1) El documento describe diferentes tipos de interacciones entre especies como el amensalismo, parasitismo y simbiosis.
2) El amensalismo ocurre cuando una especie es perjudicada por la relación mientras la otra no se ve afectada. El parasitismo beneficia a una especie a costa de la otra.
3) La simbiosis se refiere a interacciones estrechas donde al menos una especie se ve beneficiada, e incluye relaciones mutualistas, comensales y de parasitismo.
1. AMENSALISMO
A menudo, las relaciones que se establecen entre los animales en la naturaleza se clasifican de acuerdo a la
conveniencia que le represente a cada uno de los que la realizan: mientras que existen algunas relaciones
que son de mutua dependencia y entonces a ambas especies les resulta útil, otras como
la depredación tienen a un depredador y a una presa, donde solo el primero resulta beneficiado.
A las relaciones en las que al menos una de las especies se ve perjudicada, se les denomina interacciones
negativas: es el instinto de las especies y la propia dinámica de la evolución la que determina que estas
relaciones se produzcan, y no una voluntad tangible pues si así fuera ninguna especie se provocaría perjuicio.
Se le denomina amensalismo a aquellas relaciones entre las especies en las que una de las dos resulta
perjudicada por la relación y la otra no experimenta ninguna alteración, es decir que le resulta neutra.
¿Cómo se lleva a cabo?
Habitualmente, el amensalismo se produce en la generación de sustancias tóxicas, o bien en la creación de
condiciones intolerables para otras poblaciones, por parte de los microorganismos.
Cuando un organismo se establece en un espacio, es frecuente que realice lo necesario para impedir que
otras poblaciones sobrevivan en él, lo cual no puede interpretarse como una acción positiva para sí: más
bien se la piensa como neutral para sí, pero perjudicial para el resto de las especies.
Ejemplos de amensalismo
1. Cuando algunos animales pisotean las hierbas, sin aprovecharlas para un uso particular.
2. El hongo penicium, que segrega penicilina evitando el desarrollo de bacterias; y no
solamente bacterias que lo puedan afectar.
3. Algunas algas planctónicas liberan una sustancia tóxica, que se concentra en los ‘puntos rojos’ del
océano, provocando la muerte de varias especies de animales marinos.
4. Una avispa que deposita sus huevos en pulgones, siendo que cuando nacen las larvas estas se
alimentan de ellos.
5. Un roedor que se alimenta del fruto del algarrobo, pero que en su digestión no daña ni modifica las
semillas: como salen iguales, la relación produce que se dispersen.
6. Los árboles de mayor tamaño que impiden la llegada de luz solar a las hierbas que se encuentran al
ras del suelo.
7. Las hojas de los pinos que caen al suelo liberan un producto químico que reduce la incidencia de la
germinación de las semillas en su lugar.
8. El eucalipto, que segrega una sustancia que evita y dificulta el desarrollo de otras plantas.
2. PARASITISMO
El parasitismo es un tipo de simbiosis, una estrecha relación en la cual uno de los participantes, (el parásito)
depende del otro (huésped, hospedador o anfitrión) y obtiene algún beneficio. En la mayoría de los casos de
parasitismo el hospedador percibe un daño o perjuicio por parte del parásito en algún momento del ciclo.
El parasitismo es un proceso por el cual una especie amplía su capacidad de supervivencia utilizando a otras
especies para que cubran sus necesidades básicas y vitales, que no tienen por qué referirse necesariamente
a cuestiones nutricionales, y pueden cubrir funciones como la dispersión de propágulos o ventajas para la
reproducción de la especie parásita, etc.
Casi todos los animales poseen algunas especies parásitas. Algunos bastante inesperados. Por ejemplo,
además de los grupos más conocidos de parásitos
(monogéneos, digéneos, céstodos, nemátodos, hirudíneos, copépodos), entre los parásitos pueden incluirse
algunas especies de percebes, almejas, turbelarios, hidrozoos, aves como el cuclillo e incluso
algunos tiburones.
En el proceso de parasitismo, la especie que lleva a cabo el proceso se denomina parásito o huésped y la
especie parasitada se llama hospedador, hospedante, o anfitrión.
Los parásitos que viven dentro del anfitrión u organismo hospedador se llaman endoparásitos y aquéllos que
viven fuera reciben el nombre de ectoparásitos. Un parásito que mata al organismo donde se hospeda es
llamado parasitoide. Algunos parásitos son parásitos sociales, obteniendo ventaja de interacciones con
miembros de una especie social, como son los áfidos, las hormigas o las termitas.
El parasitismo puede darse a lo largo de todas las fases de la vida de un organismo o sólo en periodos
concretos de su vida. Una vez que el proceso supone una ventaja apreciable para la especie parásita, queda
establecido mediante selección natural y suele ser un proceso irreversible que desemboca a lo largo de las
generaciones en profundas transformaciones fisiológicas y morfológicas de tal especie.
Como todo parásito sigue siendo un organismo, puede verse convertido a su vez en hospedador de una
tercera especie. Al parásito que parasita a otro parásito se le suele denominar hiperparásito, un ejemplo de
ello son los virus satélites, que requieren a otros virus para reproducirse. Razones de productividad ecológica
limitan el número de niveles de parasitismo a unos pocos.
Clasificación
Los microparásitos son pequeños y extremadamente numerosos, se multiplican dentro del huésped y en
muchos casos lo hacen dentro de las células del huésped, por lo tanto se relacionan con el metabolismo y
provocan reacciones por parte de los anticuerpos.
Los macroparásitos crecen, y en algunos casos se multiplican dentro del anfitrión. En otros casos
producen fases infecciosas que salen fuera del anfitrión, para afectar a otros. Viven sobre (los piojos, por
ejemplo) o dentro del cuerpo (las lombrices intestinales, por ejemplo) o en las cavidades del hospedero y,
por lo general, se puede estimar el número de macroparásitos existente en el organismo afectado.
El parasitismo implica una relación trófica con su anfitrión (obtención de nutrientes) pero también puede
implicar otras relaciones como lo es la de protección por parte de este último.
Tipos de parásitos
Existen distintos tipos de parásitos y en muchos grupos biológicos. Entre estos están:
Ancianito y Barra
los virus, que son parásitos obligados,
las bacterias,
los hongos,
las plantas,
los protistas (como los apicomplejos o algunas algas rojas), y
muchos animales
3. SIMBIOSIS
El término simbiosis (del griego: σύν, syn, 'juntos'; y βίωσις, biosis, ‘vivir’) se aplica a la interacción biológica,
a la relación estrecha y persistente entre organismos de diferentes especies. Los organismos involucrados en
la simbiosis son denominados simbiontes.
El biólogo alemán Albert Bernhard Frank, al estudiar los líquenes, acuñó el término para describir la estrecha
relación entre organismos de diferente tipo.1
El botánico alemán Anton de Bary, en 1879 definió
la simbiosis como «la vida en conjunción de dos organismos disímiles, normalmente en íntima asociación, y
por lo general con efectos benéficos para al menos uno de ellos».2
La definición de simbiosis se encuentra
sometida a debate, y el término ha sido aplicado a un amplio rango de interacciones biológicas. Otras fuentes
la definen de forma más estrecha, como aquellas relaciones persistentes en las cuales ambos organismos
obtienen beneficios, en cuyo caso sería sinónimo de mutualismo.3
La simbiosis suele ser identificada con las relaciones simbióticas mutualistas, que son aquellas en las que
todos los simbiontes salen beneficiados. Por analogía, en sociología, simbiosis puede referirse a sociedades y
grupos basados en la colectividad y la solidaridad.
Tipos de simbiosis
La simbiosis puede clasificarse:
Atendiendo a la relación espacial entre los organismos participantes: ectosimbiosis y endosimbiosis. En la
ectosimbiosis, el simbionte vive sobre el cuerpo, en el exterior del organismo anfitrión, incluido en el
interior de la superficie del recorrido digestivo o el conducto de las glándulas exocrinas. En la
endosimbiosis, el simbionte vive o bien en el interior de las células del anfitrión, o bien en el espacio entre
estas.10
Desde una perspectiva de los costos y los beneficios que obtienen cada uno de los participantes, las
relaciones simbióticas en la naturaleza pueden clasificarse como
de mutualismo, comensalismo y parasitismo. En el mutualismo ambas especies se benefician; en el
comensalismo la relación es beneficiosa para una de ellas e indiferente para la otra; y en el parasitismo la
relación es positiva para una, aunque perjudicial para la otra.
Según sean estas facultativas u obligatorias, o también distinguiendo si son permanentes o temporales.11
4. De modo similar, se puede distinguir entre simbiosis de transmisión vertical, en la que existe una
transferencia directa de la infección desde los organismos anfitriones a su progenie,12
y simbiosis de
transmisión horizontal, en la que el simbionte es adquirido del medio ambiente en cada generación.13