1. ENSAYO SOBRE LA TECNOLOGÌA EN LA SOCIEDAD
INTRODUCCIÒN: Vivimos en un tiempo de exigencias tecnológicos que impregnan
nuestra vida cotidiana. Desde esta cosmovisión, los artefactos priman sobre el hombre,
y el desarrollo de las herramientas, sobre el sentido individual, social y cultural de su
utilización, su impacto y sus consecuencias.
Los avances tecnológicos son presentados como inevitables y esto puede llegar a sumir
a los sujetos en la despreocupación, el cinismo o la impotencia, por citar solamente
algunos de los estados posibles.
Seguramente muchos de nosotros mantenemos polémicas discusiones acerca de los
riesgos que presentan las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación.
No reparamos ni por un minuto siquiera en todos los mecanismos que ellas
proporcionan y que nos hacen la vida más cómoda, sin preguntarnos cómo esos
artefactos modelaron y modelan nuestras vidas en el día a día, y sin tomar conciencia
tampoco de los costos sociales y ecológicos que tienen aquellos adelantos que muchas
veces contribuyen a nuestro confort momentáneo.
Una visión parcializada sobre la tecnología nos invita a pensar sólo en sus aspectos
tangibles y a considerar peligrosos sólo aquellos que nos resultan desconocidos.
Una vez que estos aspectos están incorporados y naturalizados en nuestra vida cotidiana
aunque grandes luminarias nos adviertan sobre las consecuencias de su uso nos parece
casi imposible desprendernos de ellos.
DESARROLLO:
El sendero tecnológico: ¿un inevitable camino a seguir?
Hoy en día, la tecnología es concebida como un progreso que, dadas las comodidades que
proporciona, la sociedad elige explícita o implícitamente, como si no tuviera otra opción.
Sin embargo, no todas las sociedades actúan así, algunas han descartado ciertas tecnologías
dada su incompatibilidad con los fines sociales que perseguían.
La tecnología y sus olas:
La primera ola
A partir de las explicaciones del estudioso ya mencionado, el ser humano ha atravesado
tres grandes “olas tecnológicas”.
La primera ola agrícola sucedió entre los años 8000 a. C. y 1755 d. C. Cabe destacar que
en esta ola, la sociedad se basaba, casi exclusivamente, en la agricultura y el hombre
descubrió y adoptó actividades vinculadas con la agricultura y la ganadería.
En la segunda, el ser humano no sólo comenzó a aprovechar la carne, la leche, la piel y los
huesos de los animales, sino que también empleó su fuerza como fuente de energía.
La segunda ola
La era agrícola dio paso a la segunda ola y ha tenido una duración mucho más corta que la
anterior. Esta ola es identificada como la “ola industrial” y, para Toffler, coincide con la
Revolución Industrial. Durante su transcurso no sólo nacieron la ingeniería y la tecnología
en sus acepciones actuales, sino que también surgieron y evolucionaron económicamente
la sociedad y la cultura del mundo occidental en las que hoy estamos inmersos.
La tercera ola
La tercera ola comenzó en el año 1975 y Toffler la denomina “ola informática”. Esta
introduce una nueva sociedad regida por los flujos de la información y, además, se
caracteriza fundamentalmente por el notable desarrollo del transporte, la comunicación, la
información, el conocimiento y la creatividad. En las sociedades de la tercera ola, la
productividad depende del desarrollo de nuevas tecnologías, las cuales permiten al ser
humano “hacer menos y pensar más”.
2. Esta tercera ola puede ser caracterizada por los cambios revolucionarios que se atribuyen a
la tecnología de la informática, la electrónica y la biotecnología, entre otras, y por los
desenfrenados cambios en el área de las comunicaciones.
Primera Revolución Industrial
Corresponde con la segunda ola a la que alude Toffler, las fuentes de energía por
excelencia eran el carbón y la máquina de vapor, que fueron sustituyendo paulatinamente
la energía animal y la hidráulica, que se mantenían casi como las únicas fuentes desde el
Neolítico.
Segunda Revolución Industrial
Surgió cuando, con la invención de la turbina y del motor a explosión, se generalizó el
empleo de la electricidad y del petróleo como fuentes de energía.
Tercera Revolución Industrial
Comenzó a finales del siglo pasado y coincide con la tercera ola de Toffler. Durante ella,
aparece la información como recurso y, a las anteriores fuentes de energía, se unen la
nuclear y las denominadas energías renovables. Paralelamente, surgen las nuevas
tecnologías y también se refuerza la “tercerización” de la economía.
Impacto de la tecnología en la educación
Paralelamente, Papert narra cómo experimentarían los docentes del pasado un posible
“encuentro con las aulas del futuro”. Si bien los maestros podrían desconcertarse ante la
presencia de ciertos objetos y ante la aplicación de ciertas técnicas, todos ellos podrían
entender perfectamente la finalidad de lo que se estuviera llevando a cabo y, a su vez,
estarían capacitados en forma adecuada como para hacerse cargo de la clase.
Por distintas razones, los ámbitos educativos son un sector tradicionalmente poco dado a
novedades y cambios. En relación con esto, muchos afirman que la escuela no es
precisamente un ambiente en el que la tecnología tenga un papel relevante para las tareas
que allí se realizan. De hecho, los educadores, por lo habitual y salvo honrosas
excepciones, se han mostrado bastante reacios a incorporar novedades en su estilo de hacer
las cosas.
La educación tecnológica en la escuela
La ciencia y la tecnología son dos aspectos diferentes cada una con sus propios
procedimientos, con sus metodologías, con sus procesos de constitución y de construcción
de saber y de productos, hoy tienen que ser trabajadas en forma complementaria, debido al
lugar que cada una ha comenzado a ocupar en la sociedad globalizada.
Tanto la ciencia como la tecnología tienen distintas manifestaciones en el ámbito
educativo, que pueden generar confusiones.
Educación técnica
Se origina en la formación de los primeros artesanos y abarca hasta las escuelas de artes y
oficios. Fundamentalmente se trata de instituciones escolares pertenecientes al nivel medio
del circuito formal de educación y muchas instituciones vinculadas al sector educativo no
formal.
Educación tecnológica
Tiene por objetivo arribar a una especialización desde una disciplina más o menos
experimental que permita la construcción de objetos tecnológicos o técnicos que garanticen
la incorporación de las personas al mundo laboral.
Educación en cultura tecnológica
La tecnología no constituye una disciplina que pueda ser comparada con la química o la
historia, debido a que se ocupa de las creaciones artificiales elaboradas por el ser humano.
Alfabetismo
Según R. Bybee, comenzó considerándose alfabeta a una persona que era capaz de escribir
su propio nombre. En otros momentos históricos, las personas alfabetizadas eran aquellas
3. que tenían habilidad para leer un periódico; posteriormente, lo eran quienes tenían sus
estudios primarios completos; más tarde, lo eran quienes poseían una habilidad suficiente
para interpretar culturalmente información significativa.
Alfabetización científica
La alfabetización científica supone comprender los mensajes relativos al avance científico
que incide en la vida social.
Si nos preguntamos por qué es importante alfabetizarse científicamente, tendríamos varios
argumentos que justificarían esta necesidad.
Uno de los argumentos se relaciona con la idea de que la cultura misma exige que los
miembros de una sociedad cuenten con un determinado alfabetismo científico que les
permita comprender no sólo la temática y las terminologías científicas, sino también el
ámbito en que se generan y producen las investigaciones de este tipo.
En hecho de que la sociedad entienda el trabajo de la comunidad científica no significa que
sus miembros “sean científicos” sino que, por el contrario, cuenten con las herramientas
conceptuales básicas para comprender la manera en la que se produce el conocimiento
científico y el impacto de este saber sobre la vida cotidiana de las personas.
¿Cómo debe ser la relación entre la escuela y la tecnología?
Es fundamental que los profesionales de la educación comencemos a plantearnos no sólo la
forma en que la tecnología y, en especial, las nuevas tecnologías de la información han
sido incluidas en los documentos curriculares y en la cotidianeidad del aula hasta el
momento, sino también cómo es necesario que realmente sean incorporadas.
Debemos estar dispuestos a redefinir, de alguna manera, nuestro rol, asumiendo que esto
supone un riesgo que debemos estar preparados a asumir.
El educador, pues, ha de transformarse en diseñador, gestor, animador y asesor de
experiencias de aprendizaje que no estén condicionadas por el horario, por la distancia o
por sus propias limitaciones personales. Debemos profundizar en la comprensión del
mundo donde vivimos y en los procesos de cambio tecnológico y social para evitar aislar a
las escuelas y a nuestros niños de la tecnología. Las nuevas generaciones se verán
compelidas a utilizar diversos sistemas simbólicos, a pensar estratégicamente, a aprender
en forma permanente y a ser creativas.
COCLUSIÒN: Se debe realizar con mas continuidad en los pueblos alejados y en los
suburbios campañas de alfabetización para que estas personas puedan interpretar
críticamente sus mundos personales y sociales y, de este modo, mejorar sus habilidad
intelectuales hasta estar en condiciones de poner en entredicho los mitos y creencias que
estructuran sus percepciones y experiencias.
El ámbito escolar se enriquecerán considerablemente puesto que la tecnología trae
consigo infinidad de herramientas para la proyección del conocimiento; en lo que se
refiere a información el niño podrá acceder a información cada vez más completa y en
cuanto a la comunicación la tecnología acorta distancias y abole los límites de los países
haciendo de todas las personas un solo ser que busca conocer y descubrir nuevas
fronteras.
La educación y la sociedad requiere profesionales que se desempeñan en los diversos
ámbitos propios dentro del aspecto educativo, para que puedan así guiar a los
estudiantes a un proceso educativo provechoso y por ende entender que la tecnología
es un recurso educativo y mas no de diversión, ya que estos recursos debemos
utilizarlos correcta y adecuadamente para obtener resultados satisfactorios.
BIBLIOGRAFÌA:
Schaff, A.
Toffler, A.