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La adicción a las drogas
Ps. y Dr. en Ed. Jaime Botello Valle
Mexicali, B. C. México. Abril 10 de 2016
Sus consecuencias.
La mayoría de los adolescentes creen que las drogas no les ocasionan daño.
Los papás insisten en que sus hijos deben dejar de consumirlas, pero hay un
abierto rechazo de los jóvenes a esta orden. Niegan que haya un perjuicio a su
salud, que las usan sólo como una manera de distracción o diversión. Afirman
que no es una adicción, sosteniendo que en el momento que ellos quieran las
dejarán de usar, exageran su autosuficiencia para enfrentar su problemática,
en suconjunto,el adicto es una personacon demasiada impulsividad,que está
fuera de control, no acata normas, reglas, luchan por su total independencia,
sin embargo, son personas muy dependientes de los demás, mucho más de la
figura materna, que los sobreprotege, decide por ellos, negando también que
sus hijos tengan un problema, acatando todo lo que ellos les exigen. Son, en
sumayoría,personasmanipuladoras,locualhan aprendidodeuno o de ambos
padres, irrespetuosas, con conflictos hacia lo que represente autoridad.
Mienten de formafrecuente, con tal deobtener la droga y seguircon esevicio.
Enfrentan las familias múltiples conflictos de integración, son disfuncionales,
con pobre comunicación, en donde la figura del padre es autoritaria, pero
lejana afectivamente, generalmente con problemas de alcoholismo,
drogadicción, la madre, en ciertos casos, se dedica a la prostitución.
El adicto es el miembro a través del cual la familia expresa sus conflictos, ya
que se trata del hijo más débil, que aparte, es muy influenciable. Por su
dependencia emocional es carente de la energía o motivación para buscar
soluciones a su problema, algunos padecen insomnio, depresión, ansiedad,
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angustia o desesperación, otros son hiperactivos. Por lo regular han asistido a
la escuela, pero desertan. Si tienen trabajo, lo dejan, rotando continuamente
de empleos, por su inestabilidad y por sus problemas de autoridad.
He visto, por mi experiencia, que su atención se dispersa, su concentración se
pierde, no son organizados, idealizan mucho y fantasean, amén de servir esta
droga como puerta de entrada a otros estupefacientes. Sufren los
adolescentes continuos accidentes cuando están drogados, puesto que no
dimensionan la distancia de los vehículos y se atraviesan sin fijarseo cuando
ellos van manejando causan accidentes viales, a veces, fatales.
La testarudez es común en ellos, desean seguir con sus hábitos establecidos
de consumo, sin importarles mucho qué piensen las personas a su alrededor,
paulatinamente van perdiendo su autoestima y contacto con la realidad, así
como las exigencias tanto familiares, laborales y académicas, porlo que sevan
aislando del grupo de jóvenes sanos, quedando relegados del progreso y
desarrollo social, se unen a grupos igualmente de adictos a distintas
sustancias,generandoentreellos lazosfuertesdeunión,cayendo en ocasiones
en el pandillerismo. Hay ciertas drogas que a la larga producen psicosis,
esquizofrenia,lo cualaumenta el riesgo de suicidios.La muerte por sobredosis
es un peligro latente en estos casos.
Las soluciones al alcance son: terapia individual, familiar, asistir a grupos de
adictos anónimos, en último caso: el internamiento para su rehabilitación y
desintoxicación. Se deben manejar tanto la terapia psicológica, psiquiátrica,
ocupacional, deportiva, estar ocupados la mayor parte del tiempo para poder
canalizar sus impulsos positivamente y no estén pensando sólo en drogarse.
Es indispensable trabajar mucho con la autoestima de estas personas, puesto
que se perciben a sí mismos como poco merecedores del amor familiar o de
pareja. A la expresión del coraje es necesario darle un espacio durante la
terapia, ahí se concentra el cúmulo de rechazos sociales y familiares, por lo
que hay que hacer hincapié en ello.
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Se han observado resultados positivos en algunos adictos cuando regresan a
los estudios y también cuando la familia cambia de ciudad para ofrecerle al
hijo otro ambiente distinto donde tiene todas sus conexiones para adquirir la
droga,asimismo cuandose le ha brindado la oportunidad decapacitarseen un
oficio, así como también el que realicen nuevas amistades que no tengan
adicciones.
Es un tratamiento largo, costoso,tanto emocionalcomo económicamente, por
lo que la familia se ve obligada a abandonarlos a su suerte. La continua
vigilancia por parte de los padres hacia sus hijos que padecen este problema
es necesaria, sobre todo, cuando se inicia con el tratamiento, hasta que se
vayanobteniendo respuestaspositivasenél y la confianzaserestablezcaentre
todos.
Se trata de una de las enfermedades psicológicas con altibajos, por lo que se
requiere de mucha paciencia por parte de toda la familia y de fuerza de
voluntad por partedel adicto. Se podría decir que el trabajo de comunicación,
más el ejercicio de la voluntad para abandonar la droga, son dos aspectos
fundamentales al momento de querer rehabilitar a un fámarco-dependiente.
Se debe estar preparado paternalmente a las recaídas, puesto que es normal
que ocurran. No existe una solución mágica para este problema, se deben
abordar distintas alternativas terapéuticas que coadyuven a la reinserción
social, laboral y educativa del adicto. Son recomendables ejercicios de
relajación para que con esto las personas aprendan a relajarse.
El no criminalizar a las personas que dependen de la droga, ni señalarlos con
etiquetas peyorativas contribuirán a generar más autoconfianza en ellas, pero
el despenalizar la droga, para un abierto consumo social sólo acarreará más
problemas y gastos para el sector salud al momento de rehabilitarlos.
https://es.scribd.com/doc/3966951/Las-drogas-Ps-Jaime-Botello-Valle