2. 300 gr. de bizcocho de chocolate.
150 gr. de queso mascarpone.
Chocolate para fundir (también se puede
utilizar nuttela)
Palitos para sujetar los cake pops.
Fideos de chocolate.
3. Empezamos destrozando un poco el bizcocho de
chocolate, para que quedé en migajas. Podéis
destrozarlo con el sistema que más os guste. Cuando lo
tengáis listo, meterlo todo en un cuenco.
Añadimos entonces el queso mascarpone y comenzamos
a mezclarlo, con las manos, hasta conseguir una mezcla
que resulte compacta.
Vamos a ir cogiendo trocitos de la masa y le daremos la
forma de bolitas, o la que prefiráis, intentando que el
tamaño no sea demasiado grande. Ponemos en una
bandeja y metemos en la nevera para que coja
consistencia, más o menos por 45 minutos.
4. Cuando esté a punto de sacarlos, funde el chocolate,
intentando que no esté demasiado derretido pero sí bastante
líquido.
Sacamos ya las bolas, o figuritas, de la nevera y bañamos un
poco los palos con el chocolate. Metemos le palo en la bola
que hemos hecho, sin traspasar más de la mitad, y la
bañamos entonces en el chocolate, con mucho cuidado de
que no se suelte. Ahora lo colocamos en un corcho o
cualquier superficie donde podamos clavar el palo y que lo
mantenga firme. Haced el mismo proceso con cada uno.
5. Cuando tengáis todos listos, dejar reposar un poco y
ya podéis espolvorear los fideos de chocolate, o de
colores, y si queréis poner un poco de nata dándole
más color a vuestros cake pops.
Ya decorados, los dejamos reposar en la nevera para
que se enfríen y absorban bien el chocolate y estarán
listos.