En el trayecto de la vida tenemos que escoger entre ser autores o ser observadores de nuestra propia historia. Las experiencias que nos toca vivir y del efecto que estas tienen en nuestras vidas depende, en una medida, del control que tú entiendes tener sobre tu propio destino. Como autor tú decides lo que quieres, lo planificas, y encaminas tus esfuerzos hacia tus metas. Tú escoges el ambiente que te favorece y hasta decides el impacto que tienen las experiencias buenas y las malas en tu crecimiento personal. Cuando aceptas la posición de observador, nada decides, nada controlas, nada diriges; otros cargan con la responsabilidad y otros también tienen el control.