1. La lectura y sus
etapas
La lectura en la Baja
Edad Media
Johana
Molina
2. El lugar principal donde se llevó a cabo la lectura fue la escuela, y
luego la universidad.
3. • La "lectura" se convirtió en
un ejercicio escolar, regido
por leyes propias.
4. El profesor leía los textos y los comentaba. Los estudiantes
tomaban los apuntes.
5. • Surge la noción de utilidad, de rentabilidad que se tornó fundamental
a partir del siglo XIll. Leer para buscar algo específico.
La comercialización de libros.
6. A partir del siglo XII aparecieron otros tipos de instrumentos de trabajo destinados a facilitar la
búsqueda y el estudio: los florilegios (compilaciones de textos destinados a ser
memorizados), los auctoritates (frases o pasajes extraídos de la Biblia, de los autores
clásicos), las Summas o glosas (instrumentos de trabajo que condensaran lo esencial de la
materia que había que conocer en determinado terreno)
Santo Tomás de Aquino.
Summa Teológica
7. La meditación dejó paso a la utilidad, modificación profunda que cambió
por entero el impacto mismo de la lectura.
La lectura personal vuelve a ser
silenciosa, no es necesario
pronunciar cada sílaba como en los
siglos anteriores.
Reaparece la literatura erótica...
9. • Los libros manuscritos eran en forma de rollos, las
páginas se pegaban y se enrollaban formando un
“volumen”. Para leerlos el sistema era poco práctico y
se encuadernaron las hojas en un códice hecho de
tablillas atadas, similar a los libros actuales, porque
era mucho más práctico y se podía leer cada hoja por
ambos lados. Para fabricar un códice solamente se
doblaban las hojas y se cocían. Este modelo fue el
que se usó, más tarde, para hacer los libros impresos,
además, tablas, títulos de páginas y unos índices
rudimentarios, que facilitaron, posteriormente, la
referencia a las fuentes escritas.
10.
11. • Con este nuevo formato, a partir del siglo XII se incluyeron divisiones, se
marcaron los párrafos, se dio títulos a los diferentes capítulos, y se
establecieron concordancias, índices de contenido y alfabéticos que
facilitasen la consulta rápida de una obra y la localización de la
documentación necesaria.
Esa lectura escolástica
iba contra el método
monástico centrado en
una comprensión lenta
y rigurosa del conjunto
de las Escrituras.