La oración de santa Luisa de Marillac por el P. Corpus Juan Delgado CM
El libre examen y su armonía con las escrituras
1. El libre examen de la Biblia y su armonía
Autor: Paulo Arieu
“Y creed que la paciencia del Señor es para nuestra
salud, según que nuestro amado hermano Pablo os
escribió conforme a la sabiduría que a él le fue
concedida. Es lo mismo que hablando de esto enseña en
todas sus epístolas, en las cuales hay algunos puntos de
difícil inteligencia, que hombres indoctos e inconstantes
pervierten, no menos que las demás Escrituras, para su propia perdición.” (2ª Pedro 3:15-
16)
“Pero El, conociendo su pensamiento, les dijo: Todo reino dividido contra si mismo será
devastado, y caerá casa sobre casa.” (Lucas 11:17)
Este concepto (El libre examen), es al día de hoy, parte fundamental de la declaracion de fe de
iglesias evangélicas como los bautistas, por ejemplo
“Según la definición dada en el Congreso Mundial de Fundamentalistas de principios de 1920,
un fundamentalista es un creyente “nacido de nuevo” en el Señor Jesucristo que considera la
Biblia como la Única Inerrante, Infalible y Verbalmente inspirada Palabra de Dios.”[0]
“El lema “Sola Scriptura” es quizás, junto con el “Sola Fide”, una de las bases principales sobre
la que pretende fundarse la Reforma protestante tanto en el siglo XVI, cuando nació, como a
principios de este siglo XXI. La definición de dicho lema sería la siguiente: solamente la Palabra
2. de Dios escrita es la autoridad final en materia de fe, doctrina y moral. Únase a eso la aceptación
de la teoría del libre examen, por la cual, se cree que cualquier creyente puede y debe interpretar
la Biblia por sí mismo, sin más ayuda que la del Espíritu Santo. De semejante combinación,
según el ideal protestante, debería de nacer el fruto de la vuelta a los orígenes del
cristianismo.” [1]
El libre examen de las escrituras surge como reacción lógica y esperada contra la rigidez
dogmática de la Iglesia Católica Romana, por parte de los reformadores del siglo XVI. En la
interpetación de la escritura la autoridad final no es la Iglesia, sino la propia escritura, “la
escritura” sagrada es intérprete a si misma. Esto da a entender que ningún pasaje bíblico ha de
estar sometido a la servidumbre de la tradición o ser interpetrado aisladamente de modo que
contradiga lo enseñado por el conjunto de la Escritura. Lo que Dios ha querido comunicar a la
humanidad, todo lo que es necesario para el ser humano en materia de fe y doctrina, lo ha hecho
a través de la Biblia. Nada ni nadie tiene más autoridad que la Santa Biblia, que es la única regla
infalible de fe y práctica. No hay nuevas revelaciones ni habrá.
Un teólogo católico escribió acerca de la célebre cuestión del libre examen de la Escritura.
“Frente a la doctrina católica según la cual todo cristiano al leer las Sagrada Escritura debe
aceptar el juicio de la Iglesia, único intérprete auténtico de la Escritura, el protestantismo
sostiene que cada miembro de la Iglesia tiene facultad para examinar la Biblia sin atender a la
Tradición ni a la Iglesia, creen que el Espíritu Santo les ilumina la inteligencia al leer la Escritura
Sagrada. Es la idea de Lutero y Calvino según la cual el Espíritu Santo iluminaba a cada fiel; en
el protestantismo ilustrado y liberal del s. XVIII y siguientes se pone el acento en el recurso a los
medios de investigación científica.” [2]
3. Y tambien el Concilio Vaticano II dice: “El oficio de interpretar auténticamente la palabra de
Dios escrita o transmitida ha sido confiado únicamente al Magisterio vivo de la Iglesia”.[3]
De un foro evangélico, rescato la siguiente reflexión como importante y clara refutación de lo
dicho por este teólogo católico y también lo definido en el Concilio Vaticano II:
“El principio de “libre exámen” afirma que toda persona, sea quien sea, debe y puede leer
las Escrituras, pues estas no son propiedad exclusiva de una élíte de hombres autodesignados sus
salvaguardianes, sino que es un regalo de Dios a la humanidad perdida, por medio de la cual
puede llegar a creer (Romanos 10:17). Eso es todo lo que el principio dice y lo que los
reformadores defendieron. Simple, claro, entendible y para nada peligroso.
Ahora, pasando al tema de la interpretación, si bien las Escrituras pueden y deben ser leídas por
toda persona, el ejercicio de esto conlleva la responsabilidad frente a Dios de entender
correctamente el mensaje y obedecerlo, haciendo uso de los medios necesarios para tal fin (2
Timoteo 2:15; 2 Pedro 1:19). Siendo esto así, entonces tenemos dos opciones: la buena
interpretación o la mala interpretación. La verdad tiene un fundamento racional originado en
las Escrituras, por lo tanto, toda supuesta interpretación (sea buena o mala) puede y debe ser
sometida a juicio(1 Corintios 14:29; 1 Juan 4:1) a la luz de la razón (2 Corintios 2:12-16) y
las Escrituras (Efesios 6:17), la primera alimentada con la segunda (Colosenses 3:16).
El asunto es el siguiente: En ningún lugar de las Escrituras se condena la interpretación en sí
misma, sino la mala interpretación…
Por lo tanto, reformulando el principio como debe ser correctamente entendido, ‘puedes leer el
Libro, más debes saber que eres responsable frente a Dios en cuanto a como lo interpretas, por lo
4. tanto “procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué
avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad“‘.” [4]
Conclución:
Este “libre examen” no es la facultad de interpretar la escritura como al lector le plazca o
convenga. Ni tampoco debemos despreciar la sabidrua de los grandes hombres de Dios de la
historia de la Cristiandad. Pero no podemos dejar la interpretación de las escrituras esclavas a la
iglesia, ya que la iglesia a lo largo de la historia, ha pasado por épocas de apostasía. Además,
ninguna iglesia es infalible. Las Escrituras no condenan la interpretación en sí misma ni la
restringe a ciertos individuos exclusivos que la monopolizan incuestionablemente. Y como
escribio el teologo Berkhof
"Los reformadores creían firmemente que la Biblia era la Palabra inspirada de Dios. Pero, por
más estricto que fuera su concepto de inspiración, la concibieron más bien en un sentido
orgánico que mecánico. Y hasta mostraron en ciertos casos una notable libertad en el manejo de
la Escritura. Pero al mismo tiempo consideraron la Biblia como la más alta autoridad y como la
corte suprema de apelación en todas las disputas teológicas. En contra de la infalibilidad de la
Iglesia, pusieron la infalibilidad de la Palabra. Su posición se hace evidente por la afirmación de
que la Iglesia no determina lo que la Escritura enseña, sino que la Escritura determina lo que la
Iglesia debe enseñar" [5]
Notas:
5. [0] Iglesias bautistas, wikipedia
[1]http://blogs.periodistadigital.com/coradcorloquitur.php/2006/10/16/p50349
[2] http://rsanzcarrera2.wordpress.com/2007/08/20/la-biblia-y-los-no-catolicos/
[3]http://www.legiondemaria.org/el_libre_examen_o_intepretacion_de_la_biblia.htm
[4] Según los romanistas hay que dejar de leer la Biblia!,http://www.iglesia.net/
[5] Principios de INTERPRETACIÓN BÍBLICA L. Berkhof, 2005,Pag. 10
Fuente:
Jose M.Martinez, Hermenéutica Bíblica, Edit. Clie