El documento describe los inicios de la actividad industrial en la Nueva España bajo el dominio español. Las primeras leyes prohibían la fabricación de manufacturas locales para favorecer los productos españoles. Las primeras fábricas, llamadas obrajes, tenían condiciones de trabajo muy duras. Con el tiempo, industrias como textiles, tabaco y azúcar lograron establecerse en ciudades como México, San Miguel el Grande, Guadalajara, Córdoba y Puebla. Sin embargo, para el siglo XVII la política económica