1. UNIVERSIDAD REGIONAL AUTÒNOMA DE LOS ANDES
UNIANDES
FACULTAD DE ADMINISTRACIÒN DE NEGOCIOS
CARRERA DE ADMINISTRACIÒN
7º NIVEL SECCION NOCTURNA
COMERCIO ELECTRONICO
AUTORA:
MIREYA ORTIZ.
TEMA: ORIGEN DE LA MONEDA
DOCENTE:
ING. OMAR SAMANIEGO
SANTO DOMINGO- ECUADOR
2015-2016
2. INTRODUCCION
El estudio de la moneda que comprende el de su origen, caracteres y funciones, así
como el de los fenómenos que ella ocasiona -tema reconocido como el más vasto y
complejo de la Economía Política-, nos obliga a remontarnos a los tiempos primitivos
para fijar el principio de la lenta evolución de todos los grandes- hechos relacionados
con la riqueza. Preciso es, pues, concebir aquella época remotísima llamada edad pre-
económica, en la cual apareció la producción entre los primeros vagidos de la
humanidad, La economía de aquellos tiempos sólo dió origen, pues, a la producción y al
consumo, ya que la riqueza una vez producida era consumida inmediatamente.
3. CONTENIDO
Sistemas de intercambio antes de la aparición de la moneda
Si la moneda no aparece hasta mediados del siglo VII a. C., ¿cómo se realizaban los
intercambios con anterioridad? Podemos sintetizar las diversas fases en tres puntos:
1) trueque;
2) moneda natural, y
3) instrumento de metal.
La moneda es una invención relativamente reciente que ha simplificado muchísimo la
vida de los pueblos, pero no debemos pensar, habituados como estamos a su uso
insustituible, que la civilización no existía antes de que fuera introducido este
instrumento. ¿Cómo es posible llevar a cabo una transacción comercial sin disponer de
un bien que midiera el valor de otro bien? De nuevo es Herodoto quien nos explica las
modalidades del trueque: los poseedores de una determinada mercancía desembarcaban
en un puerto, descargaban sus bienes y luego se retiraban para demostrar que iban en
son de paz. Los naturales del lugar aparecían y mostraban aquello de lo que disponían y
que deseaban intercambiar, retirándose a su vez. Los primeros mercaderes
desembarcaban de nuevo y consideraban la oferta: si les parecía adecuada, aceptaban el
cambio; en caso contrario, retiraban parte de sus bienes, haciendo de este modo una
oferta en su opinión más equitativa. Este tipo de intercambio podía aplicarse sólo al
tráfico internacional y lo practicaban pueblos habituados a viajar, como fenicios,
griegos y cartagineses. Pero esta clase de relaciones no agilizaba ni incentivaba el
comercio privado. Puesto que las estructuras sociales eran de subsistencia y no existía
especialización en el trabajo, los pequeños grupos podían vivir con cierta
autosuficiencia; pero cuando los hombres organizaron sus propias funciones y se
dedicaron a una sola actividad, el problema del intercambio se dejó sentir como algo
grave y decisivo: el metalúrgico poseía muchas herramientas, pero necesitaba los
vestidos del tejedor y la harina del molinero, los cuales a su vez, para vivir y trabajar,
debían procurarse las mercancías de los demás artesanos. (CURRIE, 1997)
LA MONEDA NATURAL
La división del trabajo, el nacimiento de las economías agrarias y el progresivo
sedentarismo de los pueblos hicieron cada vez más urgente la necesidad de un sistema
de comercio válido y sencillo. Así, pues, se buscó un medio aceptado por todos, a fin de
dividir el intercambio en dos tiempos y poder aligerar el tráfico. Se trataba de escoger
un producto de valor convenido, obteniendo de este modo una especie de escala
comparativa. Esta mercancía-muestra, llamada moneda natural, podía ser
extraordinariamente variada, pero debía cumplir dos requisitos, necesarios para
desarrollar su función de bien intermedio: unir utilidad y conveniencia, y ser abundante
pero al mismo tiempo preciada. La moneda natural seguía en uso en tiempos recientes:
hasta el siglo XIX, en Islandia el costo de toda mercancía se establecía en pescado seco,
y en Alaska, en pieles de castor. Entre los pueblos primitivos, aún en nuestros días
hallamos monedas tan diversas como extrañas: esteras trenzadas en las Nuevas
Hébridas, semillas de cacao en México, arroz en la India y el caurí o concha de molusco
4. (es muy conocida la Cypraea moneta), de amplia difusión en todo el mundo. Los
pueblos de la antigüedad prefirieron el ganado, que presentaba la indudable ventaja de
gozar de aprecio y, al mismo tiempo, de ser abundante, además de muy útil. !>
EL DESCUBRIMIENTO DE LOS METALES
Hacia el III milenio a. C., asistimos a la utilización del metal como forma de
intercambio. El uso industrial de este material para la fabricación de herramientas hizo
evidentes sus múltiples cualidades y la indudable ventaja que derivaría de su empleo
como mercancía-tipo. Los metales son inalterables, se pueden fraccionar manteniendo
las mismas características sustanciales, se pueden acumular sin que se deterioren, se
transportan de manera sencilla y no requieren mantenimiento, Además, son fácilmente
reconocibles por todos y es posible verificar su peso sin demasiadas dificultades. Por
todos estos motivos, el uso del metal no tardó en hacerse muy común en los
intercambios. La forma más arcaica es la de anillo, como atestiguan pinturas murales de
una tumba egipcia de la época de Tutmosis III (Tebas, 1484-1450 a. C.) y hallazgos en
la región del Cáucaso. También en el II milenio a. C., los hebreos usaron como unidades
de peso el kikkar, o sea anillo, círculo. Luego (segunda mitad del II milenio a. C.)
aparecieron los lingotes de cobre egeo cretenses, bloques pesados de forma rectangular
(pesaban entre 10 y 36 kg y tenían un espesor de unos 6 cm). Estos lingotes, que
circularon aproximadamente hasta el siglo X a. C., se han encontrado en Chipre, en
Eubea, en Creta y en Cerdeña (donde los fenicios hacían escala), y de ello podemos
deducir que fueron adoptados sobre todo para los intercambios marítimos, Durante las
excavaciones efectuadas por Schiiemann en lssariik (una colina de Turquía
noroccidental donde se hallan los restos de la antigua Troya), aparecieron barras de
plata con la marca del Estado grabada a punzón, o la efigie de una divinidad: estos
sellos servían para atestiguar la pureza del metal (pero todavía no el peso; por tanto no
podemos considerarlos propiamente monedas). Otro excepcional hallazgo fue el
realizado por el inglés Evans, quien, entre las ruinas del palacio de Cnossos, dio con
unas bolitas de plata y oro pertenecientes al período minoico tardío (1600-1400 a. C.).
Estas gotas, eran muy semejantes a las futuras monedas jónicas asiáticas, pero carecían
del sello de la autoridad gubernamental. (AVELLA, 1998)
La fase del metal-utensilio
En el siglo IX a. C. hizo su aparición un nuevo sistema de intercambio, regulado por el
llamado metal-utensilio. Se trataba de herramientas propiamente dichas usadas como
dinero, o bien de objetos que recordaban, por su forma, el antiguo utensilio pero que en
realidad habían adquirido un nuevo valor. Estas , monedas tenían forma de hacha o
doble hacha principalmente en Europa central, mientras que en el área mediterránea
encontramos monedas utensilio en forma de varillas para asar de uso doméstico y
religioso, llamados óbolos óbolo es nombre de una moneda griega en época clásica).
Otro utensilio empleado como mercancía-tipo para los intercambios era el lebete, un
caldero usado para la preparación de las comidas, pero también para los sacrificios
religiosos. Homero lo cita a menudo y se recuerda también en una antigua inscripción
hallada en Beocia, inmediatamente posterior a la paz de Antálcidas (año 386 a. C.), que
se refiere a dracmas constituidas por seis varillas de bronce para asar. La dracma era el
nombre de la moneda corriente en la cuenca mediterránea. Como se ve, cada vez nos
aproximamos más, incluso en la terminología, a lo que será el nacimiento de la moneda
propiamente dicha.
5. ENTRE RELIGIÓN Y TECNOLOGÍA
Más adelante nos referiremos a la circulación de lingotes de cobre egeo cretenses de
forma rectangular. En realidad, su aspecto experimentó diversas y aún extrañas
transformaciones. Al comienzo eran casi perfectamente rectangulares, pero con el
tiempo adquirieron una forma irregular que presenta prolongaciones en los cuatro
ángulos. Esta rara evolución se ha explicado de muchas maneras, y todas las
interpretaciones resultan de interés, pues están vinculadas a la sociedad y la cultura de la
época. Algunos han querido ver en esa extraña forma dos hachas juntas, que se
relacionarían con el culto de la doble hacha, de origen oriental. Dado lo estrecho de la
relación entre la divinidad y los dones ofrecidos para asegurarse el favor de los dioses,
muchos especialistas perciben un nexo entre la moneda y el ámbito religioso. Ofrecer al
numen un don equivalía a pagar cierto precio que cuanto más valioso fuera, tanto más
podía aplacar al dios y atraer su amistad. Estos conceptos de pago y adquisición revelan
un significado original muy distinto al del ámbito económico en el cual solemos
considerarlos. Otros especialistas han querido reconocer en la extraña forma de estos
lingotes la estilización de la piel de buey, lo que remite evidentemente al período en que
el ganado se utilizaba como moneda natural. También se atribuye esta prolongación de
los ángulos a un simple, notable e interesante avance tecnológico: seguramente
resultaba más rápido y práctico colar el metal fundido en lingotes juntos, y luego
dividirlos cortándolos por los ángulos.
En la antigüedad, las transacciones económicas no se saldaban con dinero. Cuando
alguien quería adquirir cierta cantidad de un bien tenía que pagarlo en especie con otro
bien. Estas transacciones económicas se efectuaban en forma de trueque o intercambio
de un bien por otro, siendo una forma de intercambio efectiva ya que se intercambiaban
pocos productos. Todos los miembros de la sociedad eran prácticamente
autosuficientes, de manera que raras veces necesitaban productos que no producían ellos
mismos. Cuando la sociedad se transformó y sus miembros fueron cada vez más
interdependientes, el número de bienes y servicios aumentó y el sistema de trueque
comenzó a fallar.
En la realización del trueque se requería una coincidencia de eventos difícil de lograr,
por ejemplo, si un individuo quería obtener un bien "A" a cambio de su bien "B" tenía
que encontrar a otro que quisiera cambiar su bien "B" por el "A". Otro problema que
presentaba el trueque era el de equivalencias entre los productos que se tenían y se
querían intercambiar; para solucionar este problema en pueblos aledaños a los ríos
Tigris y Eúfrates se creo una especie de banco, que funcionaba en los templos, allí las
personas depositaban sus productos para recibir otros a cambio, de acuerdo a la cantidad
dada, el producto requerido y la equivalencia entre ambos.
Antes de la existencia de la moneda, los intercambios se realizaban mediante el trueque.
El oro, la plata y el bronce eran considerados sólo mercancías que se cambiaban al peso
por otras. Pero los metales no solo eran fáciles de transportar, sino que con ellos se
fabricaban herramientas para trabajar o convertirlos en objetos de adorno, de allí su
valor y la derivación posterior al acuñarlos en forma de monedas.
Ahora bien, ¿dónde surgió la primera moneda? Según los historiadores, su nacimiento
tuvo lugar casi al mismo tiempo en dos puntos distantes de la tierra: China y Lydia
6. (Grecia) aproximadamente unos 700 años antes de la era cristiana. (SANCHEZ
TORRES, 1994)
En un principio, tales monedas muestran a las claras la transición entre el trueque o el
intercambio y el uso moderno
.El uso de las monedas se fue extendiendo e incluso el gran Alejandro Magno aparece
ya en ellas. Se hizo frecuente estamparlas con el rostro de un soberano, la figura de un
dios o algún otro símbolo. Estos sellos garantizaban su pureza y el peso del material con
que se había acuñado la moneda.
En el Imperio Romano se creó una moneda homogénea en las distintas regiones y
unitaria en peso, tamaño y valor, el "denario" (raíz latina de la palabra "dinero"). Se
implantó una acuñación estatal, prohibiéndose cualquier tipo de acuñaciones
particulares. En las antiguas monedas griegas había espigas de trigo y en las primeras
romanas cabezas de ganado. Estas formas habían sido durante siglos símbolos del
dinero, y su estampación permitía vincular las monedas con la idea general sobre el
valor de las cosas reflejadas. De esta forma fue más fácil para la población comprender
el nuevo sistema monetario (AVELLA, 1998)
7. CRITERIO
De acuerdo con los paradigmas y premisas señaladas anteriormente, se desprende que
desde el origen de la moneda {dinero} se ha venido ocasionado a la humanidad una
serie de inequidades dramáticas, pues si bien ha sido el origen tanto del crecimiento y
gloria de algunos países, ha sido también el infierno y destrucción de otros, es por ello
que intentamos mediante la lectura de este libro crear criterios y alternativas para
establecer un cambio que elimine el crecimiento de la brecha entre ricos y pobres,
aumente la equidad y evite la desigualdad social.
Las dificultades financieras en el mundo de hoy, surgen principalmente por nuestra
incapacidad de reconocer la naturaleza del dinero. Todavía pensamos que el dinero es
algo substancial, algo que se crea, intercambia, se presta, y acumula - un objeto de
especulación y ganancia -. En realidad, el dinero es solo un sistema contable. Una vez
que se le reconoce como tal, dejaría de ser un instrumento de poder utilizado para
explotar al débil.
Lo que necesitamos es una norma concreta de valor, como una mercancía física que nos
dé una base para expresar los precios de todo lo demás. Esta unidad de transacción es la
que propone la Unión Mundial [UM] misma que será estable, apolítica y universal
8. BIBLIOGRAFIA
AVELLA, M. (1998). Pensamiento y políticas monetarias. Colombia.
CURRIE, L. (1997). Sistemas de intercambio antes de la aparición de la moneda. Mexico.
SANCHEZ TORRES, F. (1994). Ensayos de historia monetaria y bancaria. Bogota.