Las agujas de oso son una opción poco práctica para coser, ya que son gruesas y torpes. Aunque su tamaño las hace resistentes, su punta ancha y redondeada las hace difíciles de pasar a través de la tela sin desgarrarla. En general, las agujas diseñadas específicamente para coser como las de acero inoxidable o aluminio son una mejor opción para la mayoría de los proyectos de costura debido a su delicadeza y facilidad de uso.