2. La sola vista de los
enfermos bastaba para
enternecer y derretir su
corazón y para hacerle
olvidar completamente
todas las delicias,
deleites y afectos
mundanos
3. DECÁLOGO DEL ENFERMO- SAN CAMILO DE LELIS
«Honra la dignidad y sacralidad de
mi persona, imagen de Cristo, por
encima de mi fragilidad y
limitaciones.»
4. Cuando servía a algún enfermo, lo hacía
con un amor y compasión tan grandes que
parecía como si en ello tuviera que agotar y
consumir todas sus fuerzas.
5. Cuídame como tú quisieras ser
atendido, o como lo harías con la
persona más querida que tengas en el
mundo
6. Descubría en ellos la
persona de Cristo con
una viveza tal, que
muchas veces, mientras
les daba de comer, se
imaginaba que eran el
mismo Cristo en
persona y les pedía su
gracia y el perdón de
los pecados.
7. Comparte mis angustias y sufrimientos:
aunque no puedas quitarme el dolor,
acompáñame. Me hace falta tu gesto
humano y gratuito que me hace sentir
alguien y no algo, o un caso interesante.
8. La caridad de Camilo era tan grande y tan amplia que
tenían cabida en sus entrañas de piedad y
benevolencia no sólo los enfermos y moribundos, sino
toda clase de pobres y desventurados. Finalmente, era
tan grande la piedad de su corazón para con los
necesitados, que solía decir: "Si no se hallaran pobres
en el mundo, habría que dedicarse a buscarlos y
sacarlos de bajo tierra, para ayudarlos y practicar con
ellos la misericordia."