El documento describe las etapas del proceso creativo y cómo los arquetipos de Jung se relacionan con ellas. La primera etapa de información/preparación corresponde al Arquetipo del Explorador. La etapa de combinación corresponde al Arquetipo del Bufón. La etapa de incubación/iluminación corresponde al Arquetipo del Mago. Finalmente, la etapa de verificación corresponde al Arquetipo del Guerrero.
2. Crear es un proceso.
Cuando necesitamos una idea original iniciamos un proceso
de búsqueda y descubrimiento sin saber muy bien a dónde
nos llevará. En la antigüedad se creía que este proceso
estaba emparentado con lo divino y que la inspiración era
una musa que solo visitaba a unos cuantos elegidos.
La biografía de los genios eran los únicos estudios sobre
creatividad, hasta que a partir de 1950, Guilford y Poincaré,
entre otros, iniciaron estudios enfocados en el proceso
creativo de todas las personas.
3. Las paradojas del proceso
creativo
La idea creativa a veces es un huésped extraño, un invitado que
no sabemos cuándo va a llegar.
El proceso creativo es pasivo y activo a la vez.
Nos sumergimos profundamente en el problema pero a la vez
debemos mantener viva la capacidad de sorpresa. Apasionados
pero a la vez distanciados.
El creativo es poseedor de las ideas, pero a la vez las ideas lo
poseen a él.
4. Etapas del Proceso Creativo
Información o Preparación
Combinación
Incubación (Inconsciente)
Iluminación (¡Eureka!)
Verificación
5. Información
La primera etapa es la preparación del terreno. Aquí
buscamos definir el problema con toda claridad. Analizamos
el todo, las partes y sus relaciones. Abrimos nuestra
percepción a los datos.
Obtenemos y seleccionamos la materia prima. La calidad de
la materia prima va a determinar la calidad de la creatividad.
Einstein decía que la “definición del problema” es el paso
más importante de todo el proceso de investigación.
6. Combinación
En esta etapa nos permitimos “jugar” sin “juzgar”,
llevar todo a los extremos con la posibilidad de ser
irracionales, todo está permitido.
Buscamos todas las combinaciones posibles,
dejamos que las ideas “floten”. Probamos mucho.
Freud decía que el intelecto debería deponer su
actitud de “perro guardián” a las puertas del espíritu
durante el proceso creativo, para que las ideas
puedan fluir.
7. Incubación
Sobre esta etapa no tenemos ningún control, ya que se realiza en el
subconsciente. Por ello, a veces los problemas se resuelven en un
sueño o cuando estamos realizando actividades mecánicas como
manejar, ir al baño, etc.
Se realizan conexiones inusitadas, muy originales, ya que no tenemos
las barreras y prejuicios que mostramos cuando estamos en estado de
consciencia.
Es un período en el que pueden surgir angustias y la sensación de que
no se conseguirá lo que se ha propuesto, surgen ansiedades, miedo a
quedarse en blanco, al vacío y a la incapacidad de encontrar las
“respuestas creativas” deseadas.
Carl Jung habla de una técnica de desconexión de la conciencia a fin
de que los contenidos inconscientes puedan desarrollarse.
8. Dejar que el subconsciente
trabaje
Una persona creativa, acostumbrada a pasar por esos procesos,
sabe que es necesario un tiempo interior para que los
distintos elementos puedan “amalgamarse”. Es como si fuese
una fase de “cocción” cuya duración no siempre podrá ser
controlada por la persona que crea. Mucha gente
abandona sus procesos creativos en este momento por no
soportar esa “espera en la oscuridad”. Nunca se sabe cuanto
tiempo durará una incubación, pueden ser horas o años.
Salvador Dalí Utilizaba la técnica budista con un plato y una
cuchara
9. Iluminación
La solución irrumpe de golpe. Es cuando llega la luz a la oscuridad del
proceso de incubación y las partes antes dispersas se unen presentando un
todo ordenado. Ese es el momento más agradecido del proceso creativo,
porque es cuando uno ve todo claro y conectado. Es un tipo de éxtasis
placentero que da energía a todo y justifica todo el esfuerzo anterior. Es el
clímax.
Sería maravilloso poder decir que aquí se acaba el proceso creativo. Como
si fuera un cuento de hadas, como un “feliz para siempre” eternizado en el
placer de la iluminación. Pero, no …no es así . el proceso creativo sigue su
ritmo y así se entra en la próxima fase.
10. ¡Eureka!
La historia dice que Arquímedes pronunció esta
palabra tras descubrir que el peso de un cuerpo,
sumergido en agua, desplazaba una cierta cantidad de
esta, propiedad que hoy conocemos con el
nombre de densidad. Esto le permitió saber si la
corona del Rey estaba hecha de oro puro.
Tal fue alegría que salió a las calles de Siracusa
desnudo y gritando ¡Eureka!, que significa ¡Lo
encontré!
11. Verificación
La idea se contrasta con sus posibilidades en la realidad. Se examina la solución
encontrada y es el momento de evaluar si merece la pena dedicar a tensión a lo que
se ha intuido. Muchas personas piensan que lo mejor es no entregarse a la primera
ocurrencia tras la situación en suspenso propia del momento de incubación
emocionalmente es uno de los momentos más difíciles porque engendra
incertidumbre e inseguridad frente a las decisiones necesarias. Y en general
conlleva como consecuencia o bien abandonar todo el trabajo, o reemplazarlo o
comunicarlo y ningunas de esas opciones son fáciles de asumir.
12. Erich Fromm dice que “el proceso creativo en
el inicio es femenino y al final es masculino”
¿Porque?
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16. La creatividad y los arquetipos
El Psicólogo Carl Jung descubrió que existen símbolos de naturaleza
universal, a los que llama arquetipos, que se relacionan con una serie de
experiencias comunes en distintos pueblos y culturas (el embarazo y el
parto, la infancia, la vejez y la muerte, el amor, la búsqueda, la lucha). Son
experiencias compartidas por los seres humanos en todas las épocas, que
recogen una sabiduría común a toda la humanidad. Estas experiencias se
organizan en campos comunes (arquetipos) dentro del inconsciente
colectivo.
La Psicóloga Graciela Aldana viene trabajando una serie de técnicas
llamada “La travesía creativa” basada en los Arquetipos de Jung. Ella dice
que debemos beber de nuestras propias fuentes creativas, conocer y
potencias nuestros arquetipos.
17. Los Arquetipos de la Travesía
Creativa
Arquetipo del Explorador (Información)
Arquetipo del Bufón (Combinación)
Arquetipo del Mago (Incubación / Iluminación)
Arquetipo del Guerrero (Verificación)
18. Arquetipo del Explorador
Nos reta a salir permanentemente de nuestra zona de
comodidad, a no dejarnos atrapar por la rutina de lo
cotidiano, a descubrir horizontes nuevos de
manera permanente.
Es aquél que goza perdiéndose en el camino. Los
buscadores siempre están a la caza de
nuevos contextos, de otras realidades, otros
campos. Este arquetipo es un llamado de atención
permanente a no dormirnos en nuestros laureles, a
la creencia de que “nos las sabemos todas” en el
área de nuestra profesión u oficio.
La sed de aprender, la humildad y la apertura
son componentes claves que no debemos
perder en nuestra personalidad.
19. Arquetipo del Bufón
Habla de la libertad que rompe los límites. El
Bufón, es el arquetipo que nos conecta con
la capacidad que nos lleva a aportar frescura
y renovación a los procesos creativos.
Contiene la capacidad lúdica, el juego, que
nos conecta con la esencia del niño o niña
en constante acción, exploración y
transformación creadora.
Un Bufón también es un sabio que sabe reírse de
sí mismo para extraer la mejor sabiduría a
toda lección, que da vuelta a la tradición, la
ley y la institución.
20. Arquetipo del mago
El mago está conectado con fuerzas que no
todos
entienden
,
es dueño
por los
de una sabiduría
milenaria y
intuición.
camina senderos de la
Es capaz de encontrar nuevos caminos de
solución, ahí donde la razón se ha topado con lo
imposible.
21. El arquetipo del Guerrero
Nos enseña a fijarnos metas claras y a no
perder tiempo desviándonos de ellas. Nos
ayuda también a afirmarnos como sujetos de
poder y a defender nuestras fronteras y
convicciones.
El camino del guerrero creador debe estar
signado por una serie de condiciones básicas:
contar con las armas adecuadas (las
estrategias, herramientas y tácticas para
lograr cumplir la misión y llegar a la meta);
saber dirigir la fuerza, con el fin de no perder
de vista los objetivos y concentrar la atención,
la inteligencia y la fuerza física en la
realización de la tarea.