1. A María Santísima en su día Pensamientos Santos unidosenelamorajesus @gmail.com Clic para pasar
2. Así como la aurora es el fin de la noche, así el nacimiento de María es el fin de nuestros dolores y el comienzo de nuestro consuelo. R.Deutz
3. A Jesús siempre se va y se "vuelve" por María. San Josemaría Escrivá de Balaguer
4. A María, nuestra Madre, le demostraremos nuestro amor trabajando por su Hijo Jesús, con Él y para Él. Madre Teresa de Calcuta
5. «A quien Dios quiere hacer muy santo, lo hace muy devoto de la Virgen María» San Luis María Grignon de Monfort
6. Acuérdate, acuérdate, dulce, escogida Reina, que tienes de nosotros, los hombres pecadores, toda tu dignidad. ¿Cómo te llamarías Madre de la gracia y la misericordia a no ser por nuestra miseria que necesita de gracia y de misericordia. Miguel de Unamuno
7. Amad, honrad, servid a María. Procurad hacerla conocer, amar y honrar por los demás. No sólo no perecerá un hijo que haya honrado a esta madre, sino que podrá aspirar también a una gran corona en el cielo. San Juan Bosco
8. Amor, ternura, abnegación, sacrificio, todo esto es madre. Y todo esto es para nosotros María. Mn. Josep Comerma
9. Antes de morir Jesús ofrece al apóstol Juan aquello más precioso que posee: su Madre, María, quien «a los pies de la Cruz, en Juan, acoge en su corazón a toda la humanidad». Juan Pablo II
10. Así como las grandes catedrales dedicadas a nuestra Señora son tabernáculos del Santísimo Sacramento, así brilla María en la Iglesia como su custodia. Zundel
11. Así como cuando vivía Jesús iba usted, ¡Oh Madre!, con el cántaro sobre la cabeza a sacar agua de la fuente, venga ahora a tomar agua de la gracia y tráigala, por favor, para nosotros que tanto la necesitamos. San Alberto Hurtado Cruchaga, S.J
12. ¡Cantar, María quisiera por qué te amo! Por qué tu dulce nombre me hace saltar de gozo el corazón. Y por qué el pensamiento de tu suma grandeza a mi alma no podría inspirarle temor. Santa Teresa del Niño Jesús
13. Comparar su dolor. Nada hay que se le asemeje. Es su único Hijo, muerto, destrozado por los pecadores. Y a la vista del cuerpo ensangrentado de su Dios, de las lágrimas de su Madre María, aprendamos a sufrir resignados, aprendamos a consolar a la Ssma. Virgen, llorando nuestros pecados. Santa Teresa de los Andes
14. Con la obediencia de María conquistamos nuestra libertad de cristianos. Miguel de Unamuno
15. Contemplando a su buena Madre, el enamorado san Bernardo le dice con ternura: "¡Oh excelsa, oh piadosa, oh digna de toda alabanza Santísima Virgen Maria, tu nombre es tan dulce y amable que no se puede nombrar sin que el que lo nombra no se inflame de amor a ti y a Dios; y sólo con pensar en él, los que te aman se sienten más consolados y más inflamados en ansias de amarte!" Glorias de María, San Alfonso María de Ligorio
16. Cuando el Espíritu Santo encuentra a María en un alma, se siente atraído irresistiblemente hacia ella y en ella hace su morada. San Luis María Grignión de Montfort
17. Dios os salve, María, Madre de Dios. En Vos está y estuvo todo la plenitud de la gracia y todo bien. San Francisco de Asís
18. El amor a nuestra Madre será soplo que encienda en lumbre viva las brasas de virtudes que están ocultas en el rescoldo de tu tibieza. San Josemaría Escrivá de Balaguer
19. EL nombre de María es la alegría para el corazón, miel para los labios y la melodía para el oído de sus devotos. San Antonio de Padua
20. En la Sagrada Escritura encontramos pocas palabras de la Virgen, pero son como granos de oro puro: si los fundimos con el fuego de una amorosa contemplación, serán suficientes para irradiar sobre toda nuestra vida el esplendor luminoso de las virtudes de María. Santa Teresa Benedicta de la Cruz, Edith Stein
21. En Ti, de Ti, por Ti, por tu medio, ¡oh María!, restauró la bondadosa mano del Omnipotente todo cuanto había perecido. San Bernardo
22. Es casi imposible ir hacia Jesús si no se va por medio de María. San Juan Bosco
23. Estamos en este mundo como en un mar borrascoso, como en un destierro, en un valle de lágrimas. María es la estrella del mar, el consuelo de nuestro destierro, la luz que nos indica el camino del cielo enjugando nuestras lágrimas. San Juan Bosco
24. La contemplación de Cristo tiene en Maria su modelo insuperable. El rostro del Hijo le pertenece de un modo especial. Ha sido de su vientre donde se ha formado, tomando de Ella una semejanza humana, que evoca una intimidad espiritual más grande todavía. SS. Juan Pablo II
25. La devoción a la Virgen es la llave del Paraíso. San Efrén La devoción a María es señal de salvación eterna. San Bernardo
26. La protección de María es más grande y poderosa de lo que podemos nosotros entender. San Germán
27. La Virgen guardaba estas cosas en su corazón. Toda su vida se puede resumir en estas pocas palabras. Vivía en su corazón, a tal profundidad, que la mirada humana no la puede seguir. Beata Isabel Trinidad
28. La Virgen Santa María, Madre del Amor Hermoso, aquietará tu corazón, cuando te haga sentir que es de carne, si acudes a Ella con confianza. San Josemaría Escrivá de Balaguer
29. María es para el alma como el oratorio del corazón, para hacer en él todas las oraciones a Dios. San Luis María Grignion de Montfort
30. María es nuestra Madre, la causa de nuestra alegría. Por ser Madre, yo jamás he tenido dificultad alguna en hablar con María y en sentirme muy cercana a Ella. Madre Teresa de Calcuta
31. María no es el centro, pero esta en el centro! San Luis María Grignion de Monfort
32. María no es una mera ayudante. Es cooperadora y compañera. Participa en el reino exactamente igual a como participó en los sufrimientos del Señor por el género humano. San Alberto Magno
33. Mundo de santos: a eso estamos llamados. Y esa ha sido siempre la misión de María con Jesús, tal vez por eso que su presencia incluso sensible en medio de nosotros se hace cada vez mayor: apariciones, milagros, y ese milagro de ese mar que se mueve bajo su influjo a la invocación de su nombre. San Alberto Hurtado Cruchaga, S.J
34. Oigamos a María para que nos enseñe, como hizo con su Hijo Jesús, a ser mansos y humildes de corazón, y de esta manera poder dar gloria a nuestro Padre que está en los cielos. Madre Teresa de Calcuta
36. Si se levanta la tempestad de las tentaciones, si caes en el escollo de las tristezas, eleva tus ojos a la estrella del Mar: ¡invoca a María!. San Bernardo
37. Si ustedes desean asistir a la Sagrada Misa con devoción y obtener frutos, piensen en la Madre Dolorosa al pie del Calvario. San Pío de Pieltrecina
38. Todo lo tenemos en María. Si somos hijos, es Madre: si débiles, es fuerte; si ignorantes, es trono de sabiduría; si tristes, es causa de nuestra alegría; si necesitados, es Madre de la gracia. Santa Francisca Chantal
39. “ Verdaderamente, ella fue fuerte y tierna, dulce y firme a la vez, olvidada de sí misma y generosa con nosotros. A Ella es a quien conviene amar y reverenciar por encima de todas las cosas, después de la Trinidad Suprema” San Buenaventura
40. La familia nunca es tan familia como el día de la Madre; la Iglesia nunca es tan Iglesia como el día de la Madre, de la Madre de Cristo y Madre nuestra también... así lo sentimos todos: los indiferentes no menos que los fervientes... El mes de María en todas las Iglesias... esas colas interminables de fieles, de hombres, de gente alejada que siente en su corazón tal día como hoy la nostalgia del hogar. Es la Madre y aquí viene María también como cuando pequeños a descansar en su regazo, ¡qué día de tantas emociones para los hijos; de tantas alegrías en el cielo..., porque en el cielo hay alegrías suplementarias... En verdad os digo que más alegría en el cielo por un pecador... que por tantos... San Alberto Hurtado Cruchaga, S.J
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