es un desequilibrio emocional que afecta
psicológicamente a las personas, en su gran mayoría se
presenta cuando existen problemas
familiares, conyugales, laborales, escolares, de salud o
económicos.
Generalmente uno de los factores que inciden a sufrir
una depresión es el encerrarse en sí mismo sintiéndose
menos que los demás, triste, incomprendido y creyendo
arreglar por su propia cuenta los problemas. Pero así
mismo desconfiando de sus capacidades para salir
adelante o proponer alternativas de solución.
La depresión en la población juvenil es un tema de salud
publica, el cual se debe brindar total importancia y
acompañamiento psicológico para contrarrestarla, ya que
presenta un desacoplamiento a la sociedad, en algunos
casos suicidios, adicciones e inseguridad social.
“Hágale saber a su hijo que entiende la etapa por la que esta pasando y
apóyelo para que juntos la vivan con la mayor tranquilidad posible, si esta
deprimido esta actitud ayudará a evitar que dichos períodos conduzcan a
síntomas depresivos más severos.
Procure que el adolescente tome terapia conductual cognitiva, ésta enseña
a las personas deprimidas a combatir los pensamientos negativos. Busque
gente realmente capacitada y experimentada en el uso de este método.
En los jóvenes con antecedentes de familiares depresivos o que están
expuestos a múltiples factores de riesgo, la identificación oportuna y el
tratamiento rápido e integral de la depresión pueden prevenir o posponer los
episodios posteriores”.(recuperado de la pagina web peques.com.mx)
La familia es un ente importante en la recuperación de un joven que padece de
depresión, porque son las personas mas cercanas del mismo y por tanto es de
gran influencia su apoyo.
Según la pagina consultada “www.peques.com.mx”, las siguientes son formas en
las que el núcleo familiar debe apoyar moral y somáticamente para contribuir al
mejoramiento de la salud mental del paciente joven:
Demostrarle afecto, hacer sentir lo importante que es para su familia y amigos;
tomen muy en cuenta lo que piensa, desea y hace.
Estén al pendiente de lo que haga su hijo.
Hable constantemente con él/ella, hágale sentir que puede confiar en usted.
Apóyelo a realizar alguna actividad que sabe le puede agradar, en ella enfocará
sus energías que lo ayudará a sentirse mejor.
Procure que se alimente sanamente, de preferencia que consuma frutas, verduras
y cereales.
Practiquen juntos ejercicios mentales positivos.