1. Los artrópodos representan el phylum de invertebrados que mayor éxito
evolutivo han alcanzado, siendo el grupo más numeroso y diverso en
especies de todo el reino animal, con más de dos millones de especies
reconocidas, de manera que ¡tres de cada cuatro animales son artrópodos
!
El cuerpo de los artrópodos está formado por segmentos, no siempre
evidentes, que se organizan según las cuatro morfologías básicas
mostradas en la imagen de la derecha. Cada segmento está dotado con un
par de apéndices que también están segmentados (etimológicamente,
artrópodos significa "patas articuladas").
Los apéndices de la cabeza están adaptados para la percepción sensorial,
la defensa y para manipular los alimentos; los del tórax sirven para la
locomoción tanto terrestre, como aérea o acuática; los abdominales
cumplen funciones respiratorias y reproductoras, como retener los huevos
o aferrarse a la pareja durante la cópula. De esta manera, estos apéndices
muestran una plasticidad evolutiva enorme y dan lugar a las estructuras tan
diversas como patas, antenas, branquias, pulmones, mandíbulas,
quelíceros...
Otra importante característica es la presencia de un revestimiento rígido, el
exoesqueleto, que obliga a la existencia de articulaciones para posibilitar el
movimiento, y también a efectuar mudas cuando el animal crece. Este
esqueleto está formado por una capa protectora llamada cutícula,
constituida en su mayor parte por la proteína llamada quitina y a menudo
endurecida con carbonato cálcico. La cutícula es impermeable y bastante rígida.