1. NUEVAMENTE LA CASA DE BORBÓN
Profesor Oscar Romero Maira
Hoy en día España promueve la búsqueda de “sefarditas” esparcidos en el
mundo.
Recuerden que aquellos son los judíos expulsados de España y
Portugal y se refugiaron en el norte de África, Europa y posteriormente en
América del Sur. Su expulsión ocurrió entre los años 1492 y 1497. Muchos de
ellos se cambiaron el apellido original por apellidos de plantas, oficios, colores,
metales preciosos, cosas o bien absolutamente católicos. Ellos aportaron ¡más
de 10.000 apellidos españoles a la lista de los ya existentes!
Curiosamente los que ahora promueven esta búsqueda de judíos son los de la
Casa de Borbón, ¡la misma Casa que persiguió a los creyentes llamados
Hugonotes para posteriormente asesinarlos!
Algo de historia a continuación para recordar:
La Noche de San Bartolomé
“Las Guerras de Religión Francesas, fueron enfrentamientos políticos y sociales que
tuvieron lugar en Francia, desde 1559 hasta 1598, provocados por la debilidad de la
dinastía Valois ante el conflicto religioso y la rivalidad aristocrática, durante los cuales
tuvo lugar el acceso de la Casa de Borbón al trono francés.
EL ORIGEN DEL CONFLICTO
A pesar de la constante persecución, el calvinismo tuvo un fuerte impacto en las
ciudades, las universidades y la nobleza de la Francia de principios del siglo XVI. La
evangelización protestante era coordinada por un grupo de predicadores procedentes
2. de Ginebra, enviados por Juan Calvino.
El rey Enrique II prohibió el protestantismo, pero su repentina muerte (en junio de ese
año) fue interpretada por los reformadores como una señal del favor divino, y el
número de conversiones se multiplicó. El trono pasó al hijo de 15 años de Enrique,
Francisco II, que estaba manipulado por la católica familia de Guisa, especialmente
por Francisco de Guisa y el cardenal de Lorena, quienes decidieron continuar con la
campaña de persecución protestante iniciada por Enrique II, pero no pudieron evitar
una intriga para secuestrar al Rey, la denominada conjuración de Amboise,
preparada por la nobleza en marzo de 1560, que acabó en fracaso. A partir de
entonces, los nobles protestantes, responsables de la misma, fueron llamados
hugonotes.
Después de la muerte de Francisco I y de su inteligente hermana, los reyes de
Francia trataron de restaurar el catolicismo romano. Entre tanto el grupo minoritario
protestante -los hugonotes- se había convertido en partido político. Pronto los
hugonotes contaron con algunos nobles destacados: Enrique de Navarra, Antonio de
Borbón, el almirante Coligny y Luis de Condé, el mejor general de Francia en ese
tiempo. En 1562 estalló en Francia una guerra civil religiosa intermitente.
Se debió a causas políticas y religiosas, y duró hasta 1594. El acontecimiento más
destacado de ella fue la sangrienta matanza de San Bartolomé en agosto de 1572.
Cuando los dirigentes de los hugonotes vinieron a París para asistir al matrimonio de
su rey Enrique de Navarra, miles de ellos fueron asesinados junto con muchos
millares de otros hugonotes. Este triste día se conoce como: La Noche de San
Bartolomé
3. Al hugonote Enrique, rey de Navarra y nieto de Margarita, se le ofreció la corona de
Francia con la condición de que abjurara del protestantismo. Lo hizo por motivos
políticos; pero durante su reinado (1589-1610), favoreció a los hugonotes
nombrándolos como ministros y mensajeros.
En 1598 promulgó el edicto de Nantes, que con sobrada ventaja fue el decreto más
liberal concedido hasta ese entonces en la Europa occidental. En él se declaraba que
la religión católica era la religión nacional, pero concedía un notable grado de libertad
a los hugonotes. No se los perseguiría más debido a la religión, pero no se permitiría
la celebración de servicios religiosos de los reformadores en París o dentro de un
radio de 35 km.
El decreto asignaba ciudades de refugio para los hugonotes, a quienes también se
les daba el derecho de desempeñar cargos públicos. Enrique IV acababa de trazar
con su ministro Sully un plan de paz y comprensión general, al que se denominaba el
"gran proyecto", cuando fue asesinado por Ravaillac, un monje fanático, en 1610. El
edicto de Nantes fue parcialmente abrogado por el cardenal Richelieu en 1628 y
completamente revocado por Luis XIV en 1685.
La paz de Saint-Germain (1570) permitió una tregua, y que el almirante Coligny,
hugonote, reforzase su influencia sobre Carlos IX. Catalina de Mediéis vio en peligro
el inestable equilibrio entre católicos y protestantes, e instigó la matanza de la Noche
de San Bartolomé (1572), en la que, en todo el país, fueron asesinados miles de
hugonotes. Las nuevas luchas llevaron a Enrique III a hacer concesiones a los
hugonotes en el edicto de Beaulieu, al tiempo que el protestante Enrique de Navarra
era proclamado heredero al trono”.
4. ¿Qué une la búsqueda de los descendientes sefarditas con la matanza de los
Hugonotes por la Casa de Borbón?
A mi modo de ver, la religión es el factor común nuevamente.
En los hugonotes el fanatismo católico de ese entonces promovió una especie
de “Jihad” o “Guerra Santa” contra los protestantes.
Y hoy en la búsqueda y constatación de los descendientes judíos en América,
por parte de la Casa de Borbón, el antisemitismo será la motivación fanática. A
los Borbones se les ha identificados como Iluminatis e incluso a uno de ellos
como el posible AntiCristo, y simplemente con esta pretendida identificación de
la “nueva sangre judía”, a modo de una “guerra santa”, saber donde están, para
luego perseguirlos y posteriormente aniquilarlos.
No obstante, los descendientes sefarditas creyentes en Jesús, no deben
preocuparse, pues en los tiempos del gobierno del AntiCristo se encontrarán
junto a su Amado Hijo Jesús en los cielos, ya que habrán “sido arrebatados”
como todos los demás hijos de Dios.
Sabemos que el AntiCristo perseguirá a los judíos, bueno, ¡aquí hay una buena
medida política para tenerlos a todos ellos!
“Oremos por Israel”