La guerra civil en Siria comenzó en 2011 con protestas pacíficas contra el gobierno de Bashar al-Assad, pero pronto derivó en un conflicto armado a gran escala entre las fuerzas gubernamentales y la oposición rebelde. Más de 300,000 personas han muerto y millones han huido del país, causando una crisis humanitaria. Varias potencias extranjeras se han involucrado militar y políticamente en el conflicto, lo que lo ha convertido en una guerra por poder regional con múltiples actores.
2. LA GUERRA CIVIL SIRIA
Es un conflicto bélico iniciado a principios de 2011 y que se desarrolla en la
actualidad en Siria. En esta guerra se enfrentaron en su inicio las Fuerzas
Armadas de Siria del gobierno del presidente sirio, Bashar al-Asad, contra grupos
armados rebeldes de diversa índole, conocidos en Occidente como la «oposición
siria». Más adelante, numerosos grupos y combatientes de los «rebeldes» se
unieron a los yihadistas del Estado Islámico de Irak y el Levante —Estado
Islámico (abreviado como EI) en español; ISIS en inglés—, también conocido
como Daesh (en árabe داعش), lo que le permitió a este último expandirse e
invadir vastas extensiones de Siria desde las zonas que ya ocupaba en Irak.
3. Lo que empezó en enero de 2011 con manifestaciones pacíficas a favor de las
reformas políticas en Siria, sobre el telón de fondo de la así llamada
Primavera Árabe, desembocó en protestas masivas y luego en un conflicto
armado a gran escala.
Las protestas contra las políticas del Gobierno del presidente sirio Bashar al
Assad, que estallaron en marzo de 2011, no solo derivaron en una guerra civil
a gran escala entre las fuerzas gubernamentales y la oposición armada, sino
que ha desembocado en un conflicto de alcance internacional donde la
lucha contra los terroristas se entremezcla con el conflicto de intereses
de varios países extranjeros, incluidas las dos mayores potencias
nucleares.
4. Las protestas, que arrancaron en el contexto de las primaveras árabes, se
han convertido en una de las guerras más devastadoras de los últimos años.
Además de acabar con la vida de entre 300.000 y 470.000 personas según las
fuentes, el conflicto ha desencadenado una crisis humanitaria con
consecuencias nefastas y aún latentes en todos los países de la región y en
Europa. De los 22 millones de habitantes que había en Siria antes del
conflicto, más de la mitad han tenido que huir de sus hogares.
5. Debido a la participación de numerosas potencias extranjeras se la ha
denominado también como una guerra subsidiaria. El gobierno sirio, presidido
por Bashar al-Asad, cuenta con el apoyo de Rusia, que lo considera un país
aliado desde tiempos de la Unión Soviética, la República Islámica de Irán y la
organización libanesa.
6. LA FAMILIA ASAD
pertenece a la minoritaria secta alawí, una rama del Islam chií, que comprende
sólo un 12,6 % de la población de Siria. Los alawíes tienen mayoría en los altos
cargos del Ejército y mantienen un férreo control sobre la población con los
servicios de seguridad de Siria, generando resentimiento entre algunos suníes que
constituyen las tres cuartas partes de la población de ese país.
Las conexiones de la familia están presentes entre la mayor parte de los políticos
más importantes de Siria. Bastantes miembros cercanos de la familia de Bashar al-
Asad han obtenido puestos en el gobierno desde la ascensión de su padre al
poder.
La guerra civil ha ido degenerándose desde un conflicto propiciado por la
necesidad de cambios políticos a un conjunto de conflictos sectarios y de intereses
internacionales, en apoyo de un determinado grupo étnico. Por ejemplo Irán apoya
abiertamente a las milicias chiíes, Arabia Saudita a los suníes y Turquía a la
minoría turcomana. EE.UU. por su parte apoya abiertamente a los kurdos, que han
sido declarados enemigos de Turquía por su conexión con el PKK, que lucha contra
el gobierno turco.
Por otro lado se encuentra el arribo de miles de extranjeros provenientes de
diversas partes del mundo para apoyar a un determinado bando, ya sea económica
o militarmente.