1. Casa Templaria, 2 de febrero de 2012
ESPERANZA
Buenos días mis queridas semillas:
Feliz Año Nuevo y todo el año será feliz, os voy a explicar una de esas
leyendas o historias tan bonitas.
Había una vez un pastor, estoy rodeada de montañas, de animales y ovejas y
hoy es de ovejas, este pastor sacaba cada día su rebaño y esa noche había dos ovejitas
que habían tenido corderitos, cada una tuvo dos corderitos, estaban tan felices las
madres porque después de haber llevado dentro de ellas ese amor tan infinito que se
llama maternal, por fin habían tenido sus ovejitas. El pastor por la mañana sacaba
cada día su rebaño y también a ellas porque tenían que comer por el esfuerzo que
habían hecho y el cansancio; las sacó y fueron a pastar, el lugar era precioso, había
un río y cada día lo atravesaban porque al otro lado la hierba estaba más rica y más
grande. Una vez que estaban en el otro lado, empezaron a pastar tan felices y
contentas, dando saltos de alegría, de pronto cayó una tormenta muy grande y
empezó a crecer el río, a crecer, a crecer. Cuando terminó de llover, el río estaba muy
crecido y una oveja le dijo a la otra, las dos madres se miraron y una dijo, tengo que
irme porque si crece más no podré pasar y mis corderitos se quedarán sin mamar,
¿qué van hacer sin darles de comer? La
oveja amiga suya le dijo tranquila, no te
preocupes, tranquila, ten paciencia, sabes
que el río siempre se calma y pasaremos,
no, no, no me lo puedo permitir, tengo
que ir, tengo que ir, no puedo dejar a mis
corderitos solos, no no no, espérate, le
insistió su amiga, entonces la oveja, que
estaba tan inquieta y tan angustiada, se
2. fue y empezó a andar, cuando atravesó un metro, empezó a andar dos metros, se dio
cuenta que el río bajaba demasiado rápido, era un caudal muy fuerte y se la llevó. La
otra oveja miró y continuó comiendo, comió, comió, tranquila, y cuando ya estaba
bien robusta, miró de nuevo y vio que el caudal del río había bajado y por fin podía
atravesarlo.
El pastor estaba siempre con la mirada
sobre sus ovejas, cuando fue el momento las
llamó con un silbido y ya sabían que tenían que
volver, y como buen pastor, cogió una cuerda, ató
a la oveja que quedó, que había tenido sus
corderitos y la llevó con la cuerda para que no se
perdiera, que no sufriera y no se ahogara, y
cuando llegó al otro lado le sacó la cuerda y al fin
pudo entrar con sus corderitos. Que tristeza,
porque se preguntó qué les voy a decir yo a estos
corderitos que son huérfanos, que su madre por
impaciencia, por no tener confianza y no creer en
nuestro buen pastor, el río se la llevó. Llena de
piedad, de compasión y de amor, esa oveja se
acercó a ellos y les dio también de mamar.
Hoy esos corderitos son grandes ovejas y saben muy bien que al mamar esa
leche de esa oveja que aplicaba la paciencia, habían comprendido que no sirve a
nada tirarse al río si no sabes nadar, primero cree en ti, segundo ten confianza en ti y
tercero aplica la paciencia y fueron muy felices.
Mis queridos corderitos, si aplicáis la paciencia, es la madre de la Fe y si
tenéis Fe nada os puede pasar, la Fe es creer en Dios y Dios es todo poderoso, sea
cual sea el nombre que le deis a Dios, esa es la fuerza, esa fuerza es la que os lleva a
vencer problemas, obstáculos, y las dudas. Servidora de la mañana a la noche cree en
Dios porque no deja ni lugar ni duda a nada que le pueda impedir de tener
esperanza, la esperanza es el avenir, la esperanza es el futuro, la esperanza es
lo que no conocemos y que creyendo se realizará.
Animo queridas semillas, cultivar la Fe, estamos en el Año del Progreso, del
Optimismo y del Armonía, nunca perder la Esperanza!!!
Con todo mi amor,
La Jardinera