Depresión adolescente: causas, síntomas y tratamiento
1. Depresión adolescente
En algún momento de nuestra vida todos pasamos por
un cuadro depresivo pero se da con más frecuencia en
las edades de la adolescencia, relacionado íntimamente
con la ansiedad siendo este un trastorno que puede
describirse con el hecho de sentirse triste, con una
pérdida de interés en actividades habituales y también la
perdida de autoestima que puede ser una respuesta
temporal a muchas situaciones y factores de estrés.
La depresión se puede describir como el hecho de sentirse triste,
melancólico, infeliz, abatido o derrumbado. La mayoría de nosotros se
siente de esta manera una que otra vez durante períodos cortos
Con alguna frecuencia encontramos jóvenes taciturnos (callados),
introvertidos y con poco o ningún interés en las ocupaciones normales de
cualquier adolescente. Los percibimos abatidos, desengañados, con la
autoestima por el suelo y en medio de un profundo desconsuelo y tristeza.
La mayoría de los adolescentes pasan por pequeños períodos depresivos
producto de problemas típicos de la edad, como un fracaso parcial en los
estudios o la ruptura de un enamoramiento o por conflictos con sus padres
por sus exigencias de independencia. El problema se presenta cuando este
estado depresivo se arraiga y lo lleva al mal genio permanente, a la
incapacidad de disfrutar la vida, a trastornos para dormir, al auto desprecio,
a sentirse culpables, al miedo y a pensamientos o a intentos de suicidio. En
cuyo caso nos encontramos con un estado depresivo que requiere atención
profesional inmediata.
Los efectos de la depresión sobre todo en los adolescentes son
devastadores. El adolescente deprimido tiene un bajo rendimiento escolar,
no muestra interés por nada, evita los amigos, se aísla y sobre todo tiene
conductas frecuentemente riesgosas que podrían llegar hasta el suicidio.
La depresión adolescente es normal, por así decirlo, cuando esta conducta
es una respuesta temporal a una de las tantas circunstancias que la pueden
provocar, como los cambios hormonales, el estrés estudiantil, la ausencia
de un ser querido, cambios en su vida, la mudanza de un país a otro, o la
crisis existencial de auto identificación que sufre el o la joven. Es
complicado diagnosticar la depresión en los adolescentes. Se estima en los
países desarrollados que un 17 % de los jóvenes ha experimentado al
menos un incidente depresivo, siendo las muchachas más afectadas. Otros
causantes son el maltrato y el acoso sexual infantil y el tener antecedentes
de padres o parientes cercanos depresivos. En las jóvenes, la depresión
también correlaciona con la bulimia y la anorexia.
2. Los padres de un o una joven con
tendencias depresivas deben estar alertas
si esta condición supera las dos o tres
semanas y en este caso acudir al
profesional terapeuta para su diagnóstico.
Lo primero que se hará es descartar
problemas de origen fisiológico y
eventualmente el médico junto al terapeuta
determinarán si es o no una depresión
verdadera. De ser así, las opciones serán similares al tratamiento de la
depresión, es decir, incluirán medicamentos antidepresivos y
probablemente la asistencia a psicoterapia. Estos encuentros
psicoterapéuticos serán útiles en ambos casos, sea la depresión pasajera o
la crónica, para aumentar la autoestima del joven, elevar su confianza,
contribuir a su propia identificación y para dotarle de herramientas y
mecanismos para afrontar problemas y alcanzar objetivos. La terapia en
familia será de ayuda si la relación de los padres es el desencadenante del
trastorno.
Los adolecentes a quienes se les diagnostica depresión tienen mayores
posibilidades de recuperarse que los adultos, y esto se debe a que si la
depresión es tratada en la adolescencia, este adolescente en su adultez
podrá reconocer mejor un episodio depresivo y le
será más fácil eliminar las ideas
Los adolescentes con depresión tienen opciones
terapéuticas para tratar de superar su problema;
Tratamiento complementario por parte de un
médico, Psicoterapia, Medicamentos antidepresivos
(posiblemente). El tratamiento se debe acomodar al
adolescente y a los síntomas. Las familias con
frecuencia ayudan en el tratamiento de la
depresión del adolescente.