2. La degradación del suelo y
los acuíferos
El suelo es un recurso natural no
renovable a corto-medio plazo. La
pérdida de suelo, especialmente el
agrícola, puede estar provocada
tanto por agentes físicos externos,
como el agua, las variaciones de
temperaturas, el viento, o sobre
todo por la actividad humana.
3. La degradación del suelo y los
acuíferos
En Canarias, básicamente, es la mano del
hombre la que está detrás de este
proceso. El abandono de las actividades
agrarias y forestales, los incendios, la
extracción de áridos, y especialmente las
obras de grandes infraestructuras
(carreteras, pistas aeroportuarias…) y la
ocupación del espacio rural por nuevos
proyectos de urbanizaciones, campos de
golf, polígonos industriales…, son
acciones que llevan a la inutilización
futura de los suelos, y a que el 44% de
éstos sufran desertificación.
4. La degradación del suelo y los
acuíferos
La contaminación y la sobreexplotación de
los acuíferos es otro de los graves
problemas a los que se enfrenta el
Archipiélago. En los últimos años, y debido
al crecimiento poblacional y la disminución
del nivel de los acuíferos, se ha hecho
necesario buscar métodos no naturales que
garanticen el recurso del agua
(plantas desaladoras y potabilizadoras,
plantas depuradoras de aguas residuales…).
5. La degradación del suelo y los
acuíferos
La pérdida de suelo cultivable así
como la captación sostenible de
agua son graves inconvenientes
para las Islas, debido a la
dependencia del exterior para el
suministro alimentario y el
petróleo para obtener el agua
(desaladoras…).
6. La edificación agresiva y el
proceso de ‘rururbanización’
En Canarias se viene produciendo
una destrucción progresiva del suelo
rústico, especialmente de antiguas
zonas de plataneras, debido a la
construcción desmesurada, y en
muchas ocasiones sin planificación, de
hoteles, apartamentos, villas…
7. La edificación agresiva y el
proceso de ‘rururbanización’
Hay que añadir el rápido crecimiento de
las zonas suburbanas, con
una construcción masiva y
desproporcionada, manteniendo escasos
espacios verdes. Tradicionalmente en las
Islas se ha llevado a cabo un proceso de
autoconstrucción de viviendas, un modelo
anárquico y poco cuidadoso con el
paisaje en el que se integran.
8. La edificación agresiva y el
proceso de ‘rururbanización’
En los últimos años, y fruto de las pautas
que marca una sociedad moderna, se está
produciendo un fenómeno curioso y dañino
para la agricultura y ganadería isleña. La
idea que se tiene del campo ha comenzado
a cambiar. Se trata de una concepción
turístico-residencial de lo que hasta hace
poco era un espacio de producción de
alimentos, y por lo tanto un espacio que
contribuía a la economía del Archipiélago.
9. La edificación agresiva y el
proceso de ‘rururbanización’
Es lo que se conoce
como ‘rururbanización’, es
decir, la urbanización del medio
rural.
10. La edificación agresiva y el
proceso de ‘rururbanización’
Se trata de un proceso que se
puede ver materializado en
municipios cercanos a las a capitales
insulares como Tacoronte, Tegueste
o El Sauzal en Tenerife, Santa
Brígida y Arucas en Gran Canaria,
Breña Alta y Puntallana en La
Palma, o San Bartolomé en
Lanzarote.
11. La edificación agresiva y el
proceso de ‘rururbanización’
La gente huye de la masificación y el
ruido de las ciudades en busca de la
tranquilidad y la calidad de vida del
campo, pero curiosamente sin
renunciar a seguir manteniendo su
estilo de ‘vida urbana’.