1. BULIMIA
La bulimia es el trastorno alimentario más frecuente en adultos, y afecta ya a más
del 2% de las adolescentes entre 14 y 18 años. Conoce cómo prevenirla y evitar
sus graves consecuencias sobre la salud.
¿QUÉ ES LA BULIMIA?
La bulimia nerviosa es un trastorno de la conducta alimentaria que consiste en una
falta de control sobre la comida, con una ingesta de grandes cantidades de
alimentos en un corto periodo de tiempo, acompañada por conductas
compensatorias como consumo excesivo de laxantes o vómitos auto inducidos. El
enfermo mantiene estas conductas en secreto, por lo que a veces es difícil que las
personas de su entorno detecten el problema.
La bulimia, junto con la anorexia nerviosa, constituyen los trastornos de la
conducta alimentaria (TCA) de más rápido crecimiento en la población joven,
caracterizados por un conjunto de comportamientos dirigidos a conseguir o
mantener lo que el paciente considera como peso aceptable, siguiendo unas
dietas totalmente irracionales y con un angustioso miedo a engordar.
Se presenta en el 90% de los casos en mujeres; también pueden sufrirla hombres,
aunque su proporción es cerca de diez veces menor. Es frecuente en
adolescentes y en el inicio de la edad adulta.
CAUSAS DE LA BULIMIA
-No se ha conseguido encontrar una causa orgánica que origine este trastorno de
la conducta alimentaria (TCA), pero se cree que existen varios factores
secuenciales que pueden desencadenar la bulimia nerviosa. Una baja autoestima
puede conducir a una excesiva preocupación por el aspecto físico, lo que lleva a
realizar dietas restrictivas, que no siempre producen los resultados deseados,
alternadas con episodios de consumo incontrolado de comida, que provocan un
desequilibrio metabólico. El paciente tiene sentimientos de culpabilidad a
consecuencia del atracón, y su preocupación por engordar genera otras conductas
como el vómito auto inducido y el abuso de laxantes.
-El enfermo puede sentirse también presionado por los patrones de belleza
considerados lideales por la sociedad, y por la necesidad de ser delgado y
atractivo para sentirse aceptado. Experiencias de rechazo social o un fracaso
sentimental pueden hacerle creer que perder peso es un requisito indispensable
para tener éxito.
2. -Otra causa, presente también en el trastorno de anorexia, es una falsa percepción
de la imagen corporal: el enfermo se ve gordo aunque su peso sea normal para su
edad y constitución.
SÍNTOMAS DE LA BULIMIA
El paciente con bulimia oculta sus atracones y vómitos, y a diferencia del
anoréxico su peso no suele oscilar demasiado, por lo que es difícil que las
personas de su entorno se den cuenta de su problema. Hay, no obstante, ciertos
signos que pueden alertar de la presencia de la enfermedad:
SÍNTOMAS DE LA PERSONA CON BULIMIA
-La persona con bulimia tiene una preocupación continua por la comida, y siente
deseos incontrolables de comer, especialmente alimentos con alto valor calórico
(hidratos de carbono, dulces...). Consume grandes cantidades de comida en
cortos periodos de tiempo (cada dos horas o incluso menos).
-Para contrarrestar el aumento de peso, el paciente puede provocarse vómitos,
abusar de laxantes, consumir fármacos que reducen el apetito o diuréticos. Hay,
pues, que sospechar, cuando una persona se encierra en el baño nada más
terminar de comer.
-De la misma forma, otros síntomas de bulimia pueden ser ayunar durante largos
periodos de tiempo, seguir dietas muy restrictivas y realizar ejercicio intenso.
-El sujeto manifiesta un fuerte miedo a engordar, fijándose como meta un peso
inferior a su peso óptimo.
-La bulimia generalmente se presenta en pacientes con antecedentes previos de
anorexia nerviosa, y con un intervalo entre ambos trastornos de varios meses o
años.
-Los pacientes con bulimia manifiestan apatía, fatiga, irritabilidad y cambios en el
ritmo del sueño, lo que genera una pérdida del rendimiento laboral o escolar, y el
abandono del cuidado personal.
-Otros síntomas que se pueden apreciar en un reconocimiento médico son: una
ligera distensión abdominal con presencia de estreñimiento, hipertrofia de las
glándulas parótidas, pérdida del esmalte dental, lesiones en la garganta,
desequilibrio de electrolitos, edemas en extremidades y abrasiones en el dorso de
las manos; todo esto debido a la inducción al vómito. El uso de laxantes y
diuréticos también produce desequilibrio de los fluidos y electrolitos.
3. -En los bulímicos se presentan, además, alteraciones endocrinas; en las mujeres
es frecuente la aparición de irregularidades en el ciclo menstrual o amenorrea.
COMPLICACIONES DE LA BULIMIA
Los comportamientos de los bulímicos suelen tener poca incidencia sobre el peso
de los afectados. Sin embargo, la alternancia de atracones y vómitos, junto al
abuso de laxantes, provoca otros efectos perjudiciales sobre la salud:
-Deshidratación y desequilibrio electrolítico.
-Trastornos gastrointestinales, que pueden derivar en colon irritable, reflujo
gastroesofágico, hernia de hiato, pancreatitis, rotura esofágica...
-Lesiones en la garganta y el esófago.
-Deterioro del esmalte dental.
-Ansiedad y depresión.
-Alteraciones en el metabolismo (disminución de los niveles de glucosa, cloro,
calcio y potasio en la sangre).
-Trastornos cardíacos (arritmia, hipotensión, prolapso de la válvula mitral).
-Descalcificación y osteoporosis.
-Irregularidades menstruales.
-Pérdida de la libido y desinterés por las relaciones sociales.
-Riesgo elevado de suicidio.
FACTORES DE RIESGO DE LA BULIMIA
La bulimia nerviosa constituye un grave problema de salud pública, porque afecta
a más del 2% de las adolescentes de entre 14 y 18 años, y a los varones en una
proporción cerca de diez veces menor, y varios estudios indican que la
enfermedad sigue incrementándose en la actualidad. Se suele infravalorar el
problema, ya que los pacientes tienden a ocultar los síntomas y a no buscar
ayuda, por lo que muchos enfermos no han sido diagnosticados.
Entre los factores de riesgo para desarrollar la bulimia destacan:
4. -Hacer dieta. En algunos casos, al dejar de ingerir carbohidratos, la persona se
priva de un importante supresor del apetito, lo que hace que sienta un deseo
incontrolable de comer. Además, las dietas estrictas pueden afectar a ciertos
neurotransmisores cerebrales como la serotonina, lo cual predispone a la bulimia.
-La influencia social. El cine, la televisión, la publicidad, la moda... transmiten
constantemente mensajes que indican que es necesario estar delgado para ser
feliz y tener éxito. Para conseguir ser aceptados socialmente, cada vez más
jóvenes tratan de modificar su apariencia física, utilizando métodos que ponen en
peligro su salud.
-La incorporación de la mujer al mundo laboral supone un cambio en los hábitos
alimenticios de las familias, al faltar una persona que establezca los horarios de
las comidas y vigile su cumplimiento. De esta forma, los adolescentes están
menos controlados y comen, o dejan de comer, sin el conocimiento de sus padres.
-En las personas más vulnerables, problemas emocionales como el divorcio de los
padres, el fallecimiento de un ser querido, la sobreprotección familiar, o
antecedentes de depresión y otros trastornos mentales en la familia, pueden ser
factores desencadenantes de un desorden alimentario.
-Por otro lado, una excesiva preocupación por la figura y el peso puede ser un
desencadenante de bulimia, así como la baja autoestima y el perfeccionismo.
PREVENCIÓN DE LA BULIMIA
Hablamos de un peligroso trastorno de la conducta alimentaria, que tanto jóvenes
como adultos deberían evitar. Estos consejos deberían ser tomados en cuenta por
todo aquel que quiera prevenir la bulimia:
-Descubre qué te gusta de tu cuerpo, recuérdalo, y potencia ese atractivo con la
ropa que mejor se adapte a tu físico. También puedes disimular los aspectos
negativos. Es normal que ciertas partes del cuerpo no te agraden, y querer
mejorar o esconder esos defectos no es malo, siempre que no se convierta en una
obsesión.
-No te compares con los demás. El físico es, sobre todo, cuestión de genes, y
aunque se puede mejorar practicando deporte y con una dieta equilibrada, la
estructura ósea y la estatura no se pueden modificar. Aprende a sentirte cómodo
con tu físico porque esa seguridad se transmite y resultarás más atractivo.
-Conoce y valora tus cualidades, y muéstralas cuando conozcas gente nueva.
Cuando alguien es simpático, ingenioso, amable, dice cosas interesantes y sabe
escuchar, el físico queda en un segundo plano.
5. -No critiques la apariencia de los demás. Valóralos por sus cualidades y su
carácter, al margen de su belleza.
-Si te sientes mal con tu cuerpo, no comiences una dieta por tu cuenta sin
consultar primero con un profesional. No te aísles, habla con tu familia y amigos.
Siempre hay alternativas para mejorar sin necesidad de caer en hábitos
perjudiciales para tu salud, que son un problema grave y no una solución.