1. CASOS ESPECIALES
La muerte de un hijo
Probablemente no exista un sufrimiento moral más intenso que el que
provoca a sus padres la muerte de un hijo porque lo natural es que sean
los hijos los que entierren a sus padres y no al revés.
Las características resumidas que presenta este tipo de duelo son:
1. Aparición más frecuente de sentimientos de culpa en forma de
autoreproches.
2. Ideas de resentimiento hacia otras parejas que disfrutan de la
presencia de los hijos.
3. Dolor habitualmente más intenso, si cabe, que el que puede producir
otro tipo de muerte cercana.
4. Duración mayor del duelo (la vida nunca volverá a ser la misma para
quien ha perdido un hijo).
Si es usted familiar o amigo de una persona que perdió a su hijo es muy
probable que le resulte muy difícil dar el pésame o establecer una
conversación con los padres del niño fallecido. Si usted tiene hijos puede
sentirse todavía más violento, pero no deje por ello de ofrecer su ayuda y
2. no se preocupe si le preguntan por sus hijos porque para los padres del
niño fallecido puede ser una mera cortesía, pero también una forma de
confirmar que, por encima del dolor que sienten, la vida continua.
Estas mismas sugerencias sirven cuando el hijo fallecido no es un niño,
sino un joven o un adulto. Sea cual sea la edad del hijo, los padres van a
necesitar que se les tienda una mano para afrontar el dolor que sienten.
Abortos
Sufrir un aborto supone una pérdida, y por tanto, provoca una reacción de
duelo. Esta pérdida en ocasiones origina sentimientos difíciles de asimilar
como los que se citan a continuación:
1. Sensación de culpabilidad. Es muy frecuente que la mujer se pregunte
una y otra vez si no hizo algo que pudiera provocar el aborto.
2. Indefensión. ¿Por qué me ha pasado precisamente a mí?, puede ser una
pregunta que ronde la cabeza de la mujer y la haga sentirse impotente
e indefensa.
3. Duda y temor ante la posibilidad de que se vuelva a repetir o incluso de
su capacidad de engendrar nuevos hijos. En este sentido conviene que
tras un aborto, la mujer se tome un tiempo razonable para recuperarse
física y anímicamente del percance sufrido.
3. Mascotas
La muerte de animales que nos hacían compañía también puede
provocar una reacción de duelo, en particular cuando la convivencia ha
sido larga, o la persona vivía sola y la mascota (el perro, el gato, el
pájaro) eran su compañía principal. Estas situaciones son más
frecuentes en niños, adolescentes o ancianos.
Los niños y los adolescentes
Si bien los niños no suelen comprender hasta los 3 a 4 años el
significado de la muerte, sufren la pérdida de una forma bastante
similar a los adultos, es decir con pena y aflicción. Sin embargo suelen
pasar de unas a otras etapas del duelo más rápido que lo hacen los
adultos. A veces pueden tener sensaciones de culpa por pensar que
quizás algo que hicieron influyó en la muerte del familiar; por eso
deben ser tranquilizados al respecto. En la escuela su rendimiento
puede resentirse y conviene estar atento a ello y comentarlo al
profesorado o pedir ayuda si parece oportuno.
Los adolescentes pueden vivir esa misma sensación de culpabilidad,
pero su tendencia a no hablar de "su duelo" para no preocupar más a los
adultos (o por su tendencia natural a comunicarse poco con los padres),
4. puede hacer que sea difícil de descubrir y de abordar. Es aconsejable
que, tanto niños como adolescentes, acudan a los funerales y demás
ritos relacionados con la muerte. En todo caso siempre debemos estar
atentos a sus necesidades afectivas y no pensar que, como son niños o
jóvenes, no se dan cuenta de las cosas que ocurren.
Los ancianos
También los ancianos son más vulnerables al fallecimiento de un ser
querido, en particular cuando se trata de la muerte de un hijo (ya
comentado anteriormente) o de su cónyuge. En éste último caso la
muerte se produce tras muchos años de convivencia. Se rompe así un
equilibrio, muchas veces más frágil que lo que aparenta en la vida
cotidiana, en el que se mantenía la funcionalidad social y familiar, es
decir, antes de la muerte de uno de ellos, la pareja de ancianos
funcionaba de manera que uno hacía unas cosas y otro otras
diferentes, pero con el resultado de que eran autónomos para las
actividades cotidianas de la vida (higiene, limpieza y tareas del
hogar, pagos a bancos...). Toda esta situación se ve agravada porque
sin él/ella aparece un vacío no solo físico y emocional, sino que se
pueden hacer muy manifiestas las posibles limitaciones del
5. sobreviviente para la vida del día a día. (¿Sabrá cocinar?, ¿Será
capaz de sacar dinero del banco?, ¿Sabrá qué hacer si le llega una
notificación de pago de impuestos?, ¿Se podrá asear solo?, ¿Se
arreglará para usar la lavadora, u otros electrodomésticos?).
Por todo lo anterior, cuando fallece uno de los miembros de una pareja de
personas mayores cobra gran importancia el apoyo familiar que se le
pueda dar, sin olvidar la posibilidad de recurrir a ayudas sociales que
permitan paliar los déficits antes detectados.
En estas circunstancias, cuando uno de ellos muere, es posible que se
llegue a perder las ganas de seguir viviendo y a pensar que uno está ya de
sobra, que ya ha hecho todo lo que debía en este mundo. La soledad puede
ser un sentimiento muy pronunciado, dado que, conforme pasa el tiempo,
el anciano puede pensar que sus hijos, que no le visitan tanto, que no le
preguntan por el difunto (habitualmente con la intención de no hacer
sufrir más), se han olvidado del progenitor fallecido, y que solo él/ella lo
tienen en el recuerdo.
En definitiva es preciso recordar que el fallecimiento del cónyuge en las
parejas de ancianos puede descompensar equilibrios inestables previos y
agravar las limitaciones de la persona que se queda en este mundo.
6. ¿Ha comentado usted con sus familiares sus principales problemas a la hora de
arreglarse para las cosas básicas de la vida, como higiene personal, labores de la
casa, comidas, recados, asuntos de dinero, inversiones, o asuntos relacionados
con la economía doméstica?, ¿Ha comentado estos problemas con algún
profesional sanitario o con algún asistente social (del ayuntamiento u otras
instituciones oficiales)