similar a una corporación: ¿cuánto se vendió? ¿Cuántos se
gradúan? ¿Qué calidad de producto se ofrece al mercado? ¿Satisface las
necesidades de la ley oferta demanda?
Los profesionales de la educación, quiero decir, los artistas del arte de facilitar
aprendizajes, no debemos ser atornillados por los vaivenes cambiantes del
mercado. Al binomio educación – evaluación no le debería afectar lo que
suceda en Wall Street.
Todos los aspectos exteriores a la educación – evaluación generan en las
relaciones de enseñanza aprendizaje, nubla y confusión. Definir y definir la
palabra evaluación seria intentar objetivizar un proceso. ¿Por qué
desnaturalizamos nuestra naturaleza?
Si observamos con mucha atención a nuestro primer maestro o maestra en
nuestro hogar, quizá nunca recordemos haber sido valorados por un numero o
una letra. Nunca recuerdo a mi madre decirme que perdía el año de
comportamiento en casa. Sin embargo, sus procesos educativos eran y siguen
siendo constantes, humanos, subjetivos, emotivos y cambiantes. Pero:
¿pretendo que la evaluación educativa sea tan subjetiva? SI. Humana y
subjetiva. ¿Por qué? Porque eso somos y a eso queremos llegar a ser seres
humanos inacabables y subjetivos. Esto es lo que la educación – evaluación
pretende y ha pretendido ser. Un proceso de relaciones humanas en contextos
socioculturales de emociones que sean impredecibles e incontrolables. No en
el sentido occidental de caos. Así, según Suzuki (1960) “la naturaleza es
caótica en el sentido de ser una reserva de posibilidades infinitas” 3. Nosotros
somos también naturaleza. Al parecer el racionalismo nos saco irracionalmente
de ella. Somos también una reserva de posibilidades infinitas. Por tanto, así
debemos ser tenidos en cuenta.
Voy a ser un poco mas concreto. ¿Cómo evaluamos los profesores de
educación física? X cantidad de movimientos específicos repetidos + Y
distancia / tiempo corriendo = nota. Traduzco: si eres capaz de hacer hoy esto
y aquello, eres competente. Perdón: ¿para que soy competente? ¿Qué evaluó?
Un ser humano de infinitas posibilidades de comportamientos, sensaciones,
sentimientos, pensamientos, movimiento. ¿O una maquina? Ese era el día
decisivo, era el día de la nota.
3
Suzuki, D.T., Fromm. E., (1960) Budismo zen y psicoanálisis.
3. Me niego rotundamente a valorar un ser humano por como se comporta en un
episodio determinado. No es posible definir y describir a un humano solo por un
episodio, siquiera por n episodios, es cambiante transitorio, infinito. Al evaluar,
miramos hacia atrás y hacia delante desde el presente, quien era y quien será;
no evalúo, no a solas, evaluar en común con el contexto en el cual se
desarrolla el acto de enseñanza aprendizaje. Somos el reflejo del entorno
social y cultural que constantemente nos impacta con creencias, normas, leyes,
sensaciones. Mi verdadero yo no es mi verdadero yo, es solo un espejo. Por
eso, intentar subjetivizar un sujeto es como morder el sol. Formula: ninguna
mas que ser humano. Comprobación: educa a un automóvil si lo tuyo es
encontrar datos objetivos y exactos. Enséñale a un computador a aprender de
sus errores y a compadecerse del dolor y sufrimiento ajenos. Y sigue haciendo
de tus alumnos sin luz, un océano de frustraciones motrices. La cultura de la
aldea global lo exige. Rendir, rendir y rendir. Programar individuos que
produzcan sin reflexionar y que no sean tan humanos porque los humanos
somos impredecibles.
Julio Cesar Castillo Tarazona