ACTA DE TUTORIA sobre la depresion y la resilencia
1. IED TÉCNICA METROPOLITANO DE BARRANQUILLA
“PARQUE EDUCATIVO”
ACTA DE TUTORÍA
FECHA: 3 de Abril de 2022 HORA: 6:30 LUGAR: salón de clases de 9°A
PARTICIPANTES DEL CURSO: tutora y estudiantes de 7°A.
TEMA: la Depresión y la Resiliencia.
N° 04
ACTIVIDADES DESARROLLADAS:
Después del saludo de bienvenida, la tutora se presentó ante los estudiantes y se les presento el tema
de la depresión como una enfermedad, “la enfermedad del alma”.
Descripción general
La depresión en adolescentes es un problema de salud mental grave que provoca un sentimiento de
tristeza constante y una pérdida de interés en realizar diferentes actividades. Afecta la manera en que
tu hijo adolescente piensa, se siente y se comporta, y puede provocar problemas emocionales,
funcionales y físicos. Aunque la depresión puede ocurrir en cualquier momento de la vida, los síntomas
entre los adolescentes y los adultos pueden ser diferentes.
Algunos problemas como la presión de sus compañeros, las expectativas académicas y los cuerpos
que cambian pueden ocasionar muchos altibajos en los adolescentes. Sin embargo, para algunos
adolescentes, estar deprimido es mucho más que solo sentimientos temporales, sino que es un
síntoma de depresión.
La depresión en adolescentes no es una debilidad o algo que se pueda superar con fuerza de voluntad,
puede tener consecuencias graves y requiere tratamientos a largo plazo. Para la mayoría de los
adolescentes, los síntomas de depresión se calman con tratamientos como medicamentos y terapia
psicológica.
Síntomas
Los signos y síntomas de depresión en los adolescentes incluyen un cambio en la actitud y el
comportamiento previos del adolescente que pueden provocar angustia y dificultades importantes en la
escuela o el hogar, en actividades sociales o en otros aspectos de la vida.
Los síntomas de depresión pueden variar en su gravedad, pero los cambios en las emociones y el
comportamiento del adolescente pueden incluir los siguientes ejemplos.
Cambios emocionales
Debes prestar atención a los cambios emocionales, tales como:
Sentimientos de tristeza, los cuales pueden incluir episodios de llanto sin razón aparente
Frustración o sentimientos de ira, incluso por asuntos menores
Sentimientos de desesperanza o vacío
2. Estado de ánimo irritable o molesto
Pérdida del interés o del placer en las actividades cotidianas
Pérdida de interés en familiares y amigos o estar en conflicto con ellos
Autoestima baja
Sentimientos de falta de valoración de sí mismo o culpa
Fijación en fallas pasadas o autoinculpación o autocrítica excesiva
Sensibilidad extrema al rechazo o al fracaso, y excesiva necesidad de aprobación
Dificultad para pensar, concentrarse, tomar decisiones y recordar cosas
Sensación continua de que la vida y el futuro son sombríos y desalentadores
Pensamientos recurrentes de muerte o suicidio
Cambios en el comportamiento
Debes estar atento a cambios en el comportamiento, como, por ejemplo:
Cansancio y pérdida de energía.
Insomnio o dormir demasiado.
Cambios en el apetito: falta de apetito y pérdida de peso, o más antojos por ciertos alimentos y
aumento de peso.
Consumo de sustancias ilícitas o bebidas alcohólicas.
Agitación o desasosiego: por ejemplo, paso intranquilo, frotarse las manos o la imposibilidad de
quedarse quieto.
Lentitud al razonar, hablar o realizar movimientos corporales.
Quejas frecuentes de dolores de cuerpo o cabeza que no tienen explicación y que pueden incluir visitas
frecuentes al personal de enfermería escolar.
Aislamiento social.
Bajo rendimiento escolar o ausencias frecuentes de la escuela.
Menor atención a la higiene o al aspecto personales.
Arrebatos de ira, comportamiento problemático o arriesgado, u otros comportamientos para llamar la
atención.
Autolesiones: por ejemplo, cortarse o quemarse.
Armar un plan de suicido o un intento de suicidio.
Qué es normal y qué no
Puede resultar difícil notar la diferencia entre los altibajos en el estado de ánimo que simplemente
forman parte de la vida de los jóvenes y la depresión adolescente. Habla con tu hijo adolescente.
3. Intenta determinar si tu hijo es capaz de manejar sentimientos difíciles o si la vida le parece
abrumadora.
Cuándo consultar al médico
Si los signos y síntomas de la depresión continúan, comienzan a interferir en la vida de tu hijo
adolescente o te causan inquietudes relacionadas con el suicidio o la seguridad de tu hijo adolescente,
habla con un médico o profesional de salud mental capacitado para trabajar con adolescentes. Un buen
inicio sería consultar con el médico de cabecera o el pediatra de tu hijo. O tal vez podrían
recomendarte a alguien en la escuela de tu hijo.
Es probable que los síntomas de depresión no mejoren por sí solos y pueden empeorar o provocar
otros problemas si no se los trata. Los adolescentes deprimidos pueden estar en riesgo de suicidio,
incluso si los signos y síntomas no parecen graves.
Si eres adolescente y crees que puedes estar deprimido, o si tienes un amigo que puede estar
deprimido, no esperes para pedir ayuda. Habla con un profesional de salud como el médico o acude a
la enfermería de la escuela. Comparte tus inquietudes con tus padres, un amigo cercano, un líder
espiritual, un maestro o una persona en quien confíes.
Síntomas
El suicidio suele asociarse con la depresión. Si crees que puedes lastimarte o intentar suicidarte, llama
al 911 o al número local de emergencias de inmediato.
Además, considera estas opciones si tienes pensamientos suicidas:
Llama a un profesional de salud mental.
Llama a la línea directa de prevención del suicidio.
Busca ayuda de tu médico de cabecera u otro proveedor de atención médica.
Comunícate con un amigo íntimo o un ser querido.
Comunícate con un pastor, un líder espiritual u otra persona de tu comunidad religiosa.
Si un ser querido o un amigo corre peligro de intentar suicidarse o ha intentado hacerlo, toma estas
medidas:
Asegúrate de que alguien permanezca con esa persona.
Llama al 911 o al número local de emergencias de inmediato.
O bien, si puedes hacerlo de manera segura, lleva a la persona a la sala de emergencias del hospital
más cercano.
Nunca ignores comentarios o inquietudes sobre el suicidio. Siempre adopta medidas para obtener
ayuda.
Solicite una consulta
Causas
Se desconoce la causa exacta de la depresión, pero puede haber varios problemas implicados. Estos
incluyen los siguientes:
4. Neuroquímica cerebral. Los neurotrasmisores son sustancias químicas que se encuentran
naturalmente en el cerebro y que trasmiten señales a otras partes del cerebro y del cuerpo. Cuando
estas sustancias químicas son anormales o se ven alteradas, la función de los receptores y sistemas
nerviosos cambia, lo que genera depresión.
Hormonas. Es posible que los cambios en el equilibrio hormonal del cuerpo influyan en causar o
desencadenar la depresión.
Rasgos hereditarios. La depresión es más común en las personas que tienen parientes consanguíneos
(como uno de los padres o de los abuelos) con este trastorno.
Trauma de la primera infancia. Los eventos traumáticos durante la infancia, como el abuso físico o
emocional o la pérdida de uno de los padres, pueden causar cambios en el cerebro que aumentan el
riesgo de presentar depresión.
Patrones aprendidos de pensamiento negativo. La depresión en los adolescentes puede estar asociada
a aprender a sentirse inútil, contrario a aprender a sentirse capaz de encontrar soluciones para los
desafíos de la vida.
Factores de riesgo
Existen muchos factores que aumentan el riesgo de que se manifieste o se desencadene la depresión
adolescente. Entre estos, se incluyen los siguientes:
Tener problemas que impacten de forma negativa en su autoestima, como obesidad, malas relaciones
con sus compañeros, acoso prolongado o dificultades académicas.
Haber sido víctima de violencia o testigo de casos de violencia, como abuso sexual o físico.
Tener otras afecciones de salud mental, como trastorno bipolar, de ansiedad o de la personalidad;
sufrir anorexia o bulimia.
Tener problemas de aprendizaje o trastorno por déficit de atención e hiperactividad.
Tener dolor constante o una enfermedad física crónica, como cáncer, diabetes o asma.
Tener ciertos rasgos de personalidad, como autoestima baja o depender demasiado de los demás, ser
autocrítico o pesimista.
Consumir alcohol, nicotina u otras sustancias ilícitas.
Ser gay, lesbiana, bisexual o transgénero en un entorno que no le brinda apoyo.
Los antecedentes familiares y los problemas en el hogar o con otras personas pueden aumentar el
riesgo de que el adolescente sufra depresión. Por ejemplo:
Tener padres, abuelos u otros parientes consanguíneos con depresión, trastorno bipolar o problemas
por consumo de alcohol.
Tener un familiar que se haya suicidado.
5. Tener un familiar con problemas importantes para relacionarse o comunicarse.
Haber vivido eventos de vida estresantes recientes, como el divorcio de los padres, el servicio militar de
los padres o la muerte de un ser querido.
Complicaciones
La depresión no tratada puede derivar en problemas emocionales, de conducta y de salud que afecten
todas las áreas de la vida de tu hijo adolescente. Entre las complicaciones relacionadas con la
depresión adolescente, se encuentran las siguientes:
Abuso de drogas ilícitas y alcohol
Problemas académicos
Conflictos familiares y problemas interpersonales
Suicidio o intentos de suicidio
Prevención
No existe una manera definitiva de prevenir la depresión. Sin embargo, las siguientes estrategias
pueden ser útiles. Alienta a tu hijo adolescente a hacer lo siguiente:
Tomar medidas para controlar el estrés, aumentar la resiliencia y potenciar la autoestima para ayudar a
manejar los problemas cuando surgen
Practicar hábitos de cuidado personal, por ejemplo, mediante la creación de una rutina de sueño
saludable y el uso responsable y moderado de la electrónica
Buscar el apoyo social y de amigos, especialmente en momentos de crisis
Obtener tratamiento ante el primer signo de un problema para ayudar a impedir que la depresión
empeore
Si el médico lo recomienda, continuar con el tratamiento, incluso luego de que los síntomas
disminuyan, para ayudar a prevenir una recaída de los síntomas de la depresión.
MENSAJE O REFLEXIÒN:
Tenemos que aprender a controlar nuestras emociones o nuestras emociones nos controlaran,
entendemos que las depresiones y los estados de ansiedad debido al estrés que maneja nuestra
sociedad y entorno no discrimina el tipo de persona que va a tener un episodio, lo que si
podemos hacer es prepararnos a nivel emocional y psicológica para afrontar de mejor manera
esta etapa. “nadie está exento , ni totalmente preparado” pero podemos vislumbrar acciones de
otros para no quedarnos inmóviles, estáticos, paralizados y que la vida nos pase por encima.
FIRMA DEL TUTOR: jorge padilla