2. Importancia de la actividad industrial
Todos los autores atribuyen a la actividad industrial la prosperidad
económica que han ido alcanzando las sociedades de los distintos países
en los últimos siglos. Por esta razón, hay que estudiar el momento en que
se inició la actividad industrial en nuestro país ya que las etapas y
circunstancias previas de la industrialización explican, en parte, el presente.
3. Importancia de la actividad industrial
La realidad española –tanto en sus aspectos económicos como sociales y
territoriales– se encuentra estrechamente vinculada con el proceso de
industrialización, que transformó una sociedad que hasta entonces había
sido fundamentalmente agraria.
4. Importancia de la actividad industrial
Sin la comprensión de este no pueden explicarse fenómenos como los
movimientos migratorios interiores, el proceso de urbanización, los
desequilibrios territoriales o el deterioro del medio ambiente
5. Importancia de la actividad industrial
La actividad industrial alcanzó su apogeo en España entre 1970 y 1975
con una participación en el PIB y con una proporción de población activa
cercana al 40%. Desde entonces, este porcentaje se ha ido reduciendo,
ocupando hoy la industria una posición secundaria en la estructura
productiva española
6. Importancia de la actividad industrial
En la actualidad, la industria da empleo al 14% de la población activa (algo
menos de tres millones de personas) y aporta en torno al 16% del PIB. Esta
pérdida de la importancia relativa de la industria se debe a la creciente
terciarización económica, pudiendo observarse que la industria ha perdido la
fuerza que tenía como el principal motor de la economía y como agente de
la organización espacial a favor de los servicios.
7. Las bases del proceso de industrialización en España
2.1. La tardía y fragmentaria industrialización.
España se incorporó tarde, con casi un siglo de retraso, al desarrollo
industrial. Mientras la mayoría de los países de Europa occidental se
habían ido industrializando a lo largo del siglo XIX, en España persiste
una economía básicamente agraria
8. La tardía y fragmentaria industrialización.
Las causas de este retraso en la industrialización española son diversas
Escasez de materias primas y fuentes de energía (algodón, carbón)
Deficiencias en las comunicaciones y atraso tecnológico.
insuficiencia de capital para la creación de empresas y falta de
mentalidad empresarial.
Escasez de la demanda de la población rural con escaso poder
adquisitivo.
Guerra de Independencia, pérdida de las colonias americanas, guerras
carlistas…
Todo ello impidió un desarrollo industrial ordenado, y una política
industrial inadecuada (proteccionismo).
9. La tardía y fragmentaria industrialización.
Este conjunto de factores determinaron que la industrialización en España
se retrasara hasta las últimas décadas del siglo XIX y que este tímido
desarrollo industrial se limitase a focos muy localizados y dispersos,
favorecidos por la localización de las materias primas y la proximidad de
los principales puertos: la industria textil catalana y la siderurgia vasca y,
en menor medida, Madrid, Asturias, Andalucía, Valencia
10. La tardía y fragmentaria industrialización.
Este proceso de industrialización inicial continúa de forma intermitente —
con períodos de impulso (primera guerra mundial y “años veinte”),
seguidos de estancamientos (crisis del 29, Guerra Civil y autarquía de la
posguerra y se prolonga hasta los años cincuenta del siglo XX.
11. La tardía y fragmentaria industrialización
A pesar del panorama negativo, en general, durante el s.XIX se produjeron
cambios sustanciales. Por un lado, la producción industrial española
experimentó un crecimiento continuo gracias, fundamentalmente, al
desarrollo de la siderurgia, la fabricación mecánica y la producción
textil, lo cual permitió que estos sectores se impusieran en el mercado
nacional
12. La tardía y fragmentaria industrialización
Por otro lado, el Estado jugó un importante papel en el proceso
industrializador al imponer medidas proteccionistas, que si bien
provocaron el encarecimiento de los productos extranjeros, también una
mayor demanda de los productos nacionales; facilitó el desarrollo de la
industria al protegerla de la competencia exterior, pero también
desincentivó su modernización técnica, restándole competitividad en el
exterior
13. La tardía y fragmentaria industrialización
Al principio el modelo de expansión territorial de la industria española fue
disperso. Progresivamente, se produjo un movimiento de concentración
que dio lugar a un desarrollo industrial en torno a unos focos muy
localizados:
14. Andalucía
La notable riqueza mineral, el comercio colonial y la abundante producción
agraria hicieron de esta región uno de los focos industriales pioneros,
aunque después no pudiera mantenerse ante el empuje más innovador de
otras áreas de España. Así, fue en Andalucía (Málaga) donde se instalaron los
primeros altos hornos que utilizaban carbón vegetal. También era la región
minera por excelencia (Sierra Morena), aunque el predominio del capital
extranjero supuso una explotación de las minas de cara a la exportación, sin
desarrollo endógeno
15. Cataluña
La aplicación de las nuevas máquinas a la tradicional manufactura textil
catalana concentró a partir de 1830 la producción textil en Cataluña, en
detrimento de las fábricas de este tipo dispersas por el resto de España. El
capital procedente de las antiguas colonias, junto al espíritu
emprendedor de su burguesía y sus contactos en Francia, fueron
decisivos para el despegue industrial de Cataluña.
16. País Vasco
No despegó hasta 1880, con la difusión de nuevas invenciones en el
campo de la siderometalúrgica, que favorecieron la utilización de los
recursos propios, como era el hierro, junto con el carbón inglés
importado por vía marítima. También se introdujo la industria papelera en
Guipúzcoa y se inició la construcción naval.
17. Madrid
Tardíamente en comparación con otros territorios, la expansión ferroviaria
con centro en Madrid, junto con la necesidad de abastecer a una población
creciente como consecuencia de su consolidación como capital financiera
administrativa, hicieron que a finales del s.XIX esta ciudad fuera considerada
uno de los principales focos industriales de España (especializada en bienes
de consumo).
18. Zonas del interior
Los terratenientes castellanos impulsaron una incipiente industrialización
del interior basada en las materias primas de origen agrario: harinera en
torno a Valladolid, azucarera en las cuencas del Duero y del Ebro…
19. 2.2 El crecimiento del primer tercio
del siglo XX
Durante la Gran Guerra se produjo el encarecimiento de la hulla
extranjera, que fue sustituida por la nacional. Las minerías asturiana y
leonesa alcanzaron una de sus etapas más florecientes.
20. La neutralidad de España durante el conflicto permitió aumentar las
exportaciones y acumular beneficios. Fue una magnífica ocasión para
revitalizar y modernizar nuestra industria que no se supo aprovechar. No
se reinvirtió en la modernización de los sectores productivos. Cuando al
acabar la guerra se restableció el mercado europeo, el sector
minifundista minero y las industrias surgidas para abastecer a los
contendientes estuvieron al borde del colapso. Se salvaron por el
proteccionismo.
21. La dictadura de Primo de Rivera (1923-1930) intentó resolver esa situación
con un desarrollismo a ultranza, basado en las obras públicas. Hubo un
aumento general del nivel de vida y de la demanda interna. Lo negativo de
esta situación fue el crecimiento excesivo de la deuda a la que recurrió el
dictador para financiar esas obras. A pesar de ello, España se
al nivel de los países europeos de su entorno. La crisis de 1929 y la Guerra
Civil cortaron esta tendencia.
22. El estancamiento durante la Guerra y la Posguerra
El crecimiento industrial se interrumpió durante la Guerra Civil (1936-
1939) debido a la destrucción de industrias. Después de la Guerra Civil y
hasta 1959 se estableció el intervencionismo estatal, que controlaba las
inversiones y trató de imponer una economía autárquica. Este período se
caracteriza por un modesto ritmo industrializador debido al bloqueo
exterior, la falta de suministro de materias primas, combustibles y bienes
de equipo para las fábricas, así como por la limitada capacidad de
compra del mercado interior ante el bajo nivel de vida de la mayor parte
de la población española
23. En 1941 se creó el Instituto Nacional de Industria (INI), que poco a
poco iría instituyendo el entramado empresarial público, con empresas
vinculadas al armamento (CASA), a la explotación de recursos naturales
(HUNOSA), a la producción eléctrica (ENDESA)… es decir, actuaba como
sustituto de la empresa privada en actividades poco rentables, que
requerían una fuerte inversión o de carácter estratégico.
24. En los años 50 se inició un tímido crecimiento, a expensas de una mínima
iniciativa privada y de los efectos del despegue industrial europeo, que
llevó a nuestro país a vincularse a la economía mundial y a abandonar la
autarquía. Los acuerdos firmados con EEUU (1953) permitieron importar
materias primas, bienes de equipo… lo que originó un gran déficit. Por
consejo de diversos organismos internacionales (FMI) en 1959 se dictó un
conjunto de medidas que se conocen con el nombre de Plan de
Estabilización.