El Papa Francisco habló sobre la fuerza de la oración humilde y la debilidad de Dios ante la oración de su pueblo. Dijo que la oración del hombre humilde, como la viuda del Evangelio que pedía justicia tocando el corazón de Dios, es la debilidad de Dios, pues Él escucha la oración de su pueblo. También destacó la importancia de la oración universal de los sacerdotes por las necesidades de la Iglesia y la humanidad.
2. El 12 de noviembre dijo:
" El Señor no nos
abandona nunca y
también cuando nos
reprende, Dios no nos da
una bofetada sino una
caricia."
"Pensemos en las manos de
Dios, que nos ha creado
como un artesano, que nos
ha dado la salud eterna.
Son manos llagadas y nos
acompañan en el camino
de la vida."
3. " Confiémonos en las
manos de Dios,
como un niño se confía
en las manos de su
papá.
¡Esas son manos
seguras!".
"Dios creó el hombre
para la
incorruptibilidad",
pero "por la envidia
del diablo ha entrado la
muerte en el mundo".
4. "La envidia del diablo, hizo posible que
comenzase esta guerra, este camino que
termina con la muerte". “La muerte entró en
el mundo y la experimentan aquellos que le
pertenecen".
5. "Todos tenemos que
pasar por la muerte, pero
una cosa es pasar por esta
experiencia con una
pertenencia al diablo y
otra cosa es pasar por
esta experiencia de la
mano de Dios.
Y a mí me gusta escuchar
esto: ‘Estamos en las
manos de Dios desde el
principio’.
La Biblia nos explica la
Creación usando una
imagen hermosa: Dios,
con sus manos nos hace
del barro de la tierra, a
su imagen y semejanza".
6. " Son las manos de Dios
las que nos han creado:
el Dios artesano.
Como un artesano nos ha
hecho.
Estas manos del Señor…
Las manos de Dios,
que no nos abandonan".
"La Biblia, narra cómo el
Señor le dice a su pueblo:
"Yo camino contigo, como
un papá con su hijo,
llevándolo de la mano".
Son las manos de Dios,
"las que nos acompañan
en el camino".
7. "Nuestro Padre, como un Padre con su hijo,
nos enseña a caminar. Nos enseña a ir por el camino
de la vida y de la salvación. Son las manos de Dios
las que nos acarician en los momentos de dolor, nos
consuelan."
" ¡Es nuestro Padre el que nos acaricia! Nos quiere
mucho.
Y también en estas caricias, muchas veces, está el
perdón."
8. " Una cosa que me ayuda es pensar esto. Jesús,
Dios,
ha traído consigo sus llagas: se las hace ver al
Padre."
" Este es el precio: ¡Las manos de Dios son manos
llagadas por amor! Y esto nos consuela mucho".
"Muchas veces, escuchamos decir a las personas que
no saben en quien confiar: "¡Confíate en las manos
9. " Esto, "es bello" porque "allí estamos
seguros:
es la máxima seguridad, porque es la
seguridad de nuestro Padre que nos quiere
mucho".
"Las manos de Dios, también nos curan de
10. "Pensemos en las
manos de Jesús,
cuando tocaba a los
enfermos y los
curaba… son las
manos de Dios: ¡Nos
curan!
¡No me imagino a
Dios dándonos una
bofetada! No me lo
imagino.
Reprendiéndonos sí
me lo imagino,
porque lo hace.
Pero nunca,
nunca nos hiere.
¡Nunca!,
11. "También cuando nos reprende lo hace con
una caricia porque es Padre.
‘Las almas de los justos están en las manos de
Dios’".
12. El 13 de noviembre dijo:
"Creo en un solo bautismo para el perdón de
los pecados". En efecto el bautismo es la
"puerta" de la fe y de la vida cristiana" y la
misión de la Iglesia, siguiendo el mandato
del Resucitado es
"evangelizar y perdonar los pecados a través
del sacramento bautismal".
13.
"Creo"; "en un sólo bautismo";
"para el perdón de los pecados".
Pronunciando "Creo", "nuestra verdadera identidad
como hijos de Dios". Al mismo tiempo, "al bautismo
está ligada nuestra fe en el perdón de los pecados.
El sacramento de la penitencia o confesión es, de
hecho, como un
‘segundo bautismo’, que nos lleva siempre al
primero para consolidarlo y renovarlo".
14. El bautismo "es el punto de partida de un camino de
conversión que dura toda la vida. Cuando vamos a
confesar nuestras debilidades, nuestros pecados,
vamos a pedir perdón a Jesús, pero también vamos a
renovar el bautismo con ese perdón.
La confesión no es una sala de tortura, es una fiesta
para celebrar el día del bautismo".
15. El bautismo es también
"la partida de nacimiento
del cristiano en la
Iglesia",
pidió a los participantes
en la audiencia que
levantasen la mano si,
además del día del
cumpleaños, recordaban
también el día del
bautismo y, dado que en
la Plaza de San Pedro se
levantaron pocos brazos,
puso a todos la tarea de
buscarla cuando volvieran
a casa y celebrar así
también el cumpleaños
del nacimiento en la
16.
" un sólo bautismo, recordando que la palabra
"bautismo" significa literalmente "inmersión".
"Este sacramento constituye una verdadera
inmersión espiritual en la muerte de Cristo, de
la que resurgimos con él como nuevas criaturas.
Es un baño de regeneración e iluminación".
Regeneración porque actúa ese nacimiento del
agua y del Espíritu sin el cual nadie puede
entrar en el reino de los cielos.
17. " Iluminación, porque a través del bautismo,
la persona se llena de la gracia de Cristo,
"luz verdadera que ilumina a todo hombre" y
disipa las tinieblas del pecado. En virtud de
este don el bautizado está llamado a
convertirse él mismo en "luz "para los
demás, especialmente para los que viven
entre tinieblas y no ven ningún destello
luminoso en el horizonte de sus vidas".
18. "El perdón de los pecados: en el sacramento del
bautismo "se perdonan todos los pecados, el
pecado original
y todos los pecados personales, así como toda
forma de castigo por el pecado. Con el bautismo
se abre la puerta a una nueva forma de vida que
no está oprimido por el peso de un pasado
negativo y en la que resuena ya la belleza y la
19.
"Es una poderosa intervención de la misericordia
de Dios en nuestras vidas, para salvarnos. Pero
esta intervención salvífica no priva a nuestra
naturaleza humana de su debilidad ni disminuye
nuestra responsabilidad de pedir perdón cada vez
que nos equivocamos".
20. "Yo no puedo bautizarme, dos veces, tres o cuatro
pero sí puedo ir a confesarme y cuando lo hago
renuevo la gracia del bautismo. El Señor Jesús, que
es tan bueno y nunca se cansa de perdonar, me
perdona.“
"¡Recuerden! El bautismo abre la puerta de la
Iglesia,
pero cuando la puerta se entrecierra un poco por
nuestras debilidades y nuestros pecados,
la confesión vuelve a abrirla porque es como un
segundo bautismo que nos perdona todo y nos
22. El 14 de noviembre dijo:
“El espíritu de la curiosidad mundana,
que busca saber por saber y cosas cada vez más
extrañas o inusuales, aleja de la verdadera
sabiduría,
la gloria, la paz y la belleza de Dios….
23. …“Santa Teresita del Niño Jesús decía que ella
debía detenerse siempre ante el espíritu de la
curiosidad.
Cuando hablaba con otra hermana y esta religiosa
relataba una historia, algo de la familia, de la
gente,
algunas veces pasaba a otro argumento
y ella tenía ganas de conocer el final de esta
historia.
Pero sentía que aquello no era el espíritu de Dios,
24. El Reino de Dios está en medio de nosotros:
no buscar cosas extrañas, no buscar novedades
con esta curiosidad mundana. Dejemos que el
Espíritu nos lleve adelante, con esa sabiduría que
es una brisa suave.
Éste es el Espíritu del Reino de Dios, del que
habla Jesús".
25. "¡El Reino de Dios está en medio de ustedes!",
dice Jesús: es "esta acción del Espíritu Santo la que
nos da la sabiduría, la que nos da la paz.
El Reino de Dios no viene en la confusión,
así como Dios no habló al profeta Elías en el
viento,
en la tormenta" sino que "habló en la brisa suave,
la brisa de la sabiduría":
26.
Esto es caminar en la vida con este Espíritu:
el Espíritu de Dios, que ayuda a juzgar, a tomar
decisiones según el corazón de Dios.
Y este Espíritu nos da paz. ¡Siempre! Es el Espíritu
de paz, el Espíritu de amor, el Espíritu de
fraternidad.
Y la santidad es precisamente esto. Lo que Dios
pide a Abraham - "Camina en mi presencia y sé
irreprensible" – es esto: esta paz. Ir bajo la
moción del Espíritu de Dios y de esta sabiduría.
27. Pero en el Evangelio,
"nos encontramos ante otro espíritu,
contrario a este de la sabiduría de Dios: el
espíritu de la curiosidad".
"Y cuando nosotros queremos adueñarnos
de los proyectos de Dios, del futuro, de las
cosas conocer todo, tomar todo en nuestra
28. “los fariseos preguntaron a Jesús:
‘¿Cuándo vendrá el Reino de Dios?’. ¡Curiosos!
Querían conocer la fecha, el día…
El espíritu de la curiosidad nos aleja del Espíritu
de la sabiduría, porque sólo interesan los
detalles,
las noticias, las pequeñas noticias de cada día.
¿O cómo se hará esto?".
29.
"¡Es el cómo: es el espíritu del cómo!
Y el espíritu de la curiosidad no es un buen
espíritu:
es el espíritu de la dispersión, del alejarse de
Dios,
el espíritu de hablar demasiado.
Y Jesús también viene a decirnos una cosa
interesante:
este espíritu de curiosidad, que es mundano,
30. El 16 de noviembre dijo:
“la oración del hombre humilde es la debilidad de
Dios”
En la primera lectura,
se relata la opresión del pueblo judío en Egipto.
El Señor sale en defensa de los hebreos lo hace
“como un guerrero implacable (…) que salva a su
pueblo.
Salva y renueva todo” porque “ha escuchado la
oración de su pueblo, porque ha sentido en el
31. ¿Y cuál es la fuerza de los
hombres? ¿Cuál es la fuerza
del hombre?
La de la viuda
(del Evangelio que pide
justicia):
tocar el corazón de Dios,
tocar, pedir, lamentarse de
tantos problemas y tantos
dolores
y pedirle al Señor la
liberación de estos dolores,
de estos pecados,
de estos problemas.
La fuerza del hombre es la
oración y también la oración
del hombre humilde es la
debilidad de Dios.
El Señor es débil solo en esto:
es débil ante la oración de su
32. “el culmen de la fuerza de Dios, de la salvación
de Dios está en la Encarnación del Verbo”.
“tocar en el corazón de Dios,
rezar al Señor por el pueblo de Dios”.
33. “Ustedes son como la viuda: recen, pidan, toquen el
corazón de Dios, cada día. Ella no se adormecía nunca
cuando hacía esto, era valiente. Y el Señor escucha la
oración de su pueblo.
Ustedes son representantes privilegiados del pueblo de
Dios en este rol de rezar al Señor, por tantas
necesidades de la Iglesia,
de la humanidad, de todos. Les agradezco por este
trabajo”.
34.
“siempre que Dios tiene una fuerza, cuando Él quiere
que todo cambie. ‘Todo fue modelado de nuevo’.
Él es capaz de modelar todo de nuevo, pero tiene
siempre una debilidad: nuestra oración, vuestra
oración universal cercana al Papa en San Pedro.
Gracias por este servicio y sigan adelante por el bien
de la Iglesia”.
35.
El 16 de noviembre dijo:
" el tesoro de la fe no es
para uso personal”, sino que
es
“para darlo, para
transmitirlo y así ver
crecer”.
"Nuestra Señora de
Guadalupe, Estrella de la
Nueva Evangelización en el
continente americano",
entonces
“no se extrañen de que en
pleno invierno florezcan
rosas de Castilla. Porque
saben, tanto Jesús como
nosotros,
tenemos la misma Madre".
36. La intimidad de la Iglesia
con Jesús es una
intimidad itinerante,
supone un salir de sí, un
caminar y sembrar
siempre de nuevo,
siempre más allá.
Vayamos a otra parte a
predicar a las aldeas
vecinas porque para eso
he venido, decía el
Señor.
37.
Es vital para la Iglesia no encerrarse, no sentirse ya
satisfecha
y segura con lo que ha logrado.
Si sucediera esto, la Iglesia se enferma, se enferma de
abundancia imaginaria, de abundancia superflua, se
empacha y se debilita.
38.
Hay que salir de la propia comunidad y atreverse a
llegar a las periferias existenciales que necesitan sentir
la cercanía de Dios.
Él no abandona a nadie y siempre muestra su ternura y
su misericordia inagotables, pues esto es lo que hay
que llevar a toda la gente.
39.
El objetivo de toda actividad pastoral siempre está
orientado por el impulso misionero de llegar a todos,
sin excluir a nadie y teniendo muy en cuenta la
circunstancias de cada uno.
Se ha de llegar a todos y compartir la alegría de
haberse encontrado con Cristo.
No se trata de ir como quién impone una nueva
obligación, como quién se queda en el reproche o la
queja ante lo que se considera imperfecto o
40. La tarea evangelizadora supone mucha paciencia,
mucha paciencia, cuida el trigo y no pierde la paz por
la cizaña. Y también sabe presentar el mensaje cristiano
de manera serena y gradual, con olor a Evangelio
como lo hacía el Señor.
Sabe privilegiar en primer lugar lo más esencial y más
necesario, es decir, la belleza del amor de Dios que nos
habla en Cristo muerto y resucitado.
41. Por otra parte, debe esforzarse por ser creativa en sus
métodos, no podemos quedarnos encerrados en los
tópicos del
“siempre se hizo así”.
42. Quién conduce la pastoral en la Iglesia particular es el
Obispo y lo hace como el pastor que conoce por
nombre a sus ovejas,
las guía con cercanía, con ternura, con paciencia,
manifestando efectivamente la maternidad de la Iglesia
y la misericordia de Dios.
43.
La actitud del verdadero pastor no es la del príncipe o
la del mero funcionario atento principalmente a lo
disciplinar,
a lo reglamentario, a los mecanismos organizativos.
Esto lleva siempre a una pastoral distante de la gente,
incapaz de favorecer
y lograr el encuentro con Jesucristo y el encuentro con
los hermanos.
44.
El pueblo de Dios que se le confía necesita que el
Obispo vele por Él cuidando sobre todo aquello que
lo mantiene unido y promueve la esperanza en los
corazones. Necesita que el Obispo sepa discernir, sin
acallarlo, el soplo del Espíritu Santo que viene por
donde quiere, para el bien de la Iglesia y su misión en
el mundo.
45. Estas actitudes del Obispo,
han de calar muy hondo también en los demás agentes
de pastoral, muy especialmente en los presbíteros. La
tentación del clericalismo, que tanto daño hace a la
Iglesia en América Latina,
es un obstáculo para que se desarrolle la madurez y la
responsabilidad cristiana de buena parte del laicado.
46. El clericalismo entraña una postura auto-referencial,
una postura de grupo,
que empobrece la proyección hacia el encuentro del
Señor,
que nos hace discípulos
y hacia el encuentro con los hombres que esperan el
anuncio.
47.
Por ello creo que es importante, urge, formar ministros
capaces de projimidad, de encuentro, que sepan
enardecer el corazón de la gente, caminar con ellos,
entrar en diálogo con sus ilusiones y sus temores.
48. Este trabajo, los Obispos no lo pueden delegar.
Han de asumirlo como algo fundamental para la vida
de la Iglesia sin escatimar esfuerzos, atenciones y
acompañamiento. Además, una formación de calidad
requiere estructuras sólidas y duraderas, que preparen
para afrontar los retos de nuestros días y poder llevar
la luz del Evangelio, a las diversas situaciones que
encontrarán los presbíteros, los consagrados, las
consagradas y los laicos en su acción pastoral.
49.
La cultura de hoy exige una formación seria, bien
organizada, y yo me pregunto si tenemos la autocrítica
suficiente como para evaluar los resultados de muy
pequeños seminarios que carecen del personal
formativo suficiente.
50. Quiero dedicar unas palabras a la vida consagrada.
La vida consagrada en la Iglesia es un fermento.
Un fermento de lo que quiere el Señor, un fermento
que hace crecer la Iglesia hacia la última manifestación
de Jesucristo.
51. Les pido a los consagrados y consagradas,
que sean fieles al carisma recibido, que en su servicio a
la Santa Madre Iglesia jerárquica no desdibujen esa
gracia que el Espíritu Santo dio a sus fundadores y que
la deben transmitir en toda su integridad. Y esa es la
gran profecía de los consagrados,
ese carisma dado para el bien de la Iglesia.
52. Sigan adelante en esta
fidelidad creativa al
carisma recibido para
servir a la Iglesia.
Queridos hermanos y
hermanas, muchas gracias
por lo que hacen por esta
misión continental.
Recuerden que han
recibido el Bautismo
y que los ha convertido
en discípulos del Señor.
Pero todo discípulo a la
vez es misionero.
Benedicto XVI decía que
son las dos caras de una
misma medalla.
53. Les ruego, como padre y hermano en Jesucristo,
que se hagan cargo de la fe que recibieron en el
Bautismo.
Y como lo hicieron la mamá y la abuela de Timoteo,
transmitan la fe.
54. Este tesoro de la fe no es para uso personal.
Es para darlo, para transmitirlo, y así va a crecer.
Hagan conocer el nombre de Jesús.
Y si hacen esto, no se extrañen de que en pleno
invierno florezcan rosas de Castilla.
Porque saben, tanto Jesús como nosotros,
tenemos la misma Madre.
55. El 17 de noviembre dijo,
al presidir el rezo del
Ángelus en la Plaza de San
Pedro:
Frente a las guerras y
desastres naturales, Jesús
nos ayuda
y nos libera del fatalismo
y de las falsas visiones
apocalípticas.
“El Señor también nos
ayuda a no tener miedo:
frente a las guerras,
a las revoluciones,
pero también a las
calamidades naturales, a las
epidemias,
Jesús nos libera del
fatalismo y de las falsas
visiones apocalípticas”.
56. “El Evangelio de este domingo consiste en la primera
parte de un razonamiento de Jesús: el de los últimos
tiempos.
Jesús lo pronuncia en Jerusalén, cerca del templo;
y la idea se la da precisamente la gente que hablaba del
templo y de su belleza. ¡Porque era bello aquel templo!”.
57. Entonces Jesús dijo:
‘Esto que ven, llegarán días
en que no quedará piedra
sobre piedra que no sea
derruida’.
Naturalmente le preguntan:
¿cuándo sucederá esto?,
¿cuáles serán los signos?
Pero Jesús dirige la atención
de estos aspectos
secundarios – ¿cuándo será?,
¿cómo será? –
la dirige a las verdaderas
cuestiones”, que son dos.
58. El primero, es “no dejarse engañar por falsos mesías y
no dejarse paralizar por el miedo. Segundo: vivir el
tiempo de la espera como tiempo del testimonio y de
la perseverancia.
Y nosotros estamos en este tiempo de la espera,
de la espera de la venida del Señor”.
“Esta alocución de Jesús es siempre actual, también
para nosotros que vivimos en el Siglo XXI. Él nos
repite: ‘Miren, no se dejen engañar. Porque vendrán
muchos usurpando mi nombre’”.
59. “ Esta es una invitación al discernimiento.
Esta virtud cristiana de comprender dónde está el
Espíritu del Señor y dónde está el mal espíritu”.
“También hoy, en efecto, hay falsos ‘salvadores’,
que tratan de sustituir a Jesús: líderes de este
mundo, santones, también brujos, personajes que
quieren atraer a sí las mentes
y los corazones, especialmente de los jóvenes.
Jesús nos pone en guardia: ‘¡No los sigan!’. ‘¡No los
60. El aspecto de vivir en el tiempo de espera de la
venida del Señor “nos interpela precisamente
como cristianos
y como Iglesia: Jesús preanuncia pruebas dolorosas
y persecuciones que sus discípulos deberán
padecer,
por su causa. Sin embargo asegura:
‘Pero no perecerá ni un cabello de su cabeza’.
¡Nos recuerda que estamos totalmente en las
61. “Las adversidades que
encontramos por nuestra
fe y nuestra adhesión al
Evangelio son ocasiones
de testimonio; no deben
alejarnos del Señor,
sino impulsarnos a
abandonarnos aún más
en Él,
en la fuerza de su
Espíritu y de su gracia”.
62. “ Pensemos
juntos en tantos hermanos cristianos
que sufren persecuciones a causa de su fe. ¡Hay
tantos!
Quizá más que en los primeros siglos. Jesús está
con ellos”.
63. “También nosotros estamos unidos a ellos con
nuestra oración y nuestro afecto. También
sentimos admiración por su coraje y su
testimonio.
Son nuestros hermanos y hermanas que en tantas
partes del mundo sufren a causa de ser fieles a
Jesucristo.
64. “Jesús hace una promesa
que es garantía de victoria:
‘Con su perseverancia
salvarán sus almas’.
¡Cuánta esperanza en estas
palabras! Son un
llamamiento a la esperanza y
a la paciencia, a saber
esperar los frutos seguros de
la salvación, confiando en el
sentido profundo de la vida
y de la historia: las pruebas y
las dificultades forman parte
de un designio más grande;
el Señor, dueño de la
historia, lleva todo a su
cumplimiento”.
65.
“¡A pesar de los
desórdenes y de los
desastres que turban al
mundo, el designio de
bondad y de misericordia
de Dios se cumplirá!”.
“Esta es nuestra
esperanza”, ir así, por
este camino, en el
designio de Dios que se
cumplirá. Es nuestra
esperanza”.
66.
“Este mensaje de Jesús
nos hace reflexionar
sobre nuestro presente y
nos da la fuerza para
afrontarlo con coraje y
esperanza, en compañía
de la Virgen,
que camina siempre con
nosotros”.
67. El 18 de noviembre recomendó a los fieles:
“Tomar un “medicamento” espiritual, la
“Misericordina”,
para mantener los frutos del Año de la Fe que
culmina.
68. Bromeando, dijo :
“¿Cómo?, pensarán,
¿es que el Papa se ha
hecho farmacéutico?
No, se trata de una
medicina espiritual para
mantener los frutos del
Año de la Fe que ahora
termina”.
69.
"Son 59 pastillas que ofrecen el amor, el perdón y la
fraternidad”.
"¡No se olviden de tomarla!”,
indicando que el “medicamento espiritual” sería
repartido a los fieles en la Plaza de San Pedro.
70. Al interior de la caja de Misericordina
se encuentra un Rosario, una imagen de la Divina
Misericordia y un folleto explicando la posología,
cómo se administra este medicamento.
“Tómenla, hace bien al corazón, al alma y a toda la
vida"
71. dijo:
“El protagonista del
perdón de los pecados es
el Espíritu Santo. Él es el
protagonista. En su
primera aparición a los
Apóstoles en el
Cenáculo, Jesús
resucitado hizo el gesto
de soplar sobre ellos,
diciendo:
‘Reciban al Espíritu
Santo.
Los pecados serán
perdonados a los que
ustedes se los perdonen,
y serán retenidos a los
que ustedes se los
72. “El sacerdote es el “instrumento para el perdón de
los pecados. El perdón de Dios que se nos da en la
Iglesia,
se nos transmite a través del ministerio de un
hermano nuestro, el sacerdote; también él un
hombre que,
como nosotros, necesita la misericordia,
se hace realmente instrumento de misericordia,
73. “También los sacerdotes deben confesarse, incluso
los obispos: todos somos pecadores. ¡Incluso el Papa
se confiesa cada quince días, porque el Papa es
también un pecador!
Y el confesor siente lo que yo le digo, me aconseja y
me perdona, porque todos tenemos necesidad de
este perdón”.
74.
Antes de soplar sobre los Apóstoles para infundir
el Espíritu Santo Jesús muestra sus heridas en sus
manos y el costado: estas heridas representan el
precio de nuestra salvación. El Espíritu Santo nos
trae el perdón de Dios ‘pasando por las llagas’ de
Jesús. Estas llagas que Él ha querido conservar.
75.
También en este tiempo, en el
cielo, Él muestra al Padre las
Heridas con las que nos ha
redimido.
Y por la fuerza de estas llagas
son perdonados nuestros
pecados.
Así que Jesús dio su vida por
nuestra paz, por nuestra
alegría,
por la gracia de nuestra alma,
para el perdón de nuestros
pecados.
Y esto es muy bonito, mirar a
Jesús así”.
76. “Jesús da a los Apóstoles el
poder de perdonar los
pecados.
¿Pero cómo es esto?
Porque es un poco difícil
entender como un hombre
puede perdonar los pecados.
Jesús da el poder.
La Iglesia es depositaria del
poder de las llaves: para
abrir,
cerrar, para perdonar.
Dios perdona a cada hombre
en su misericordia soberana,
pero Él mismo quiso que los
que pertenezcan a Cristo y a
su Iglesia, reciban el perdón
a través de los ministros de
la Comunidad”.
77. “A través del ministerio
apostólico la misericordia de
Dios me alcanza, mis pecados
son perdonados y se me da la
alegría.
De este modo, Jesús nos llama
a vivir la reconciliación incluso
en la dimensión eclesial,
comunitaria. Y esto es muy
hermoso.
La Iglesia, que es santa y a la
vez necesitada de penitencia,
nos acompaña en nuestro
camino de conversión toda la
vida.
La Iglesia no es la dueña del
poder de las llaves: no es
dueña, sino que es sierva del
ministerio de misericordia y se
alegra siempre que puede
ofrecer este regalo divino”.
78.
“Muchas personas,
quizá no entienden la dimensión eclesial del perdón,
porque domina siempre el individualismo,
el subjetivismo, y también nosotros cristianos sufrimos
esto.
Por supuesto, Dios perdona a todo pecador
arrepentido, personalmente, pero el cristiano está
unido a Cristo,
y Cristo está unido a la Iglesia.
79. Y para nosotros cristianos hay un regalo más,
y hay también un compromiso más:
pasar humildemente a través del ministerio eclesial.
¡Y eso tenemos que valorizarlo!
Es un don, pero es también una curación, es una
protección y también la seguridad de que Dios nos ha
perdonado”.
80. “Voy donde el hermano sacerdote y digo:
"Padre, he hecho esto..." "Pero yo te
perdono:
es Dios quien perdona y yo estoy seguro,
en ese momento, que Dios me ha perdonado.
¡Y esto es hermoso! Esto es tener la seguridad
81. A veces, se oye a alguien que dice que se confiesa
directamente con Dios...
Sí, como decía antes, Dios siempre te escucha,
pero en el Sacramento de la Reconciliación envía
un hermano para traerte el perdón, la seguridad
del perdón, en nombre de la Iglesia”.
82. “No olvidemos que Dios
nunca se cansa de
perdonarnos; mediante el
ministerio del sacerdote
nos estrecha en un nuevo
abrazo que nos regenera y
nos permite levantarnos
de nuevo y reanudar el
camino. Porque ésta es
nuestra vida:
continuamente levantarse
y seguir adelante.
¡Gracias!”
83. En twitter dijo:
Los sacramentos son la presencia de
Jesucristo en nosotros.
Por eso es importante confesarse y comulgar.
84. Vivir la caridad significa no buscar nuestro
propio interés, sino llevar los pesos de los
más débiles y pobres.
85. Papa Juan Pablo II con
quién intento asesinarlo
en el año de 1981
Nos resulta difícil perdonar a los otros.
Señor, concédenos tu misericordia para ser
capaces de perdonar siempre.
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