1. Pontificia Universidad Javeriana
Información y documentación
Presentado a: Alfredo Menéndez Echavarría
Presentado por: María Paula Angel Benavides
23 de septiembre de 2013
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La sociedad de la información y yo
Para hacer referencia a mi experiencia en la sociedad de la información, es necesario
definir lo que esta significa y representa para mí. Así que haré uso de algunas ideas
planteadas en el texto la Sociedad de la Información: hegemonía, reduccionismo
tecnológico y resistencias. Primero, “la sociedad de la información (SI) es un proyecto
hegemónico construido de manera sistemática y calculada desde por lo menos las
últimas cuatro décadas” (Valderrama, 2012), liderado por los miembros del G-8, la
OCDE y algunos sectores fuertes del tercer mundo. Este modelo pretende un desarrollo
social basado en el uso y empleo de las nuevas tecnologías de la información y la
comunicación (TIC).
El gobierno del país en el que habito, desde hace un tiempo ha tratado de incorporarse
a este tipo de modelo, cegado, en mi opinión, por el reduccionismo tecnológico. Con lo
anterior, me refiero a la creencia popularizada de que las nuevas tecnologías son
capaces de resolver todos los problemas, dicho de otra forma, “la única manera, el
único remedio, para superar el atraso, cerrar las brechas socioeconómicas y lograr el
desarrollo y el progreso es con la introducción, en las sociedades y en las
comunidades, de las TIC” (Valderrama, 2012). Creo fielmente que eso no es cierto, a
mi parecer, las nuevas tecnologías están sobrevaluadas, a pesar de las ventajas que
tienen, de las cuales he sido participe; los cambios que han traído consigo, de los
2. cuales he hecho parte; y la importancia que puedan llegar a tener en el desarrollo y
avance de la sociedad.
Retomando, lo mencionado sobre los cambios, es pertinente decir que estos son
inherentes a cualquier tipo de tecnología y que son casi inevitables. Para ahondar más
en el asunto, me remitiré al texto Superficiales ¿Qué está haciendo Internet con
nuestras mentes? , para dar algunos indicios. Antes, tengo que decir que me siento
totalmente identificada con Carr, ya no pienso de la forma en la que solía, mi
concentración, paciencia, manera de absorber información y algunos de mis hábitos se
han modificado considerablemente, la web se ha convertido en parte esencial de mi
vida, de modo tal que es “mi medio universal, el conducto para la mayoría de
información que fluye por mis ojos y mis oídos hacía mi mente” (Carr, 2011). Me he
adaptado a las nuevas circunstancias, o en este caso tecnologías. Esto se debe a la
neuroplasticidad, la cual permite que nuestro cerebro se reestructure a lo largo de la
vida, de acuerdo a ciertas condiciones. Sin embargo, esta capacidad tan especial debe
tratar de usarse de la mejor manera, de modo tal que no perdamos las características
que nos definen como especie, y no nos alienemos ante las TIC y el sistema propuesto
por la SI.
Los medios no sólo proporcionan información, sino que modelan nuestro proceso de
pensamiento. De modo que cabe decir que las herramientas ofrecidas por las TIC no se
pueden polarizar, ni satanizar, son diferentes, y como las viejas tecnologías traen
ventajas y desventajas, tal como ocurrió con la imprenta de Gutenberg, el reloj e incluso
el mapa, y es que “toda tecnología es expresión de la voluntad humana. Con nuestras
herramientas buscamos ampliar nuestro poder y control sobre nuestra circunstancia”
(Carr, 2011). Hay que tener un papel crítico frente a toda esta situación, de manera que
en mi caso particular, decidí no apartarme de las TIC, sino apropiarme de lo bueno que
ofrecen, sin olvidar lo que me perjudica. Por ejemplo, la bidireccionalidad que
proporciona la red la usé a mi favor, me permití cambiar la forma en la que me
relacionaba con los medios y su contenido. Ahora soy participante activa de las redes
3. sociales, creo contenido a mi manera, lo comparto con otros, interactúo, discuto,
desarrollo competencias informacionales, etc.
Vale aclarar que estas competencias informacionales van mucho más allá de lo
concebido por los enfoques tradicionales, que las entienden como habilidades,
destrezas para el acceso a la información, o prácticas con dimensiones sociales. Estas
están severamente influenciadas por la dimensión social del hombre, razón por la cual
“su acción sobre las fuentes de información tiene un impacto sobre el contexto social y
afecta las posibilidades de constituirse en sujeto informado y en participante legitimo de
procesos de toma de decisión son incidencia social” (Marciales Vivas, González Niño,
Castañeda Peña, & Barbosa Chacón, 2008). Además, la presencia de una dimensión
histórica, en un contexto de sujetos cambiantes y dinámicos, da un giro a todo este
concepto.
Por otro lado, hay dos problemáticas que se han intensificado con el fortalecimiento de
la SI, sin decir que son exclusivas a esta, me afectan de cierto modo y están en mi
entorno. Una, es el plagio, que se origina básicamente en la búsqueda que hacen
algunas personas, en especial, estudiantes y profesionales, de facilitar sus tareas,
“copiando información de la web sin referenciar adecuadamente las fuentes, o tratando
de hacer pasar como propias obras o materiales de otros autores” (Soto, 2012). Por
otro lado, está la obsolescencia programada, que se evidencia a la perfección en el
documental Comprar, tirar, comprar. Este fenómeno se da aproximadamente desde la
crisis de 1929, la cual llevó a muchos fabricantes a reducir deliberadamente la vida útil
de sus productos, como fue el caso de las bombillas, tiempo después de las medias de
nailon, y de las batería de los ipods de primera generación. En la actualidad, con el
auge de las nuevas tecnologías, que responde a los requerimientos de la SI y a la
lógica capitalista, los objetos se hacen obsoletos cada vez más rápido, como se aprecia
en el caso de la impresora mostrado en el documental, y en muchos más objetos de la
vida cotidiana. Todo esto trae consecuencias catastróficas para el medio ambiente y
para la continuidad de nuestra existencia como la conocemos.
4. Referencias:
Carr, N. (2011). Superficiales ¿Qué está haciendo Internet con nuestras mentes? .
Taurus.
Marciales Vivas, G. P., González Niño, L., Castañeda Peña, H., & Barbosa Chacón, J.
W. (2008). Competencias informacionales en estudiantes universitarios: una
reconceptualización. Universitas Psychologica, 7(3), 643-654. Recuperado de
http://revistas.javeriana.edu.co/index.php/revPsycho/article/view/383/263
Soto Rodríguez, A. (2012). El plagio y su impacto a nivel académico y profesional. E-
Ciencias de la Información, 2(1), 1-13. Recuperado de
http://revistaebci.ucr.ac.cr/volumenes/2/2-1/2-1-2/2-1-2.pdf
Úbeda, J., Barrat, P. (Productores), & Dannoritzer, C. (Directora). (2010). Comprar, tirar,
comprar: La historia secreta de la obsolescencia programada [Documental]. España:
Media 3.14, Article Z.
Valderrama, C. E. (2012). Sociedad de la Información: hegemonía, reduccionismo
tecnológico y resistencias. Nómadas, (36), 13-25. Recuperado de
http://www.ucentral.edu.co/images/stories/iesco/revista_nomadas/36/36_1_sociedad_de
_la_informacion.pdf