Este documento define la resiliencia como la capacidad de afrontar la adversidad y adaptarse bien ante tragedias o estrés severo. Explica que ser resiliente no significa no sentir dolor ante dificultades, sino que implica aprender conductas y formas de pensar que permiten superarlas. Las personas resilientes aceptan la realidad, creen que la vida tiene sentido y tienen la capacidad de mejorar, controlando emociones y comportamientos e identificando causas de problemas para evitar su repetición.