ACRÓNIMO DE PARÍS PARA SU OLIMPIADA 2024. Por JAVIER SOLIS NOYOLA
El tutor virtual
1. EL TUTOR VIRTUAL EN LOS ENTORNOS DE TELEFORMACIÓN
Rosalía Romero
M. Carmen Llorente
Universidad de Sevilla
Las tecnologías modernas imponen nuevos retos a los docentes. Hoy en día no es
suficiente contar con un bagaje teórico y conceptual sino que además es
necesario saber manejar adecuadamente las nuevas herramientas que nos ofrece
la tecnología. Con respecto a esto, los docentes de la nueva era no podemos
quedarnos atrás, debemos estar preparados para asumir con profesionalismo e
idoneidad estos nuevos espacios, los cuales a su vez resultan bastante
interesantes y beneficiosos para el proceso de aprendizaje de nuestros jóvenes y
por qué no de nosotros mismos.
Como podemos apreciar, el campo de acción del docente se extiende aún más, ya
no sólo está en el salón de cuatro paredes sino que ha trascendido a un nuevo
escenario: la red. Y cuando hablamos en estos términos ya no podemos hablar del
docente sino del “tutor virtual”. Con el fin de tener una apropiación más clara del
concepto, contamos con la explicación que realizan Romero y Llorente
(Universidad de Sevilla) sobre éste.
En primer lugar, estas autoras plantean que un nuevo escenario supone un nuevo
rol, con lo cuál estoy totalmente de acuerdo, ya que el papel del “tutor virtual”
pasa a ser el de un guía, un facilitador del aprendizaje de los alumnos y no un
simple profesor que entiende por virtualidad el saber enviar un correo, abrir una
cuenta de blog, programar un calendario y calificar los trabajos de sus estudiantes.
Antes bien, éste debe desarrollar habilidades pedagógicas, sociales y técnicas.
En segundo lugar, se habla de las funciones y competencias del tutor virtual, con
respecto a las funciones, éste debe desarrollar las siguientes: función técnica, que
corresponde al manejo de los medios electrónicos, en este caso el tutor debe
asegurarse de que sus estudiantes comprendan el funcionamiento de su curso,
mantenerse en contacto con sus estudiantes, solucionar problemas, facilitar las
herramientas en la red, entre otras. La siguiente es la función académica, en la
cual el tutor debe dominar los contenidos, proponer actividades, realizar
diagnósticos y evaluaciones formativas, todo con el fin de promover la
interactividad, situación tan importante en el aula virtual.
Otra de las funciones es la función organizativa, en la que el tutor tiene que
elaborar un calendario del curso con las actividades a seguir, exponer unas
normas de funcionamiento y de atención tanto personalizada como grupal. Luego
está la función orientadora, relacionada con la asesoría a los estudiantes,
asegurarse de que estos estén trabajando a un ritmo coherente, que su
aprendizaje sea significativo y motivarlos. Por último, tenemos la función social,
bastante importante, pues consiste en garantizar a los estudiantes un espacio en
2. donde se sientan cómodos y en comunidad, con el fin de que se puedan expresar
libremente, no se sientan aislados ni desmotivados, para esto el tutor tiene como
tarea integrar al grupo, promover la participación, ser flexible; además de no
imponer sus conocimientos ni ser autoritario, ya que esto conlleva a la pérdida de
interés y desmotivación total por parte del estudiante.
Tal y como sucede muchas veces en nuestras aulas y como lo he podido
evidenciar desde mi experiencia personal, muchas veces y en especial en la parte
virtual uno se inscribe a un curso porque está interesado en aprender, porque
tiene una convicción, ya sea que le agrade o simplemente porque quiere mejorar
su bagaje cultural y no porque sea obligado. Sin embargo, suceden situaciones
que terminan afectando el grado de motivación con que uno pueda haber iniciado
el curso, por ejemplo, el tutor sólo se encarga de enviar y enviar información pero
no se asegura de que sus alumnos estén aprendiendo sino hasta el final cuando
es necesario certificar la aprobación o no del curso.
Prosiguiendo con los temas tratados, en tercer lugar, se aborda el tema de las
relaciones que se deben establecer entre el tutor virtual y el alumno. La palabra
clave en este campo es la interacción, tanto colectiva como personal. El tutor por
su parte debe encargarse de satisfacer las expectativas de sus alumnos desde el
principio, debe explorar sus diversos intereses, resolver las distintas dudas que se
presenten a tiempo y asegurarse de que sus alumnos hayan comprendido
totalmente sin dejar vacios, además de esto debe fomentar la participación en
foros de discusión sobre temas de interés general.
Finalmente, a manera de conclusión, cabe resaltar una vez más la importancia de
implementar “tutores virtuales” en nuestras aulas escolares, ya que se convierten
en herramientas innovadoras y útiles, siempre y cuando las temáticas propuestas
se desarrollen coherentemente con las dinámicas sociales y culturales que rodean
a los estudiantes, pues el fin de toda educación es lograr un aprendizaje
enriquecedor, significativo y para la vida.