1. RUTA PLENARIA DE LA PEÑA LA PARADA CARTOGRAFICA
ALANIS 21/01/06
Siguiendo la nueva normativa de la Peña de salir por lo menos una vez
al mes para hacer una ruta en condiciones y convocados por “el Chicla”,
quedamos citados a las nueve de la mañana en la Venta del Arco;
puntualmente allí estuvimos, José Luis, Antonio Mejías, Antonio Ortega,
José María, Marcos y yo.
José Luis se fue en el coche con los de la Motilla para poner a punto
el GPS bajo los expertos consejos del Chicla, Marcos y yo en su coche.
Paramos en El Pedroso para tomar un café y desayunar los que no lo
habían hecho, siguiendo a continuación para dejar los coches pasado Cazalla
por la carretera de Alanís en el cruce con el magnifico camino que llaman la
Vereda.
Tras los preparativos pertinentes, como novedad la colocación y
puesta en funcionamiento del GPS y con un tiempo magnífico nos pusimos en
camino por la carretera hacia Alanís, en estos primeros compases la
conversación giro en torno a las altas tecnologías de audio y video que se
están manejando en el grupo y el GPS que iba captando perfectamente la
señal, hasta que a los tres o cuatro kilómetros aparece un vertedero más o
menos clausurado que nos sirve de referencia para coger la Cañada Real de
Esteban Nuñez o de las Merinas.
Al principio está un poco inmundo, porque siguen tirando cosas, pero
una vez que se traspasa la primera cerca nos adentramos en un bonito
paisaje de olivos y de alcornoques que nos conduce a un pequeño arroyo
donde estaba abrevando un rebaño de cabras blancas cuyos machos tenían
unas luengas barbas y unos inmensos cuernos abiertos, como puñales, a
ambos lados de la cabeza, que llevaban con mucha dignidad, sabedores de
quienes eran los que mandaban.
Superado el pequeño repecho del río llegamos a una planicie con
pequeñas fincas de labores agrícolas, pero en los cerros cercanos los
disparos de los cazadores no dejaron de inquietarnos porque estaban muy
cerca. Llegamos a la fuente que cuando descubrimos este camino manaba
abundantemente pero ahora no caía ni gota, en la parte más baja si corría
2. algo pero no nos atrevimos a coger, era mejor llegar a Alanís y llenar allí los
botes.
Poco después salimos a la carretera que une Guadalcanal con Alanís y
fuimos por ella camino de Alanís que se nos presentó majestuoso tras una
curva de la carretera, con todo el pueblo extendido en la ladera de una
colina y el castillo en lo más alto; entrando en el pueblo vimos una fuente
pero había que atravesar la carretera y la rechazamos porque estábamos
llegando a la magnifica fuente que está en la plaza del pueblo con sus dos
copiosos chorros, pero cual no sería nuestra sorpresa cuando llegamos a la
tan anhelada fuente y nos la encontramos vacía, ni gota de agua, los botes
hubo que llenarlos en los bares próximos, donde nos dijeron que estaban
guardando el agua en previsión a la necesidad que de ella van a tener en
verano, de todas formas la cosa no debe de ser tan clara pues estaba todo
el pueblo lleno de pintadas pidiendo un referéndum sobre el agua.
Una vez llenos los botes subimos por la primera calle a la derecha
hacia el castillo, llegamos a la cima y cogimos la desviación que llevaba al
castillo, hasta arriba; estuvimos paseando por el pasillo de ronda, la torre
del homenaje y contemplando las magnificas vistas que desde allí se
observa, un poco contaminada por la fábrica de extracción de aceite de
orujo que hay en las proximidades y que producían unas compactas columnas
de humos por sus chimeneas. A los pies de la muralla, muy bien conservadas
por cierto, hay un panel de azulejos donde se explica la historia del castillo
y en cuyo texto el Meji descubrió nueve faltas de ortografía. En el patio de
armas nos comimos unas naranjas que llevaba el Barbas y mantuvimos una
conversación que abarcó desde las causas de paralización de las obras de
construcción de lo que parecía un albergue rural que se estaban realizando
en el interior del castillo hasta la forma más barata de que el Barbas se
construyera su futura mansión, pasando por el aumento del grado de
humedad de los restos de aceituna que se utilizan para extraer el aceite de
orujo que provocó el revuelo de hace unos años sobre este aceite.
Después de todo esto bajamos para coger el camino del que nos
habíamos desviado para subir al castillo y que nos llevaría a la carretera de
San Nicolás del Puerto, al principio el camino discurría sobre una roca por lo
que fuimos rebotando y en uno de los saltos Marcos dejó uno de sus botes
que yo al darme cuenta recogí, luego el camino se niveló y fue el momento en
el que la cadena del Meji, que ya venía fallando desde el principio de la ruta,
aprovechó para romperse por lo que se impuso una parada, la reparación fue
bastante más complicada de lo que yo recordaba que había sido cuando se le
3. rompió a su hijo, pero el Chicla pidió paso diciendo que era el que mejor la
sabia meter y tras algunos intentos bajo la dirección técnica de Chema y los
alicates del Barbas lo consiguió. Los espectadores, mientras, saboreamos
unas exquisitas manzanas que llevaba Marcos.
Continuamos introduciéndonos en la sierra auténtica y bastante
virgen con algunos repechos que nos hicieron sudar, pero con unas vistas que
merecían el esfuerzo, el último gran repecho nos llevó a una granja de
cerdos en donde en un cercado había por lo menos cien cerdos de la última
camada, al parecer todos machos, que se peleaban entre ellos con gran
escandaléra y pestilencia, a partir de aquí iniciamos un descenso fantástico
por una zona muy arbolada con helechos en las umbrías que nos llevó a la
cancela que da acceso a la carretera de San Nicolás.
Después de comentar la bonanza de la bajada y la dificultad de la
subida, seguimos sentido Estación de Cazalla, paralelo al río Hueznar, que
llevaba bastante poca agua, hasta que nos cruzamos con la nueva Vía Verde
que baja del Cerro del Hierro y por ella fuimos muy cómodamente, el GPS
que había estado despistado durante todo el camino desde Alanís, comenzó
a decir en tono suplicante “Por favor de la vuelta ahora mismo” y es que al
estar programado para llegar a Alanís, una vez recuperada la concordancia
de la señal con el plano que le servía de base nos alertaba que nos habíamos
pasado. Una distracción, por poco no se la mete a quien mejor la sabe meter,
pues no vio un poste instalado en el centro del camino para impedir el paso
de vehículos y ante la incredulidad de alguno testifico que el poste era de
hierro y no de plástico.
Así de cómodos llegamos al final de la Vía Verde y cogimos el camino
de la derecha que tras atravesar de nuevo la carretera de San Nicolás nos
permitió incorporarnos al carril de Extremadura por el que fuimos durante
unos nueve kilómetros, siempre paralelos a la vía del tren, por un camino de
rompepiernas, con un paisaje a veces más frondoso y otras menos hasta
donde habíamos dejado los coches.
Tras felicitarnos por la magnifica ruta recorrida, unos treinta y seis
kilómetros, cambiarnos, montar las bicis y cuando por el cielo aparecieron
algunas nubes, iniciamos la marcha hacia algún lugar donde nos pudieran dar
algo de comer, pues eran las tres y media.
Los de la Motilla, que iban delante, decidieron parar en Cazalla en el
bar que ya en otra ocasión paramos, detrás del Parque/Recinto Ferial,
4. intentamos sentarnos dentro pero estaba el ambiente muy cargado y
decidimos hacerlo fuera. Sin demasiada demora nos pusieron unas
cervecitas y a continuación comenzaron a llegar, tomates aliñados,
guarritos, mollejas, secretos y otra carne cortada en taquitos y a la plancha
que estaban buenísimos pero no sé el nombre, en fin todo rico, rico y
acompañado por patatas fritas de verdad, después un cafelito y un purito
mientras las nubes iban cubriendo el cielo de forma amenazadora. En esta
agradable sobremesa surgió el golpe de ingenio esta vez a cargo de Chema
que yo no soy capaz de recordar exactamente, pero nos pasamos un buen
rato riéndonos.
Nos despedimos allí mismo, ya que el Barbas se viene con Marcos para
que no se tengan que parar los de la Motilla, emplazándonos a celebrar la
próxima RUTA PLENARIA DE LA PEÑA el día 18 de febrero, para la que
sería estupendo contar también con los que hoy no han podido venir, Paco
Tovar, Paco Avila y Manu, a los que sinceramente hemos echado de menos.