1. Facultad: Dirección de Empresas.
Carrera: Administración de Empresas y Negocios.
Nivel: Séptimo.
Docente: Omar Samaniego.
Alumno: Jonathan Samaniego
Tema: Origen de la Moneda.
2. Origen de la Moneda.
Aunque son numerosos los estudios e hipótesis acerca de quién haya inventado la moneda,
nadie ha acertado todavía a dar una respuesta definitiva. Naturalmente, la primacía de un
sistema de intercambio tan difundido, que ha promovido contactos, relaciones comerciales y
circulación de ideas entre los pueblos, es objeto de debates y se presta a la creación de
leyendas y mitos. Muchos hacen remontar las primeras monedas de oro a Creso, rey de Lidia
en el siglo VI a. C. La riqueza de Creso se ha hecho legendaria, y la leyenda, como ocurre a
menudo, contiene un fondo de verdad: Lidia, una región de la actual Turquía asiática, se
encuentra en una posición privilegiada porque actúa como bisagra entre Oriente y Occidente.
Además, es muy rica en minas de oro, como recuerda Herodoto, gran historiador del siglo V
a. C.: En cuanto a maravillas dignas de ser recordadas, Lidia no posee muchas en
comparación con otros países, excepto las briznas de oro que provienen del Tmoio (montañas
de Anatolia). Otro aspecto importante en apoyo de esta tesis es que Lidia tiene poco terreno
cultivable: sus habitantes se dedicaron muy pronto al comercio, primero en forma de trueque,
y luego según las diversas modalidades de intercambio que, como veremos, constituyen la
génesis de la moneda. Otros sostienen que la cuna de la moneda se halla en las costas de Asia
Menor, donde florecieron las primeras colonias griegas, tan importantes en la mediación entre
las culturas helénica y oriental, También estas colonias, por lo demás fronterizas con Lidia,
desarrollaban intensos tráficos comerciales. Más allá de disquisiciones académicas sobre la
zona exacta de nacimiento de la moneda, queda de manifiesto, en cualquier caso, que la
región de Asia Menor fue el ámbito más idóneo para la creación y desarrollo de una forma de
intercambio práctica y ligera, capaz de promover relaciones tanto comerciales como
culturales de los pueblos asomados al Mediterráneo. Los conocimientos actuales se basan en
los hallazgos de monedas de electrón (una aleación natural de oro y plata) principalmente en
3. Éfeso, en la costa de Asia Menor. Hoy se piensa que las primeras emisiones se efectuaron en
Oriente (siglo VII a. C.). Desde allí, el uso de la moneda se difundió a Grecia.
Sistemas de intercambio antes de la aparición de la moneda
Si la moneda no aparece hasta mediados del siglo VII a. C., ¿cómo se realizaban los
intercambios con anterioridad? Podemos sintetizar las diversas fases en tres puntos: 1)
trueque; 2) moneda natural, y 3) instrumento de metal. La moneda es una invención
relativamente reciente que ha simplificado muchísimo la vida de los pueblos, pero no
debemos pensar, habituados como estamos a su uso insustituible, que la civilización no
existía antes de que fuera introducido este instrumento. ¿Cómo es posible llevar a cabo una
transacción comercial sin disponer de un bien que midiera el valor de otro bien? De nuevo es
Herodoto quien nos explica las modalidades del trueque: los poseedores de una determinada
mercancía desembarcaban en un puerto, descargaban sus bienes y luego se retiraban para
demostrar que iban en son de paz. Los naturales del lugar aparecían y mostraban aquello de
lo que disponían y que deseaban intercambiar, retirándose a su vez. Los primeros mercaderes
desembarcaban de nuevo y consideraban la oferta: si les parecía adecuada, aceptaban el
cambio; en caso contrario, retiraban parte de sus bienes, haciendo de este modo una oferta en
su opinión más equitativa. Este tipo de intercambio podía aplicarse sólo al
tráfico internacional y lo practicaban pueblos habituados a viajar, como fenicios, griegos y
cartagineses. Pero esta clase de relaciones no agilizaba ni incentivaba el comercio privado.
Puesto que las estructuras sociales eran de subsistencia y no existía especialización en el
trabajo, los pequeños grupos podían vivir con cierta autosuficiencia; pero cuando los hombres
organizaron sus propias funciones y se dedicaron a una sola actividad, el problema
del intercambio se dejó sentir como algo grave y decisivo: el metalúrgico poseía muchas
4. herramientas, pero necesitaba los vestidos del tejedor y la harina del molinero, los cuales a su
vez, para vivir y trabajar, debían procurarse las mercancías de los demás artesanos.
La moneda natural.
La división del trabajo, el nacimiento de las economías agrarias y el progresivo sedentarismo
de los pueblos hicieron cada vez más urgente la necesidad de un sistema de comercio válido y
sencillo. Así, pues, se buscó un medio aceptado por todos, a fin de dividir el intercambio en
dos tiempos y poder aligerar el tráfico. Se trataba de escoger un producto de valor convenido,
obteniendo de este modo una especie de escala comparativa. Esta mercancía-muestra,
llamada moneda natural, podía ser extraordinariamente variada, pero debía cumplir dos
requisitos, necesarios para desarrollar su función de bien intermedio: unir utilidad y
conveniencia, y ser abundante pero al mismo tiempo preciada. La moneda natural seguía en
uso en tiempos recientes: hasta el siglo XIX, en Islandia el costo de toda mercancía se
establecía en pescado seco, y en Alaska, en pieles de castor. Entre los pueblos primitivos, aún
en nuestros días hallamos monedas tan diversas como extrañas: esteras trenzadas en las
Nuevas Hébridas, semillas de cacao en México, arroz en la India y el caurí o concha de
molusco (es muy conocida la Cypraea moneta), de amplia difusión en todo el mundo. Los
pueblos de la antigüedad prefirieron el ganado, que presentaba la indudable ventaja de gozar
de aprecio y, al mismo tiempo, de ser abundante, además de muy útil. !>
El descubrimiento de los metales.
Hacia el III milenio a. C., asistimos a la utilización del metal como forma de intercambio. El
uso industrial de este material para la fabricación de herramientas hizo evidentes sus
múltiples cualidades y la indudable ventaja que derivaría de su empleo como mercancía-tipo.
Los metales son inalterables, se pueden fraccionar manteniendo las mismas características
5. sustanciales, se pueden acumular sin que se deterioren, se transportan de manera sencilla y no
requieren mantenimiento, Además, son fácilmente reconocibles por todos y es posible
verificar su peso sin demasiadas dificultades. Por todos estos motivos, el uso del metal no
tardó en hacerse muy común en los intercambios. La forma más arcaica es la de anillo, como
atestiguan pinturas murales de una tumba egipcia de la época de Tutmosis III (Tebas, 1484-
1450 a. C.) y hallazgos en la región del Cáucaso. También en el II milenio a. C., los hebreos
usaron como unidades de peso el kikkar, o sea anillo, círculo. Luego (segunda mitad del II
milenio a. C.) aparecieron los lingotes de cobre egeo cretenses, bloques pesados de forma
rectangular (pesaban entre 10 y 36 kg y tenían un espesor de unos 6 cm). Estos lingotes, que
circularon aproximadamente hasta el siglo X a. C., se han encontrado en Chipre, en Eubea, en
Creta y en Cerdeña (donde los fenicios hacían escala), y de ello podemos deducir que fueron
adoptados sobre todo para los intercambios marítimos, Durante las excavaciones efectuadas
por Schiiemann en lssariik (una colina de Turquía noroccidental donde se hallan los restos de
la antigua Troya), aparecieron barras de plata con la marca del Estado grabada a punzón, o la
efigie de una divinidad: estos sellos servían para atestiguar la pureza del metal (pero todavía
no el peso; por tanto no podemos considerarlos propiamente monedas). Otro excepcional
hallazgo fue el realizado por el inglés Evans, quien, entre las ruinas del palacio de Cnossos
, dio con unas bolitas de plata y oro pertenecientes al período minoico tardío (1600-1400 a.
C.). Estas gotas, eran muy semejantes a las futuras monedas jónicas asiáticas, pero carecían
del sello de la autoridad gubernamental.
Criterio.
El dinero o moneda es el medio de pago que nos permite adquirir mercancías como realizar
intercambios de bienes y/o servicios. Es de gran importancia para cualquier tipo de
6. transacción a lo largo del tiempo ha ido facilitando el comercio donde se compra y se vende
gran cantidad de productos y servicios. El costo del dinero origina en la banca las tasas
pasivas que representan al incentivo para que el inversionista permita que las instituciones
administren su dinero a cambio de un premio denominado interés. En el mercado del dinero
se encuentran las inversiones de corto plazo, cuando la banca otorga créditos origina
internamente las denominadas tasas activas y para quien las recibe origina un costo.
Bibliografia:
http://www.mundonumismatica.com.ar/es/origenes-de-la-moneda/