1. EL RETO DEL PERÚ EN LA COBERTURA EN PENSIONES
En la última década, Perú ha registrado un notable progreso y estabilidad
macroeconómica que ha permitido una mejora significativa del ingreso real per
cápita. Aun así, la aspiración por un mayor nivel de bienestar en la sociedad
peruana sólo se podrá alcanzar si las políticas públicas logran afrontar con éxito
importantes retos: aliviar la pobreza extrema, reducir la desigualdad de los
ingresos, incrementar el empleo y, especialmente, reducir la elevada informalidad
laboral.
El crecimiento del empleo informal en la economía, la flexibilización laboral, la
reducción significativa del empleo público, entre otros factores, provocaron la
disminución de la cobertura del sistema de pensiones. La aparición del Sistema
Privado de Pensiones (SPP) no ha resuelto el problema de la cobertura, y ha
agravado sus déficits debido a que ha favorecido un incremento de los excluidos,
puesto que el porcentaje de la población protegida por el nuevo sistema ha
decrecido.
Por otro lado la tasa de participación de las mujeres en el mercado laboral
peruano ha crecido significativamente en las últimas décadas. Pero la forma en
que ellas se vinculan suele ser en condiciones más desventajosas que los
hombres: la tasa de desempleo abierto y las tasas de subempleo son más altas, el
nivel de remuneraciones es menor el de que los hombres, aún en puestos
similares; la densidad de los aportes es menor (empleos temporales y
maternidad); por otro lado, tienen una esperanza de vida mayor que los hombres.
Todo ello puede ocasionar, si no se toman medidas apropiadas, situaciones de
inequidad en el acceso a pensiones adecuadas.
Lo que impide tambien una mayor cobertura y mejor acceso al sistema de
pensiones son los altos costos administrativos en el sistema de gestión privada
que ha originado que los gastos de administración son excesivamente altos. Los gastos
administrativos se concentran en comercialización, publicidad, comisiones de ventas, los
2. movimientos frecuentes de afiliados de una administradora a otra y los salarios del
personal.
Un reciente estudio del Banco Mundial refiere que en el Perú las AFPs son las más
rentables de América Latina, pero las más caras para sus afiliados. Así se tiene que
mientras la rentabilidad promedio de las AFPs fue cercana al 59%, los ingresos por
comisión alcanzaron el 30%.
La reforma de 1993 no ha sido capaz de incorporar a los trabajadores
independientes y por cuenta propia al sistema de pensiones. Tampoco ha sido
capaz de terminar con la evasión y elusión contributiva facilitada por la
proliferación de mecanismos de contratación de fuerza de trabajo que encubren la
relación laboral.
Por ello el Perú ha tomado importantes decisiones para extender la cobertura y
mejorar su modelo de seguridad social y pensiones. En 1993 introdujo un
esquema basado en contribuciones definidas en cuentas individuales y reformó el
esquema público de reparto y beneficios definidos. Sin embargo, 20 años
después, el país aún ofrece una de las coberturas más bajas de América Latina.
Por este motivo, el gobierno del Presidente Humala se comprometió a avanzar
hacia una mayor cobertura del sistema de pensiones, dentro de los márgenes que
permiten las finanzas públicas. Desde entonces, se ha buscado, por una parte,
desarrollar instrumentos financiados directamente a cargo de los recursos públicos
y focalizados para la población más vulnerable, por medio de la Pensión 65. Y, por
la otra, se han promovido acciones que incrementen el número de trabajadores
que cotizan al sistema de pensiones. Así, en julio de 2012 el Congreso aprobó una
importante reforma de ley para incrementar a corto plazo la afiliación de los
trabajadores independientes y reglamentar la creación de un nuevo esquema de
pensiones para trabajadores y propietarios de microempresas: el Sistema de
Pensiones Sociales.
Con la reforma ya aprobada, un análisis preliminar, compartido por muchos
actores, revela que aún subsisten importantes obstáculos para ampliar la
cobertura y elevar el monto de la pensión a los afiliados, tales como una baja
3. frecuencia o densidad de cotización de los afiliados a los planes contributivos, una
elevada fragmentación del sistema de pensiones en diferentes subsistemas y una
falta de vinculación entre los programas no contributivos y los contributivos, y un
significativo costo fiscal en la operación del esquema público.
Todo indica, por tanto, que se necesitarán nuevas intervenciones para ampliar la
cobertura y elevar el bienestar de los ciudadanos. Para ello, entre las diferentes
alternativas se puede debatir avanzar hacia un esquema de pensiones que
incorpore un componente de cobertura al margen de la condición laboral de las
personas, en particular de su actividad en el mercado formal o informal. Este
objetivo puede adoptar diferentes diseños, desde una pensión universal financiada
con ingresos generales, hasta implementar un sistema de cuentas individuales
para todos los mayores de edad del país, pasando por subsidios progresivos a las
cotizaciones para las clases medias emergentes. Sea cual sea la fórmula
escogida, no cabe duda que es imprescindible seguir adoptando avanzando en la
línea de los últimos años, ante los retos que plantea el rápido envejecimiento
demográfico.
En el Perú el principal reto del sistema de seguridad social es enfrentar la baja
cobertura, situación que deriva de diversos factores como son los cambios
ocurridos en la estructura del mercado de trabajo nacional. Esta ha generado el
crecimiento del número de trabajadores independientes no asalariados, con pocas
posibilidades de acceder a un sistema de seguridad social.
4. Bibliografía
Defensoría del Pueblo, La situación de los Sistemas Públicos de Pensiones de los
Decretos Leyes Nº 19990 y Nº 20530. Informe Defensorial Nº 85. Lima, 2004.
Propuesta de las Centrales Sindicales Para La Reforma De La Seguridad Social en el
Perú - Lima 2007
Infografía
http://www.gestionpublicaperu.com/temasinteres.php?ide=10
http://www.iadb.org