La educación a distancia es una herramienta excelente para el desarrollo académico y profesional de adultos, ya que ofrece flexibilidad horaria que respeta la vida familiar y laboral. Los estudiantes reciben atención personalizada de un tutor participativo que supervisa y corrige el trabajo de manera individualizada, aunque la falta de comunicación constante puede crear desconfianza y cierta dificultad de adaptación a un método no tradicional.