1. 1.1.2. Funciones del lenguaje<br />1.1.3. La comunicación.<br />Román Jakobson propone seis funciones del lenguaje: emotiva, conativa o apelativa, fática, referencial, metalingüística y poética. Conozcamos algunas consideraciones al respecto para juzgar mejor el tema. <br />Si partimos del circuito del habla concebiremos mejor la circunstancia. En el circuito del habla podemos apreciar elementos como el emisor, receptor, código, mensaje, contexto. Esquematicemos:<br />Contexto<br />ReceptorMensajeEmisor<br />EmisorReceptorCanal<br />Código<br />Emisor: envía el mensaje.<br />Receptor: recibe el mensaje.<br />Mensaje: información transmitida.<br />Canal: vía por la cual se transmite el mensaje.<br />Código: arsenal de signos lingüísticos (entiéndase: lengua)<br />Contexto: conjunto de circunstancias no lingüísticas.<br />El proceso de comunicación se inicia cuando el emisor codifica el mensaje a través del código, lo envía mediante un canal (fónico o gráfico) al receptor, quien lo recibe y decodifica para a su vez reenviarlo. Cuando esto sucede, el receptor se convierte en emisor, dejando el papel de receptor a quien inició la comunicación como emisor.<br />Pasemos ahora a confrontar lo aprendido con las funciones del lenguaje. La primera función del lenguaje es la emotiva y ésta aparece cuando en el mensaje del emisor existen elementos emocionales que proyectan un estado anímico determinado hacia un receptor determinado. Por ejemplo; cuando Diana (emisor) le dice a Hénoc (receptor) “Te extrañé mucho ayer” o en el caso de Daniela (emisor) quien dice: “¡Me fastidias!” a Sebastián (receptor) En ambos casos se presenta, en el mensaje, una carga emocional.<br />La función conativa o apelativa aparece cuando el emisor quiere influir en el receptor para un cambio de actitud o de forma de pensar. Verbigracia:<br />Daliana: ¡Marilú, debes hacer la tarea en casa, no en el salón de clase!<br />(En un cartel) ¡Sea feliz, consuma productos naturistas!<br />Cuando el emisor establece, prolonga o interrumpe una comunicación aparece la función fática. <br /> <br />Analicemos:<br />Kenia: ¡Hola, Ana Lilia! (Establece la comunicación)<br />Ana Lilia: ¿Cómo estás? Hace tanto tiempo. (Prolonga la comunicación)<br />Respecto a la función referencial se afirma que aparece cuando el mensaje depende del referente (contexto no lingüístico de un acto de comunicación)2 donde se genera. Así cuando emisor y receptor inician un acto de comunicación el referente condiciona la comprensión de los mensajes emitidos y recibidos.<br />Tomemos como ejemplo un diálogo imaginario entre una mujer de origen cubano y un hombre argentino, aunque en apariencia comparten el mismo código no es así. Veamos:<br />Che: ¡Pero Chica, tenés más belleza que los ángeles!<br />Chica: ¿Eso cree?<br />Che: ¡Sí! Al grado que a vos le invitaré un “mate”<br />Chica: ¡Está loco!... ¿Por quién me ha toma’o? (indignada se retira)<br />¿Podríamos explicar la indignación de la mujer cubana? Claro que no, pues el referente de ambos es totalmente distinto, inclusive al nuestro. El término “mate”3 es una bebida típica de Argentina, mientras que entre los cubanos el término en cuestión es un modismo para indicar que dos personas se besan apasionadamente.<br />Contesta: ¿por qué se indigna la mujer cubana con el hombre argentino después de haber leído la explicación anterior?<br />_______________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________.<br />Ahora, avoquémonos al análisis de la función metalingüística. Esta función aparece cuando el mensaje está centrado en el código empleado entre emisor y receptor. <br />Si alguno de nosotros departiera con una persona, quien no haya concluido la primaria, y charlara sobre las funciones del lenguaje (¡vaya ironía!) La comunicación sería imposible porque el código empleado es totalmente distinto.<br />Por último tenemos la función poética, la cual aparece cuando le damos mayor importancia a la estructura del mensaje, es decir; cuando hacemos uso de figuras retóricas del pensamiento para construir el mensaje. Empero, no es exclusiva de la poesía esta función. Analicemos el siguiente ejemplo:<br />LOS AMOROSOS<br />Los amorosos callan. El amor es el silencio más fino, el más tembloroso, el más insoportable. Los amorosos buscan, los amorosos son los que abandonan, son los que cambian, los que olvidan. Su corazón les dice que nunca han de encontrar, no encuentran, buscan. <br />Los amorosos andan como locos porque están solos, solos, solos, entregándose, dándose a cada rato, llorando porque no salvan al amor. Les preocupa el amor. Los amorosos viven al día, no pueden hacer más, no saben. Siempre se están yendo, siempre, hacia alguna parte. Esperan, no esperan nada, pero esperan. Saben que nunca han de encontrar. El amor es la prórroga perpetua, siempre el paso siguiente, el otro, el otro. Los amorosos son los insaciables, los que siempre —¡qué bueno!— han de estar solos. <br />Los amorosos son la hidra del cuento. Tienen serpientes en lugar de brazos. Las venas del cuello se les hinchan también como serpientes para asfixiarlos. Los amorosos no pueden dormir porque si se duermen se los comen los gusanos. <br />En la obscuridad abren los ojos y les cae en ellos el espanto. <br />Encuentran alacranes bajo la sábana y su cama flota como sobre un lago. <br />Los amorosos son locos, sólo locos, sin Dios y sin diablo. <br />Los amorosos salen de sus cuevas temblorosos, hambrientos, a cazar fantasmas. Se ríen de las gentes que lo saben todo, de las que aman a perpetuidad, verídicamente, de las que creen en el amor como en una lámpara de inagotable aceite. <br />Los amorosos juegan a coger el agua, a tatuar el humo, a no irse. Juegan el largo, el triste juego del amor. Nadie ha de resignarse. Dicen que nadie ha de resignarse. Los amorosos se avergüenzan de toda conformación. <br />Vacíos, pero vacíos de una a otra costilla, la muerte les fermenta detrás de los ojos, y ellos caminan, lloran hasta la madrugada en que trenes y gallos se despiden dolorosamente. <br />Les llega a veces un olor a tierra recién nacida, a mujeres que duermen con la mano en el sexo, complacidas, a arroyos de agua tierna y a cocinas. <br />Los amorosos se ponen a cantar entre labios una canción no aprendida. Y se van llorando, llorando la hermosa vida.<br />Jaime Sabines<br />http://www.poesi.as/js50040.htm<br />Links:<br />General:<br />http://www.youtube.com/watch?v=6kLYL9E-FCU&feature=related<br />Función emotiva:<br />http://www.youtube.com/watch?v=ow61O1-x4BM&feature=fvst<br />http://www.youtube.com/watch?v=IW1Ws1rlIS8&feature=fvwrel<br />Función connativa:<br />http://www.youtube.com/watch?v=BPcQGTngplg&feature=related<br />