1. 25/10/2014 Legión de Los Andes - Batalla de Maipú
http://legionarios.webhispana.net/33%20Batallas%20y%20Combates/Abril/05%20Batalla%20de%20Maipu.htm 1/6
Batalla de Maipú
05 de Abril 1818
Osorio estaba acampado en la hacienda de Lo
Espejo a 7 kilómetros de las posiciones patriotas.
Por los vecinos de Santiago que llegaron en la
noche a su campamento, se impuso de la
superioridad numérica del ejército de' San Martín.
Su caballería y su artillería también eran
superiores. En vista de estos datos, resolvió
tomar posiciones defensivas, apoyando su
izquierda en "un ciénago o fango que ni a pie
podía transitarse" y la derecha en las casas de Lo
Espejo. Espesos montes de espino resguardaban
los flancos de las cargas de caballería, que era lo
que más parecía temer. Dicen los documentos
realistas que se trabó una fuerte disputa entre
Ordóñez, que quería atacar en el acto, y Osorio
que deseaba mantenerse a la defensiva. Primo de
Rivera esta vez se pronunció contra Osorio,
movido, sin duda, por la consideración de que iba a entregar la iniciativa al enemigo, estando en
un país adverso, donde no se contaba con plaza fuerte ni punto alguno de apoyo. Propuso,
entonces, Osorio dirigirse a Valparaíso, a la sazón bloqueado por la escuadra realista; convertir
ese puerto en base de operaciones, y desde allí reabrir la campaña sobre Santiago. "Este
pensamiento no podía ser más juicioso, ni mejor entendido dice De la Torre, el principal detractor
de Osorio--, pero chocaba abiertamente con la locura de caer sin demora sobre los enemigos, que
suponíamos incapaces de resistir nuestra presencia." Parece que Morgado y Ordóñez,
desobedeciendo abiertamente, resolvieron comprometer la batalla. Primo de Rivera, el único
capaz de poner término a la crisis del comando, también quería batirse, sea porque pensara como
Ordóñez, o porque juzgase imposible la retirada a Valparaíso; teniendo al enemigo a siete
kilómetros. Como consecuencia de este desconcierto, se ordenó a la caballería, que había
logrado rechazar las guerrillas patriotas, seguir adelante, oblicuando hacia la izquierda, ya la
infantería, que la siguiera. Ordóñez iba resuelto a atacar y Osorio a deslizarse por el flanco del
ejército patriota, si la inacción de éste se lo permitía.
San Martín, prevenido de tan extraño movimiento, vaciló sobre si tendría por objeto cortarle la
retirada a Aconcagua en caso de derrota, interponiéndose entre su ejército y la capital, o
asegurarse la línea de retirada sobre Valparaíso, en caso de contraste. Disfrazado de campesino
se acercó hacia las columnas realistas y desde 500 metros de distancia pudo divisar con su
2. 25/10/2014 Legión de Los Andes - Batalla de Maipú
http://legionarios.webhispana.net/33%20Batallas%20y%20Combates/Abril/05%20Batalla%20de%20Maipu.htm 2/6
anteojo el desfile del ejército a tambor batiente y banderas desplegadas. "¡Qué brutos son estos
godosl Osorio es más torpe de lo que yo pensaba", exclamó. Y, volviéndose hacia O'Brien,
Bacler d'Albe y los demás que lo acompañaban, les dijo: "¡El triunfo de este día es nuestro! ¡El
sol por testigo!"
A las 10.30 de la mañana el ejército patriota, haciendo un movimiento de conversión sobre su
derecha, salvó el kilómetro y medio que le separaba del realista, y se tendió en batalla sobre el
borde sur de una loma, de más o menos seis metros de alto, que corre de oriente a poniente, con
la división Las Heras a la derecha, la de Alvarado a la izquierda y la de Quintana a retaguardia.
Los granaderos quedaron a la extrema derecha y los cazadores a la izquierda. La artillería de
campaña quedó al centro y la volante en las alas.
Osorio había contado con que San Martín se mantendría a la defensiva, dejándole libre la retirada
a Valparaíso. El movimiento de! ejército patriota lo obligó a aceptar la batalla, y, ya decidido a
darla, le sacó al terreno e! mejor partido posible. Tenía a mano una meseta triangular de poca
altura, que se extendía al norte de las casas de Lo Espejo. Tendió sus fuerzas en e! borde norte
de esta meseta, prolongando su ala izquierda hasta un pequeño mamelón, cortado de la loma
principal por un bajo de 300 metros, que queda al norponiente del camino de Valparaíso. Colocó
en este cerrillo, que pasó a ser su extrema izquierda, seis compañías de cazadores y de
granaderos de los 4 cuerpos, bajo las órdenes de Primo de Rivera. En el bajo que sigue hacia su
derecha, formó el regimiento de Dragones de la Frontera, comandante Morgado. Otra división,
formada por los batallones Burgos y Arequipa y cuatro cañones, ocupó la mitad poniente del
borde de la loma triangular, formando e! centro de la línea. El ala derecha, mandada por Ordóñez,
se constituyó con el Concepción, e! Infante don Carlos, la compañía de zapadores, cuatro
cañones y los escuadrones de Lanceros del Rey y Dragones de Arequipa. La reserva quedó
reducida a dos columnas de cazadores y granaderos y al escuadrón de la guardia de Osorio.
Los dos ejércitos quedaron así frente a frente, separados por el bajo u hondonada que media
entre los dos cordones de lomas, que mide poco más de cuatrocientos metros en su extremo
este y unos mil en el poniente. A pesar de las frases despectivas de San Manín, Osorio se había
revelado un verdadero táctico. Ambas posiciones eran excelentes desde e! punto de vista
defensivo. El atacante tenía que atravesar a pecho descubierto un bajo de más de quinientos
metros, soportando el fuego de los cañones y de la fusilería, para repechar, enseguida, la loma
donde estaba apostado e! contrario. Aunque los patriotas excedían casi en mil hombres a los
realistas, y los superaban en cañones y caballería, los movimientos en el curso de la batalla y la
moral de las tropas iba a decidir la contienda. Ambos ejércitos permanecieron en sus posiciones,
aguardando e! asalto del .contrario, para aprovechar las grandes ventajas que tenía la defensiva.
"Ni una nube -' dice Haigh - empañaba el azul diáfano de! cielo; los pájaros trinaban; la brisa
esparcía el exquisito perfume de los naranjos; se respiraba en e! ambiente la dulzura del clima de
Chile en esta época de! año. Las campanas llamaban a los fieles. Una sensación religiosa
energía de la santidad de! día. El próximo tronar de los cañones. ye! choque de los ejércitos ya
listos para embestirse. se nos representaban como un sacrilegio. que venía a turbar la sonriente
placidez de la naturaleza y el recogimiento de las almas." .
A las 11.30 de la mañana los ocho cañones de Blanco Encalada y los 4. de la reserva rompieron
el fuego. Una bala inutilizo e! caballo de Osorio, que montó en e! acto otro de repuesto. Pero
después de media hora de fuego. San Martín, comprendiendo que sus efectos eran casi nulos
minutos antes de las doce, dio orden a las dos divisiones de atacar. "En esta disposición - dice -
se descolgaron nuestras columna<; del borde de la pequeña colina que formaba nuestra posición,
para marchar a la carga y arma al brazo, sobre la línea enemiga. Esta rompió entonces un fuego
horrendo y la batería de flanco (la de Primo de Rivera en el cerrillo de la izquierda) hacIa mucho
daño, pero esto no detenía la marcha." La embestida general tuvo distinta suerte en las dos alas.
Las Heras lanzó sus columnas de infantería contra el mamelón defendido por Primo de Rivera,
que formaba la extrema del ala izquierda realista mientras Blanco Encalada la batía por elevación
con sus cañones. El coronel Morgado quien como hemos visto, defendía el bajo de 300 metros
que separaba eI mamelón de la meseta triangular en que estaba situado e! grueso del ejército
realista recibió orden de cargar con los Dragones de la Frontera, mas dos escuadrones de
granaderos. mandados por Blanco Encalada y Melián, los obligaron a volver cara, y al replegarse
sobre la infantería que defendía e! cerrillo sufrieron nuevas bajas causadas por las propias balas
realistas. Pero los dos escuadrones patriotas tuvieron que retroceder. a su vez arremolinados por
3. 25/10/2014 Legión de Los Andes - Batalla de Maipú
http://legionarios.webhispana.net/33%20Batallas%20y%20Combates/Abril/05%20Batalla%20de%20Maipu.htm 3/6
el fuego de la infantería y la metralla que partía del mamelón defendido por Primo de Rivera. Se
rehicieron rápidamente, y. apoyados por la infantería de Las Heras, ocuparon e! bajo de 300
metros que separa el cerrillo de la meseta, cortando e! ala izquierda realista de! centro y del ala
derecha.
Veamos ahora lo que ocurría en la derecha realista. Mientras Borgoñó batía eficazmente con sus
cañones esta ala. Alvarado, salvando la corta distancia que en esta parte separa las lomas
rebasó el flanco derecho de Ordóñez. Este dio frente al este. y se trabó un furioso combate. en el
cual el jefe realista, tomando la ofensiva con el Concepción y el Infante don Carlos, puso en
completa derrota al N° 8 de los Andes y al N° 2 de Chile. El primer cuerpo, formado por negros
mendocinos dejó en e! campo el cincuenta por ciento de su efectivo. Alvarado acudió con los
Cazadores de los Andes; mas en esos momentos se descolgaban de la loma el Burgos y e!
Arequipa, que formaban el centro realista. al mando de Morla. y oblicuando hacia la derecha,
arrollaron a los Cazadores de los Andes.
Ordóñez y Morla con sus cuatro batallones se lanzaron sobre el borde de la meseta que ocupaba
la derecha patriota dando gritos de victoria. Mas los 9 cañones de la artillería de Borgoño
admirablemente manejados primero con bala rasa y después con metralla. los contuvieron por
algún tiempo. Morla. en vez de asaltar con el Burgos a la carrera los cañones enemigos abandonó
su cuerpo. para pedir órdenes a Osorio.
Las Heras viendo la derrota del a la izquierda patriota. había destacado contra el flanco del
Burgos el batallón de Infantes de la Patria. que se había visto obligado a retroceder.
Aparentemente la victoria de los realistas parecía afianzada pero Osorio había agotado su débil
reserva y San Martin tenia la suya intacta.
En estos momentos, se sintió a retaguardia de las filas patriotas un toque de carga. San Martín
había impartido a la reserva. mandada por Quintana, la orden de ataque. Los batallones 7 de los
Andes y 1 t 3 de Chile entraron al fuego. Los cazadores de Freire y de Bueras cargaron. al mismo
tiempo sobre la caballería enemiga. que se había situado en el flanco derecho realista. Bueras
cayó atravesado el pecho por una bala; pero Freire aventó materialmente a los escuadrones
enemigos. Los restos de los tres batallones de Alvarado, con el alivio de la presión del enemigo
que produjo la carga de la reserva, se rehicieron y entraron de nuevo al fuego.
Así quedó la infantería del centro y del ala derecha realista reconcentrada en un pequeño espacio,
sin artillería ni caballería rodeada por el frente y por los dos flancos por los batallones patriotas.
La batalla estaba decidida. Pero el Burgos se negó a rendirse, y mientras sus soldados gritaban:
"¡Aquí está el Burgos! ¡Dieciocho batallas ganadas! ¡Ninguna perdida!", desplegó al viento su
bandera. Los demás cuerpos siguieron su ejemplo. y se trabó. casi a quemarropa. un combate
furioso. "Con dificultad - dice San Martín -- se ha visto un ataque más bravo, más rápido y más
sostenido y jamás se vio una resistencia más vigorosa, más firme y más tenaz." A los gritos de
¡Viva el rey! y ¡Viva la patria! los soldados de uno y otro ejército materialmente se fusilaban.
Blanco y Borgoño avanzaron los cañones sobre ambos flancos del cuerpo realista para
ametrallarlo sin conseguir deshacerlo. Freire lo cargó furiosamente con la escolta y los cazadores
por el flanco derecho mientras los batallones 1 de Chile y 7 de los Andes. que estaban de
refresco le embistieron a la bayoneta a los gritos de ¡Viva la libertad! El Burgos rechazó ambas
cargas. El Arequipa y el Concepción dirigidos por Ordóñez también se sostenían impávidos. Pero
sus filas estaban ya muy raleadas.
Cuando la división Morla oblicuó hacia la derecha, Osario impartió orden a Primo de Rivera de
replegarse sobre el centro. Primo intentó hacerla. y. abandonando sus cañones descendió del
mamelón. pero, envuelto por la caballería y los dos batallones que le quedaban a Las Heras, los
granaderos y cazadores realistas no pudieron operar la reunión. Formados en cuadro resistieron a
pie firme entre ocho y diez cargas patriotas, y. cuando, más tarde. advirtieron el repliegue del
centro y del ala derecha sobre las casas de Lo Espejo tomaron el mismo rumbo y se reunieron al
grueso en el callejón de dichas casas sin que la caballería patriota lograra desorganizarlos.
En esos momentos, Osorio, viéndolo todo perdido se alejó al galope del campo de batalla con los
restos de la caballería unos 250 hombres con rumbo al oeste. Ordóñez asumió el mando. y.
comprendiendo que ya no podía sostenerse en la loma, se replegó en orden hacia las casas de
Lo Espejo. San Martín redobló las cargas. "Nuestra caballería – dice acuchillaba a su antojo los
4. 25/10/2014 Legión de Los Andes - Batalla de Maipú
http://legionarios.webhispana.net/33%20Batallas%20y%20Combates/Abril/05%20Batalla%20de%20Maipu.htm 4/6
flancos y retaguardia (de las columnas enemigas), pero, marchando éstas en masa, llegaron
hasta los callejones de Lo Espejo. El camino quedó sembrado de cadáveres, los realistas iban
dejando una estela de muertos, de heridos y de sangre, pero sus columnas no se
desorganizaban." "La carnicería fue enorme. Los oficiales que habían peleado en Europa decían
que nunca habían visto un combate más sangriento que el de la retirada de Lo Espejo" (Haigh).
Eran las dos y cuarto de la tarde. A esa hora, mientras aun seguía el encarnizado combate entre
la caballería patriota y los Infantes de la Patria, y el cuadro móvil formado por la infantería
realista, San Martín dictó a Zenteno el siguiente parte: "Acabamos de ganar completamente la
acción. Un pequeño resto huye. Nuestra caballería lo persigue hasta concluirlo. La patria es libre.
Dios guarde a V. E. muchos años. - San Martín."
Samuel Haigh, quien "llegó al molino donde estaba el hospital de sangre, recibió del cirujano
Paroissien un pequeño papel en el cual éste le anunciaba a O'Higgins la victoria y le pedía carros
y carretas para transportar los heridos a los hospitales de la ciudad. Al llegar a la Cañada divisó
una enorme muchedumbre. Desde que sintieron el estampido de los cañones, hombres, mujeres,
ancianos y niños se habían dirigido a esa avenida, para abreviar en minutos la angustiosa
ansiedad. Al enfrentar a la multitud, lanzó un estruendoso grito de ¡Viva la patria! que precipitó
sobre él a la multitud. Un anciano que estaba a caballo, en un arrebato de entusiasmo, se aferró a
su cuello. Cuando, al fin, pudo desprenderse de la multitud, que lo cercaba, y siguió su carrera en
dirección al palacio de gobierno', ya todas las iglesias habían echado sus campanas a vuelo y
grupos delirantes de entusiasmo gritaban: ¡Viva la patria! ¡Viva San Martín! ¡Viva la libertad! El
propio de Zenteno, atravesando la multitud como una saeta silenciosa, había depositado en
manos de Fontecilla los tres renglones que San Martín le había dictado.
Llegada de O'Higgins
En los momentos en que las últimas tropas realistas se replegaban a las casas de Lo Espejo,
llegaba O'Higgins al campo de batalla, seguido de unos mil milicianos de Santiago, Aconcagua y
Colchagua y de un crecido número de huasos, que no llevaban más armas que sus machetes y
sus lazos. Guiándose por la bandera tricolor que el cuartel general enarbolaba en alto, se reunió
con San Martín, y echándole al cuello su brazo izquierdo, le dijo con voz ahogada por la emoción:
"¡Gloria al salvador de Chile!" "General-le contestó San Martín - , Chile no olvidará jamás el
nombre del ilustre inválido que el día de hoy se presentó al campo de batalla en ese estado."
Entre tanto, el rechazo de todas las cargas patriotas había permitido a Ordóñez reconcentrar en
las casas de Lo Espejo las seis compañías de cazadores y granaderos que mandaba Primo de
Rivera, cuya moral era aún muy alta, a pesar de haber perdido más del tercio de sus efectivos y
los restos de los cuatro regimientos de infantería que se habían retirado del centro y del ala
derecha. En las casas de Lo Espejo estaban el parque y los bagajes realistas, que le permitían
disponer de abundantes municiones. A las 3 de la tarde tenía emplazados detrás del puente de
una acequia que cruzaba el callejón, los dos únicos cañones de que disponía. Se colocaron las
compañías de cazadores a ambos lados del callejón, coronando las alturas y parapetándose en
los tapiales yen los árboles. Los granaderos de infantería quedaron como reserva en una
plazoleta que había a retaguardia. El resto del ejército se posesionó de los patios y aposentos de
las casas. Evidentemente, las tropas patriotas habían mostrado cierta flojedad en las acometidas
contra el cuadro móvil, erizado de bayonetas, que retrocedió hasta las casas. Aun tomando en
cuenta esta circunstancia, es un justo título de orgullo para Ordóñez y sus tropas la admirable
disciplina y tenacidad que exteriorizaron en el retroceso y la rápida organización de la defensa en
las nuevas posiciones. No aspiraba a cambiar la suerte de la batalla, pero creía poder resistir toda
la tarde, causando al enemigo grandes bajas en los asaltos que intentaría contra las casas, y
retirarse en la noche con unos 1.500 infantes.
Las Heras fue el primer jefe divisionario que llegó al callejón de Lo Espejo. Dándose cuenta en el
acto de la situación, ordenó avanzar la artillería, y situarla en el extremo sur de la loma, para
quebrantar las posiciones enemigas antes de asaltarlas con la infantería. Entre tanto empezó a
colocar los batallones al abrigo de los accidentes del terreno, a ambos flancos del enemigo. En
estos momentos llegó al extremo norte del callejón el general Antonio González Balcarce, y
modificando la orden, mandó al Coquimbo avanzar en columna. Los realistas dejaron que el
cuerpo se acercase hasta medio tiro de pistola y rompieron sobre él el fuego de fusilería, al
mismo tiempo que los dos cañones, cargados a metralla, abrían verdaderas calles en las
columnas. La mitad del batallón quedó en el campo y el resto huyó saltando los tapiales, no sin
5. 25/10/2014 Legión de Los Andes - Batalla de Maipú
http://legionarios.webhispana.net/33%20Batallas%20y%20Combates/Abril/05%20Batalla%20de%20Maipu.htm 5/6
sufrir nuevas bajas.
En esos momentos llegaba San Martín al nuevo teatro de la batalla.
Dispuso que Blanco y Borgoño, con sus 17 cañones, batieran las fuerzas de Ordóñez hasta
desorganizarlas. El general realista intentó aprovechar el desconcierto patriota para retirarse,
siguiendo a Rodil, que se alejaba con los restos del Arequipa en formación, pero se dio cuenta de
que estaba rodeado, y siguió defendiéndose dentro de las casas de Lo Espejo y en la arboleda y
viña inmediata. La infantería patriota, enfurecida con el desastre del Coquimbo, cargó con ímpetu
irresistible. Se peleó en los corredores. en los patios y en los aposentos. Los patriotas ahora no
daban cuartel. y los realistas sabiéndolo, preferían morir matando. Al fin Las Heras logró
imponerse y detener la matanza. Los últimos restos del ejército, refugiados en el huerto y la viña.
se rindieron mientras los milicianos y huasos que llegaron con O'Higgins , que tenían sus caballos
de refresco, perseguían a los dispersos que huían al sur, capturándolos con sus lazos.
De los 4.500 realistas que entraron en batalla, quedaron en el campo 1.500 muertos; 2.289 fueron
hechos prisioneros, entre heridos y sanos, y unos 700 lograron retirarse en orden al mando de
Rodil. Pero pronto em.pezó la deserción. Este jefe llegó al Maule con sólo 200 soldados, ya
Concepción, con 90. Osorio tomó el camino de Lo Espejo y Bucalemu, y defendiéndose de las
partidas de montoneras y de huasos que lo acosaron hasta el Maule, llegó a este río, siempre por
el camino de la costa, el día 9. Desde allí, los campesinos, en vez de hostigarlo, le prestaron
ayuda. Se había alejado del campo de batalla a la cabeza de unos 250 jinetes, y el día 13 de abril
llegaba a Talcahuano con sus ayudantes y 15 a 20 ordenanzas.
Entre los prisioneros se contaba al general Ordóñez, los coroneles Beza, Morgado y Primo de
Rivera y los comandantes De la Torre, Morla, Rodríguez, Jiménez, Navia y Bayona.
El ejército patriota había triunfado, dejando sobre el campo ¡el 35 % de sus efectivos!,
distribuidos en 800 muertos y más de 1.000 heridos. Entre los primeros sólo se contaban el
coronel Bueras y tres oficiales. En cambio, hubo regimientos como el Coquimbo, en que
resultaron heridos casi la totalidad de los oficiales.
A las 9 de la noche, San Martín y O'Higgins entraban a Santiago en medio de las aclamaciones
delirantes de los pobladores. El camino entre el campo de batalla y la ciudad era una doble
romería formada por las interminables columnas de la gente que se dirigía desde la ciudad al
campo de batalla, a informarse de la suerte corrida por el deudo o el amigo. o simplemente, a
cerciorarse de -¡a victoria. a palparla materialmente y a comprobar su magnitud.
Apenas se alejaron las tropas, un grupo de huasos, que durante toda la tarde había estado
observando la batalla, fuera del alcance de las balas, se precipitó como bandada de aves
nocturnas de rapiña, y empezaron a despojar de sus ropas a los muertos y a los heridos y a robar
cuanto objeto representaba algún valor. " Vi - dice Haigh - a un individuo que huía con doce
fusiles atravesados sobre la cabeza de la montura."
A esa misma hora, en la capital, la caridad de la mujer chilena empezaba su obra admirable.
"Después de la batalla de Maipo - dice Miller - , señoras del rango más distinguido visitaron los
hospitales, como una cosa natural y obligatoria. Cada una tomó a su cuidado al número que sus
facultades le permitían; les administraban medicinas, les traían refrescos y confortativos que
ellas mismas preparaban en sus casas y todas procuraban endulzar sus padecimientos en tal
forma, que parecía que cada uno de los patriotas heridos era su verdadero hermano."
La batalla de Maipo afianzó los trascendentales resultados de la de Chacabuco. Desmoralizó a
los mandatarios y a los jefes realistas, desde Pezuela y los generales del Alto Perú, hasta Morillo
en Nueva Granada. Todos presintieron que la independencia era un hecho moralmente
consumado. Antes de poco se trabaría la lucha por e! dominio de! Pacífico, San Martín
desembarcaría en los alrededores de Lima con un ejército chileno-argentino y su presencia
provocaría la insurrección de Guayaquil, si el fulminante no estallaba con e! simple rastrillazo de
Maipo.
El 4 de marzo de 1818 e! virrey Pezuela decía a la junta de corporaciones: "Nuestros cálculos
ulteriores deben partir del segurísimo concepto de que los enemigos, siempre activos, atrevidos y
emprendedores, no desperdiciarán momento para poner en ejecución cualesquiera planes
6. 25/10/2014 Legión de Los Andes - Batalla de Maipú
http://legionarios.webhispana.net/33%20Batallas%20y%20Combates/Abril/05%20Batalla%20de%20Maipu.htm 6/6
agresivos, cuyo éxito favorable les facilitarán sus recientes ventajas. Estos planes no son otros
que de apresurarse a mandar expedición a estas dilatadas costas para introducir e! desorden y la
revolución en los pueblos y propagarla de unos en otros hasta lograr hacer sucumbir a esta
misma capital, objeto de sus perpetuas miras, por cuanto de su inagotable seno han salido desde
el principio de la revolución y para todos los puntos contaminados las disposiciones y medios
contra los cuales tantas veces han escollado sus obstinados esfuerzos. Me consta que tales han
sido sus aspiraciones en todos tiempos, y me hallo cerciorado que se agitan actualmente con el
más extraordinario empeño por realizar cuanto antes este su favorito proyecto. Para prometerse
un próspero suceso en sus tentativas, sé que cuentan con algunos adictos a sus ideas que
ocultos existen en los pueblos más fieles; y cuentan con mayor fundamento con la pronta
concurrencia de la numerosa esclavatura que hay aquí, deseosa de libertad, así como lo ha
practicado en Buenos Aires. Sé, también, que para realizar lo proyectado, ha comprado dos
navíos, que su intención era batir nuestra escuadra; y enseguida, hechos dueños de la mar
mandar con mayor desahogo sus expediciones de desembarco a los puntos de la costa.