1. «CRUZ, DESCANSO SABROSO DE MI VIDA,
VOS SEÁIS LA BIENVENIDA»
AMBIENTACIÓN
La oración en este tiempo es importante, ya que nos ayuda a estar más cerca de Dios para
poder cambiar lo que necesitemos cambiar de nuestro interior. Necesitamos convertirnos cambiar
nuestra forma de vivir para que sea Dios el centro de nuestra vida. Sólo en la oración encontraremos
el amor de Dios y la dulce y amorosa exigencia de su voluntad.
CANTO: Postrado ante la cruz (1)
Postrado ante la cruz en la que has muerto
y a la que yo también te he condenado.
Sólo puedo decirte que hoy lo siento.
Sólo puedo decirte que hoy te amo.
Y te pido perdón por mis errores,
y te pido perdón por mis pecados,
Perdóname, Señor, hoy me arrepiento,
perdóname, mi Dios, crucificado.
SALMO DE BÚSQUEDA
Dios mío, tú eres mi Dios.
Con ansias te busco desde que amanece,
como quien busca una fuente
en el más ardiente desierto.
¡Quiero verte en tu santuario,
y contemplar tu poder y tu grandeza!
Más que vivir, prefiero que me ames.
Te alabaré con mis labios.
¡Mientras viva te alabaré!
¡Alzaré mis manos para alabarte!
¡Con mis labios te alabaré
y daré gritos de alegría!
¡Eso me dejará más satisfecho
que la comida más deliciosa!
Me acuesto y me acuerdo de ti;
durante toda la noche estás en mi pensamiento.
¡Tú eres quien me ayuda!
¡Soy feliz bajo tu protección!
¡A ti me entrego por completo,
porque tu gran poder es mi apoyo!
LECTURA DEL EVANGELIO: Juan 15,1-7
«Jesús les dijo: yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él,
ése da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada. Como el sarmiento no puede dar fruto
por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí».
CANTO: Postrado ante la cruz (2)
Yo he cargado de espinas tu cabeza,
cuando he vuelto la espalda a mis hermanos.
Yo he llenado tu cuerpo de tormentos,
cuando algún semejante he despreciado,
y yo clavo en la cruz tus manos y tus pies,
siempre que a mis amigos y defraudo.
Perdóname, Señor, hoy me arrepiento,
perdóname, mi Dios, crucificado.
2. CRUZ, DESCANSO SABROSO (Santa Teresa de Jesús)
Cruz, descanso sabroso de mi vida,
vos seáis la bienvenida.
Oh bandera, en cuyo amparo
el más flaco será fuerte,
oh vida de nuestra muerte,
qué bien la has resucitado;
al león has amansado,
pues por ti perdió la vida:
vos seáis la bienvenida.
Quien no os ama está cautivo
y ajeno de libertad;
quien a vos quiere allegar
no tendrá en nada desvío.
Oh dichoso poderío,
donde el mal no halla cabida,
vos seáis la bienvenida.
Vos fuisteis la libertad
de nuestro gran cautiverio;
por vos se reparó mi mal
con tan costoso remedio;
para con Dios fuiste medio
de alegría conseguida:
vos seáis la bienvenida.
EN LA CRUZ ESTÁ LA VIDA (Santa Teresa de Jesús)
En la cruz está la vida y el consuelo,
y ella sola es el camino para el cielo.
En la cruz está «el Señor de cielo y tierra»,
y el gozar de mucha paz, aunque haya guerra.
Todos los males destierra en este suelo,
y ella sola es el camino para el cielo.
De la cruz dice la Esposa a su Querido
que es una «palma preciosa» donde ha subido,
y su fruto le ha sabido a Dios del cielo,
y ella sola es el camino para el cielo.
Es una «oliva preciosa» la santa cruz,
que con su aceite nos unta y nos da luz.
Alma mía, toma la cruz con gran consuelo,
que ella sola es el camino para el cielo.
Es la cruz el «árbol verde y deseado»
de la Esposa, que a su sombra se ha sentado
para gozar de su Amado, el Rey del cielo,
y ella sola es el camino para el cielo.
El alma que a Dios está toda rendida,
y muy de veras del mundo desasida,
la cruz le es «árbol de vida» y de consuelo,
y un camino deleitoso para el cielo.
Después que se puso en cruz el Salvador,
en la cruz está «la gloria y el honor»,
y en el padecer dolor vida y consuelo,
y el camino más seguro para el cielo
CANTO: Postrado ante la cruz (3)
Yo he colmado tu faz de sufrimiento,
cuando he visto injusticia, y he callado.
Yo he sembrado tu alma de amargura,
al fingir siempre ser un buen cristiano.
Yo atravieso tu pecho con la lanza,
siempre que espero amor y yo no amo.
Perdóname, Señor, hoy me arrepiento,
perdóname, mi Dios, crucificado.
PETICIONES
Oremos con toda confianza al Señor por intercesión de Santa Teresa de Jesús:
1. Por el Papa Francisco, nuestro Obispo Ramón y su presbiterio. Oremos.
2. Por consagrados de nuestra diócesis en sus distintos carismas. Oremos.
3. Por las familias cristianas. Oremos.
4. Por las vocaciones al sacerdocio. Oremos.
5. Por las vocaciones consagradas. Oremos.
6. Por los novios que se preparan a la vocación matrimonial y familiar. Oremos.
7. Por los cristianos perseguidos. Oremos.
8. Por los inmigrantes, los refugiados, exiliados. Oremos.
9. Por los enfermos, ancianos, impedidos. Oremos.
10. Por los que ya partieron a la casa del Padre. Oremos.
Recogemos nuestra oración uniéndola a la de Jesucristo y decimos todos juntos: Padre
nuestro…