2. El control del síndrome de fatiga crónica puede ser tan complejo
como la misma enfermedad. No existe una cura ni hay
medicamentos recetados específicos para tratar el SFC y los
síntomas pueden variar considerablemente con el paso del tiempo.
Por consiguiente, las personas con SFC deben vigilar de cerca su
salud e informar al médico de cualquier cambio, y los médicos
deben vigilar con frecuencia el estado de sus pacientes y cambiar la
estrategia de tratamiento cuando sea necesario.
El SFC afecta a cada paciente de manera distinta y el plan de
tratamiento debe ser adaptado para abordar los síntomas que más
afecten o incapaciten a cada paciente. El principal objetivo del
tratamiento es ayudar al paciente a aliviar los síntomas.
Debido a que el SFC es una enfermedad compleja, puede ser
necesario que el tratamiento requiera consultar con una variedad de
profesionales médicos. Los proveedores de atención médica
primaria pueden diseñar tratamientos eficaces con base en su
experiencia en el tratamiento de otras enfermedades. Los pacientes
se benefician cuando pueden colaborar con un equipo de médicos y
otros profesionales de la salud entre los que se pueden encontrar
especialistas en rehabilitación, profesionales de salud mental y
fisioterapeutas.
3. El síndrome de fatiga
crónica (SFC) es un
trastorno debilitante y
complejo que se
caracteriza por un
cansancio intenso que no
mejora con el descanso
en la cama y que puede
empeorar con el esfuerzo
físico o mental. Las
personas con SFC a
menudo realizan
actividades a un nivel
sustancialmente menor de
lo que eran capaces antes
de la aparición de la
4. Los síntomas del síndrome de fatiga crónica son
similares a los de la gripe y otras enfermedades virales
comunes y abarcan dolores musculares, dolor de cabeza
y fatiga extrema. Sin embargo, los síntomas del SFC
duran por seis meses o más.
El síntoma principal del SFC es el cansancio (fatiga)
extremo, el cual es:
Nuevo.
Dura al menos seis meses.
No se alivia con el reposo en cama.
Tan intenso que le impide a usted participar en ciertas
actividades.
5. A pesar de una intensa investigación, los
científicos no han podido identificar la
causa del SFC. Si bien todavía no se ha
identificado una causa específica para el
SFC, otra posibilidad es que el SFC tenga
múltiples desencadenantes. Las afecciones
que se han estudiado para determinar si
causan o desencadenan la aparición del
SFC incluyen infecciones, trastornos
inmunitarios, estrés, traumas y toxinas.
6. Investigadores de todo el mundo han estudiado si un
tipo de infección en particular puede ser la causa del
SFC. Han analizado los datos y hasta ahora no han
descubierto ningún vínculo entre el SFC y una
infección. Los investigadores todavía están estudiando
las muestras de pacientes con SFC, usando los
métodos moleculares más modernos en busca de
infecciones desconocidas anteriormente
(descubrimiento de agentes patógenos). Hasta el
momento, estos estudios parecen indicar que ninguna
infección o agente patógeno específico causa el
SFC, y que es posible que la enfermedad sea
desencadenada por una variedad de enfermedades o
afecciones.
7. La gravedad del SFC varía de paciente a paciente. Algunas
personas pueden mantener una vida bastante activa. No
obstante, en la mayoría de los pacientes, el SFC limita
significativamente sus actividades laborales, educativas y
familiares durante periodos.
A menudo, el SFC afecta a los pacientes en ciclos: los pacientes
tendrán periodos en los que estarán enfermos seguidos de
periodos de relativo bienestar. En algunos pacientes, los
síntomas pueden disminuir o incluso presentar una remisión
completa; sin embargo, estos reaparecen a menudo en algún
momento. Este patrón de remisión y recaída hace que sea más
difícil para los pacientes con SFC controlar la enfermedad. Se
desconoce el porcentaje de pacientes con SFC que se recupera,
pero hay algo de evidencia que indica que ellos se benefician
cuando las afecciones que acompañan la enfermedad se
identifican y tratan, y cuando se controlan los síntomas. Es
importante contar con una atención médica de alta calidad.
8. La TCC (Terapia cognitivo conductual) se prescribe a
menudo para ayudar a los pacientes con enfermedades
crónicas a que manejen de mejor manera su enfermedad y
desarrollen estrategias que contribuyan a aliviar sus
síntomas. Ha sido exitosa en ayudar a los pacientes con
enfermedades cardiovasculares, diabetes y cáncer. La TCC
puede ser útil para los pacientes con SFC al ayudarlos a
moderarse y a evitar el ciclo de sobresfuerzos y recaídas en
los cuales una persona hace
demasiado, recae, descansa, comienza a sentirse un poco
mejor y luego hace demasiado otra vez. Con frecuencia, la
TCC se prescribe junto con otras terapias para ayudar a los
pacientes con SFC a manejar los niveles de actividad y de
estrés, y los síntomas. La TCC puede ayudar a los pacientes
con SFC a adaptarse mejor al impacto del síndrome y a
mejorar su capacidad de funcionamiento y calidad de vida.
9. Consultar a un profesional
capacitado ayudará a la mayoría
de los pacientes con cualquier tipo
de enfermedad crónica a
desarrollar habilidades eficaces
para sobrellevar la enfermedad.
Un terapeuta comprensivo puede
ayudar al paciente a desarrollar
habilidades para sobrellevar la
enfermedad con el objeto de
disminuir la pena, la ira y la culpa
que a menudo acompañan a una
enfermedad crónica, y ayudar a
dar fuerzas al paciente para que
busque atención integral.
10. A veces, las enfermedades
crónicas como el SFC
afectan a toda la familia, no
solo al paciente. Consultar a
un profesional de salud
conductual puede ser útil
para abordar los cambios en
la dinámica familiar
asociados a vivir con el
SFC.