MAYO 1 PROYECTO día de la madre el amor más grande
Clase 105 1
1. Al final del capítulo 2 vimos cómo la vida de los apóstoles cambió luego de recibir el bautismo del
Espíritu. Comenzaron a vivir como Jesús, siguiendo su ejemplo en palabra y obra. Por
consiguiente, comenzaron a verse señales y prodigios…
i. A la hora novena
En el primer versículo se hace referencia a “la hora de la oración”, que fue el momento en que
ocurrió el milagro… ¿Cuál es esta “hora de la oración”? El texto dice que era la “hora novena”, la
cual es una medida de tiempo romana, que hoy equivale a las 3 de la tarde. Los romanos
comenzaban a contar el día a partir del amanecer, aproximadamente las 6 am; la hora novena, por
lo tanto, equivale hoy a las 3 pm.
¿Qué oración se hacía a esa hora? Es la oración que está relacionada con el Sacrificio Continuo,
que en hebreo se conoce como “Korban Tamid”. Se le llama “continuo” porque se ofrecía todos los
días. En el libro de Números encontramos las instrucciones que Dios le dio a su pueblo referente a
esta ofrenda diaria:
(Números 28:1-8)
Cada día se debían ofrecer dos “sacrificios continuos”: uno a las 9 am, y el otro a las 3 pm. Ambos
sacrificios debían ser corderos. No es casualidad que Jesús, el Cordero de Dios, fue clavado en la
cruz a las 9 am, y expiró entregando su vida exactamente a las 3 pm.
Los sacrificios en el Templo los llevaban a cabo los sacerdotes, pero el pueblo estaba invitado a
participar en oración en el atrio del Templo. Pedro y Juan fueron a la entrada del Templo en esa
hora, porque sabían que el Señor había hecho esa cita divina con su pueblo, tal como está señalado
en Éxodo:
(Éxodo 29:42)
El milagro del cojo sucedió en esa hora de la ofrenda de la tarde, y más adelante en Hechos (cap.
10) volveremos a ver una referencia de esta hora. [Hay mucho más que hablar de esto, pero no es el
tema de este estudio; pero para quienes les interese profundizar más, les recomiendo leer las
siguientes referencias bíblicas: Exo. 29:38-42; Salmo 141:1-2; Daniel 9:21; Esdras 9:4-5; 1 Reyes
18:36].
ii. Cojo de nacimiento
Volviendo a la historia, vemos que Pedro y Juan fueron a orar al Templo, y en la entrada se
encontraron con un hombre necesitado…
(Hechos 3:2)
Ese hombre nació impedido y nunca pudo caminar. Por lo tanto, no podía valerse de sí mismo; él
dependía de que otros lo llevaran de un lado para otro. Tampoco podía trabajar, por lo que se veía
obligado a pedir limosna para sobrevivir.
Sin embargo, vemos que gente lo ayudaba, ya sea dándole dinero o ayudándolo a transportarlo. Por
el gran tránsito de gente en el Templo, ese era un buen lugar para pedir limosna.
(Hechos 3:3)
Cuando Pedro y Juan pasaron a su lado, él les pidió dinero…y no se le ocurrió más. Así nos pasa a
nosotros: nos concentramos en nuestras necesidades básicas e inmediatas, y no pensamos en pedir
algo más sustancial y duradero. Parafraseando el refrán popular: Pedimos un pescado, en lugar de
pedir que se nos enseña a pescar. Al cojo no se le ocurrió que pudiera haber algo más, pero Pedro
vio más allá. El texto dice que él “fijó su vista en él”…
(Hechos 3:4-5
Al verlo a los ojos, Pedro supo que el Señor lo quería ayudar de una mejor manera…
2. Pedro le dio el regalo que Dios le quería dar a ese hombre: la sanidad, la restauración de su
cuerpo...y la salvación.
¿Cuántas veces no le pedimos a Dios que nos “solucione un problemita”, cuando lo que en realidad
El quiere es sanar nuestro corazón y transformar nuestra vida? Cuando Dios interviene, no lo hace
de una manera superficial sino que llega a hacer una transformación profunda en nosotros Este
milagro de sanidad no sólo benefició al hombre que había nacido cojo, sino que sirvió de testimonio
a muchos…
TESTIMONIO DE JESÚS
De nuevo, Pedro aprovechó el momento para dar testimonio de Jesús…
(Hechos 3:12)
Pedro fue claro en darle la gloria a Dios por el milagro que se dio. Así como Jesús había hecho
milagros en medio de ellos, ahora sus seguidores lo hacían, pero no por “poder propio”, sino en el
Nombre de Jesús.
(Hechos 3:16
Estos versículos están cargados de revelación, pues no sólo hablan de lo que Jesús hizo en el
pasado, sino también lo que hará en el futuro, y lo que Dios espera de su pueblo en medio de esto…
a. Lo que Dios espera de Su pueblo es que se arrepientan y se conviertan. Esto implica que
reconozcan su pecado y que tomen la determinación de cambiar.
b. La conversión abrirá la puerta a “tiempos de refrigerio”.
La palabra “tiempos” en griego es "Kairos", que se refiere a: ocasiones, oportunidades, épocas,
temporadas. Son tiempos de Dios para traer “refrigerio”…
La palabra “refrigerio” en griego es "Anapsuksis", que literalmente significa: recobrar el aliento, o
revivir. Es un avivamiento.
Dios no sólo quiere salvarnos, sino avivarnos. Esto será la obra del Espíritu Santo hasta que Jesús
regrese.
c. Mientras todo esto está pasando en la Tierra, Jesús está en el Cielo y allí se quedará hasta que
llegue el “tiempo de la restauración de todas las cosas”.
Aquí la palabra “tiempo” es diferente a la anterior, pues en griego se usa “Kronos”: que se refiere
literalmente a un espacio de tiempo, un período, una ocasión determinada.
La palabra “restauración” se traduce del griego “Apokatastasis”, que también significa: restituir,
restablecer, reconstituir
En ese día determinado, el Día del Señor, Jesús va a restaurar todas las cosas. Todo lo que se
arruinó desde la Caída del Hombre con Adán, será restaurado y hecho como nuevo.
Cuando Pedro y los apóstoles daban su testimonio, muchos creyeron…pero no todos. En el próximo
capítulo veremos cuál fue la reacción de los religiosos…