El documento resume la vida religiosa de Teresa de Jesús, desde su profesión como carmelita en 1833 hasta la exclaustración de los conventos en 1835 debido a la revolución. Menciona que a pesar de saber del peligro, se comprometió con la vida religiosa porque creía poder practicar sus reglas hasta la muerte. Luego de la exclaustración, se esforzó por seguir las reglas de su profesión a pesar de las dificultades.
2. 1832- Paso del seminario al noviciado
carmelita
1833- Profesión religiosa: “Cuando hice
mi profesión religiosa la revolución tenía ya
en su mano la tea incendiaria para abrasar
todos los establecimientos religiosos... No
ignoraba yo el peligro apremiante a que me
exponía... me comprometí, sin embargo, a un
estado, cuyas reglas creía poder practicar
hasta la muerte, independientes de todo
humano acontecimiento”. Vida Solitaria, 242,10.
3. 1835- Exclaustración:
“Me conformé lo mejor que pude
con las reglas de mi profesión
religiosa” (VS 243,12). “Para vivir
en el Carmen sólo necesitaba de
una cosa que es la vocación”.
VS 242,10.
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9. 2. La oración como relación en el centro
de la vida
• Toda la espiritualidad teresiana está centrada en la
oración. La oración, camino de perfección, de
comunión con Dios. La oración como respuesta y
remedio a las necesidades del mundo y de la Iglesia.
• Oración que tiene unas exigencias de vida en el
proceso de la relación amistosa con Dios.
• Oración que se verifica y autentifica por los “efectos”,
cambio que opera en la persona, cambio estrecha y
directamente vinculado a la comunidad, iglesia
doméstica, a la que sirve, cuyo discernimiento se
requiere, en cuyo ámbito se vive.
10. • La santa propone un recorrido evangélico en el que
la oración es una tarea fundamental como lo era
para Jesús.
• El evangelio es rico en citas que recogen distintos
momentos y situaciones en las que Jesús se dedica
a la oración: Lc 3, 21-22 (Bautismo); 9, 18-20
(revelación: ¿Quién soy yo?); 9, 28-29
(transfiguración); 11, 1-2 (enseña a orar); 22, 39-46
(resistir en la prueba); Mt 11, 25-26 (alegría por la
manifestación a los pequeños); Mc 14, 36 (grito de
dolor en Getsemaní); Jn 11, 41-42 (El Padre
escucha a Jesús, resurrección de Lázaro); Jn 12, 27-
28 (Jesús acepta la copa); Jn 17 (el amor extremo).
11. 2.1. Estilo teresiano de orar
en F. Palau
La oración, que vive y transmite Francisco
Palau, tiene todos los rasgos de la oración
teresiana. Dice la definición teresiana más
conocida: “No es otra cosa oración
mental, a mi parecer, sino tratar de
amistad estando muchas veces a solas
con quien sabemos nos ama”. V 8,5.
Encontramos que la descripción que hace
Francisco Palau de oración contiene los
mismos rasgos: “La oración es un trato
íntimo, familiar que el hombre tiene con
Dios”. Catecismo 30,4.
12. • Resuena el trato amigable, en soledad, que
es don y deseo de comunicarse con el
Amado/a, que se puede completar con este
otro texto palautiano de Mis Relaciones con
la Iglesia:
• “Estas visitas… acrecentaban los deseos de
verla y relacionarme amistosamente con
ella”.
• MRel 727,3.
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14. Aspectos de la oración teresiana más
incidentes en la de Francisco Palau
• la centralidad de Cristo,
• la conexión con la vida, ya que la verdadera
oración se mide por sus efectos; en palabras de
la Santa “El contemplativo, mire en sí cómo van
creciendo estos efectos; y si no viere en sí
ninguno, témase mucho y no crea que esos
regalos son de Dios”. CV 36, 13.
• la dimensión misionera y eclesial de la
contemplación.
15. Santa Teresa nos llama
constantemente a
centrarnos en Cristo.
El “Juntos andemos,
Señor” implica estar con
Él, comulgar con su causa.
CV 26, 6. Cf. CV 26, 1. 6; 29, 6-7; 34, 8.
• Así mismo la persona de Jesús atraviesa e
impregna toda la oración de Francisco Palau, pero
de forma distinta. En uno y otro Jesucristo es
presentado como el Hijo enviado del Padre para
llevar a cabo la obra de la salvación.
24. • Y a las monjas se les recuerda continuamente la
actitud y la psicología de la mujer casada, para
acentuar el realismo esponsal de la vida consagrada:
• “Pues nunca, hijas, quita vuestro Esposo los ojos de
27. • “Os repetiré, muchas veces, aquellos
consejos que forman el espíritu, según la
vocación a que sois llamadas... son
necesarias estas virtudes principales,
obediencia, pobreza y la caridad de unas con
otras”. Cta 12, 1.
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30. • “V., no ya como mujer flaca y cobarde sino como esforzado varón,
vístase el uniforme de Jesucristo (Ef 6). Póngase la coraza de la
justicia, detestando de corazón todo lo que en V. se oponga a la
voluntad de Dios. Cíñase el cinturón de la verdad, que hallará V. en
la doctrina de la Iglesia. Cubra su cabeza con el morrión de una
plena confianza en el auxilio del Altísimo. Sus pies de V. vayan
calzados con una determinación resuelta de confesar a Jesucristo,
aunque sea a costa del mayor sacrificio. Tome el escudo de la fe
para rechazar los dardos inflamados del espíritu maligno. Y luego
empuñe la espada del espíritu, que es la palabra de Dios [Ef
6,11ss], de quien solo puede V. recibir la fuerza y el valor
invocándole en espíritu y en todo tiempo por medio de toda especie
de súplicas e instancias, y pidiéndole con una vigilancia y
perseverancia continuas que defienda y salve la Iglesia”. Lucha, 37-
38.
• Encontramos casi la misma comparación en CV 7, 8, aunque en
otro contexto, el del amor fraterno. Dice así: “Es muy de mujeres y
no querría yo, hijas mías, lo fueseis en nada, ni lo parecieseis, sino
varones fuertes; que si ellas hacen lo que es en sí, el Señor las hará
tan varoniles que espanten a los hombres”. CV 3, 7.
35. a Dios por la santa Iglesia
y por detener el torrente de la herejía, que
amenazaba entonces devastar todo el
mundo católico”. Lucha, 145, 28.
36. Se propuso enseñar a
orar eficazmente por la
Iglesia. Buscó su propia
forma de hacerlo por
medio de un manual
pedagógicamente bien
estructurado.
Eso quiso ser la Lucha del alma con Dios. De esta
forma Francisco Palau se ofrece como maestro y
guía para cuantos aman a la Iglesia y se
encuentran en circunstancias similares a las
suyas.
37. • El penetrante dolor de Teresa por lo que ocurre en la Iglesia de su
tiempo (divisiones, guerras, polémicas ideológicas, apostasías) tiene
por referente a Jesús que en la cruz de ahora vuelve a sufrir. Es el
Cristo glorioso, que en la Iglesia vuelve a ser vulnerable y pasible,
paciente de hecho. CV 1, 3.
• En el caso de Francisco Palau toda su aventura espiritual consiste en
la identificación con la Iglesia, Cristo místico, que sigue sufriendo en
los crucificados de todos los tiempos, para liberarlos y para servirlos.
• La experiencia de la Iglesia como cuerpo de Cristo suscita
en Francisco Palau la urgencia por la atención espiritual y
material a este cuerpo. Continuamente lo hace patente en
su vida y escritos porque la comunión no es para él un
razonamiento teórico sobre el misterio eclesial, sino una
actitud de vida.
• “Mira, contempla y medita en Jesús crucificado, el cuerpo moral
suyo que es la Iglesia, llagada por las herejías y errores y pecados;
y en fruto de esa meditación... ofrécete, date y entrégate toda a Él
para que en ti y por ti y contigo haga lo que le plazca... Negocia en
el cielo la cura y el alivio de Jesús paciente en su cuerpo místico
crucificado”. Carta 39, 7.
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39. Ese ocuparse por el cuerpo de Cristo viviente
en cada persona, es dejarse invadir
enteramente por la humanidad sufriente,
cuerpo llagado de Cristo y dedicarles servicio
material y oración con el objetivo de que
sean salvos.
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43. En la vivencia de la oración reconocemos la huella
teresiana en F. Palau en los siguientes rasgos:
• Vibran al unísono con la Iglesia y se preocupa por sus
problemas y los de la sociedad de su tiempo.
• La preocupación les lleva a buscar el modo de responder a
las necesidades del momento, encontrando en la vida
evangélica y la oración hecha vida el remedio a los males
que afligen a la Iglesia.
• La oración que proponen se nutre de la persona de Cristo y
la palabra de Dios.
• Es una relación interpersonal que supone la presencia del
amigo de múltiples formas.
• La vida prepara la oración y los efectos de la oración
repercuten en la vida transformándola.
• Es una oración que por su misma naturaleza es misionera y
eclesial.